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Las bolitas de plomo en El Pardo que preocupan a los paseantes: "Es una vergüenza"
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"CUIDAR EL MONTE ES PRIORITARIO"

Las bolitas de plomo en El Pardo que preocupan a los paseantes: "Es una vergüenza"

Los ecologistas denuncian que los perdigones de un club de tiro se escapan del recinto y acaban en el paraje pese a ser un material muy contaminante

Foto: Las bolitas de plomo que quedan en el suelo, junto a un billete y un abono transportes, para comparar su tamaño. (Cedida)
Las bolitas de plomo que quedan en el suelo, junto a un billete y un abono transportes, para comparar su tamaño. (Cedida)

Juan García suele salir a pasear por el Monte de El Pardo. Al principio, hace años, le llamaban la atención las bolitas grises que no dejaba de encontrarse en el suelo. Al poco tiempo, supo que las pelotitas de metal estaban directamente relacionadas con los disparos que no dejaba de escuchar. Procedían del club de tiro Somontes, una empresa privada que explota sus servicios en este terreno propiedad de Patrimonio Nacional. Lo intrincado del asunto es que esas bolitas grises, que se cuentan por miles, son de plomo.

"Cualquier persona que pasee por allí se encontrará con acumulaciones de perdigones, son muy visibles", admite García, miembro de Ecologistas en Acción (EeA). El plomo es un metal altamente contaminante, por lo que se extiende por gran parte del Monte cuando hay lluvias y las bolitas caen por el cerro. "Resulta una vergüenza que ese mineral, ese metal, esté allí y haya contaminado la zona por siglos, incluso las raíces de los vegetales. Es algo que, además, se pueden comer las aves y los jabalíes", añade el mismo García.

Desde su punto de vista, la situación podría ser ilegal. "En todo caso, el plomo tendría que caer dentro de las instalaciones de tiro y ser objeto de recogida de la zona delimitada", añade. Luis Martínez, director del club de tiro Somontes, ubicado a tan solo cinco kilómetros del Palacio de la Zarzuela y donde Alfonso XIII figura como miembro de honor, no ha querido declaraciones al respecto. Diferente ha sido el caso de Patrimonio Nacional, desde donde afirman que "la sostenibilidad y el cuidado del medioambiente es una prioridad" para la entidad.

Foto: Pedro Sánchez, corriendo en la Moncloa. Opinión

Retirada de residuos

Asimismo, sostienen que exigen al arrendatario la elaboración y el cumplimiento de un plan de retirada de residuos contaminantes. "El plan contempla la limpieza exhaustiva de la finca dos veces al año y, además, otra limpieza cada vez que se realiza una actividad extraordinaria", aseguran desde Patrimonio Nacional. Según sus declaraciones, la última retirada de residuos se realizó el pasado septiembre.

Estas afirmaciones, aunque pudiera parecer lo contrario, no chocan con lo esgrimido por García. Mientras el activista habla de la contaminación que el club de tiro deja alrededor de la zona que ocupa, unas 80 hectáreas, desde Patrimonio Nacional se refieren únicamente a la zona acotada para tiro. El contrato actual estará vigente hasta el 28 de febrero de 2043.

"Están contaminando el suelo y no van a dejar de hacerlo. Todo ese plomo lleva décadas en el terreno y es casi imposible de eliminar. Escarbas en cualquier bajante y hay miles de bolitas. Hay acumulaciones de forma tan abundante…" acusa García. "Si cada cartucho puede tener de 200 a 300 perdigones, solo hay que imaginar la cantidad de millones de bolitas que habrá en el terreno después de años disparando", agrega.

Platos rotos

Lo más sorprendente es que también hay cientos de platos rotos por los disparos fuera de las instalaciones, siempre a tenor de lo esgrimido por este activista. Esta realidad tampoco se le escapa a María Ángeles Nieto, portavoz de la organización ecologista en la Comunidad de Madrid. "Hemos examinado la zona perimetral, porque dentro del club de tiro no te dejan pasar", explica. También dice desconocer si, dentro de la finca, la empresa limpia el terreno, tal y como asegura que ocurre Patrimonio Nacional.

"Sí que hemos visto alguna vez cómo, de vez en cuando, excavadoras levantan la capa más superficial de la tierra del encinar y la amontonan, pero no sabemos a dónde lo llevan ni cómo hacen para extraer y cribar el plomo, algo tan pequeño", enuncia esta ecologista. Ella es una de las tantas personas que se mueve por la zona y que ha podido apreciar cómo el plomo que cae más allá de la valla perimetral del recinto es arrastrado por las corrientes de agua cuando llueve. Las consecuencias están claras: "El suelo, posiblemente, estará contaminado, y el agua también, y con esa agua se alimentan muchos animales. Además, que muchas aves confunden las bolitas de plomo con las piedrecitas que también ingieren para digerir la comida".

"Es un problema"

De hecho, la intoxicación por plomo puede llegar a ser algo alarmante que repercuta en la salud del ser humano si termina consumiendo alguno de los animales que se alimentan con esa agua potencialmente contaminada. "Es un problema que no quieren ver. El club de tiro no lo reconoce y Patrimonio Nacional mira para otro lado", se queja Nieto.

"Aparte de que es decimonónico seguir disparando como entretenimiento, es que están contaminando un paraje natural inigualable en territorio público", remacha la portavoz de Ecologistas en la Comunidad de Madrid. A pesar de que se ha planteado denunciarlo ante la Justicia, Nieto asegura tener tal saturación de casos que nunca lo ha llegado a hacer. De todas formas, la autorización para llevar a cabo actividades como el tiro al pichón se expide de forma anual por parte de la Comunidad. "Estas actividades se prohibieron en la Ley de Protección Animal regional que se modificó en torno a 2017, pero excluyeron el tiro al pichón y otras modalidades similares para que también tuvieran cabida los festejos taurinos", finaliza la activista

Juan García suele salir a pasear por el Monte de El Pardo. Al principio, hace años, le llamaban la atención las bolitas grises que no dejaba de encontrarse en el suelo. Al poco tiempo, supo que las pelotitas de metal estaban directamente relacionadas con los disparos que no dejaba de escuchar. Procedían del club de tiro Somontes, una empresa privada que explota sus servicios en este terreno propiedad de Patrimonio Nacional. Lo intrincado del asunto es que esas bolitas grises, que se cuentan por miles, son de plomo.

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