Madrid, alquileres por las nubes y el 'boom' de las residencias universitarias

Madrid se ha convertido en el mayor polo de atracción para el estudiantado universitario internacional, pero también para aquel que opta por la movilidad interior. El elevado coste del alquiler y el aumento de la cuantía en las facturas de luz y gas han conseguido que las residencias universitarias y los diferentes colegios mayores repartidos por la región sean opciones más que factibles para encontrar un lugar en el que residir mientras se estudia. Así, las residencias universitarias se están convirtiendo en un suculento sector.

Los datos advierten de esta dinámica: la región madrileña recibe 45.000 estudiantes cada año procedentes de otras comunidades autónomas, lo que supone un 19,5% del total del alumnado. Este porcentaje no está muy alejado del correspondiente a los alumnos internacionales, ya que la Comunidad de Madrid absorbe hasta 12.000 jóvenes llegados de otros países cada año, lo que se traduce en un 23% de los estudiantes totales internacionales que eligen España como destino. Además, de las 10.200 plazas construidas en residencias universitarias en los últimos años, el 22% se ubican en la región del centro.

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Estos datos son los que han hecho que el operador internacional y gestor de residencias para estudiantes en Europa Nido Living se decantara por Aravaca para abrir su próxima residencia. En su haber está la gestión de unas 12.000 camas en Reino Unido y Europa desde su creación en 2007, una cifra que desciende hasta las 9.000 actuales, repartidas entre Dinamarca, Irlanda, Países Bajos, Portugal, España y Reino Unido.

Javier Baines es el General Manager de la compañía en España y será el próximo director de la residencia proyectada en Aravaca. “Vimos que Madrid siempre está por encima en cuanto a la recepción de estudiantes venidos de otros lugares, ya sea desde diferentes regiones de España como de otros países, así que el potencial que encontramos es enorme”, comenta.

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Aravaca solo será el principio, pues la empresa de residencias universitarias plantea abrir dos más en la capital para 2025. “Este boom se debe a que el sector se ha profesionalizado muchísimo, son prácticamente hoteles para los estudiantes. Los padres se decantan por nosotros por todos los servicios y seguridad que ofrecemos”, añade el mismo Baines.

Prefieren un precio cerrado

A todo ello se suma, cómo no, el elevado coste del alquiler y lo que vivir de manera independiente conlleva: pago de facturas, limpieza, manutención. “La gente tiene bastante miedo a eso y los padres se acaban decantando por un precio cerrado, que es lo que les ofrecemos aquí, y no tener que estar con diversos contratos para un periodo que no supera el año, en muchas ocasiones”, enfatiza el General Manager de Nido Living. Según sus cálculos, la mayoría de estudiantes se quedan en sus instalaciones unas 43 semanas al año.

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Los precios, en su caso, oscilan entre los 875 euros al mes de una habitación con cocina compartida hasta los 1.400 euros que cuesta una habitación individual con terraza privada y pensión completa. Eso es lo que tendrán que pagar los interesados que quieran hospedarse en Nido Living Aravaca a partir del curso que viene, un enclave que cuenta con 12.000 metros cuadrados, cinco edificios y 501 habitaciones. Además, su ubicación no es baladí. Tal y como afirma Baines, “la zona también tiene un enorme potencial, está bien comunicada y alrededor de ella hay muchas universidades, tanto públicas como privadas”.

Control del alquiler

A Alejandro del Saz, presidente de la delegación central de estudiantes en la Universidad Complutense de Madrid (UCM), tampoco se le escapa esta realidad cada vez más presente en la capital. “El tema del precio del alquiler es muy comentado aquí, entre los estudiantes. Nadie se puede costear un piso, así que alquilamos habitaciones que ya no bajan de los 500 euros”, señala. Para encontrar una oferta residencial más baja, el alumnado debe alejarse notablemente del centro de estudios.

El representante estudiantil también indica que una de las ventajas de vivir en una residencia radica en el compañerismo que se forma al estar continuamente con gente de un rango de edad parecido y, normalmente, de intereses similares. En todo caso, su principal demanda es el control de los precios del alquiler en ciudades tensionadas como Madrid: “Aquí se piensa más en el turismo que en los estudiantes”.

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Desde su punto de vista, la otra alternativa, los colegios mayores, es mejor opción que una residencia universitaria, aunque nunca haya hueco para entrar. “Y siempre dan becas. Son centros adscritos a una universidad que funcionan a pérdidas, no les son rentables. Es una pena que no haya mayor oferta porque, en estos casos, los mismos que gestionan tu grado universitario también gestionan tu alojamiento y manutención", detalla Del Saz.

Sin colegios mayores

Alejandro Cremades corrobora esta afirmación de la baja oferta de colegios mayores para tan alta demanda. Él es el presidente de la Asociación de Colegios Mayores de Madrid, en el que se agrupan 40 de ellos y unas 6.500 plazas aproximadamente. “Afortunadamente, hay listas de espera para nuestros colegios mayores, están siempre repletos”, indica.

A diferencia de las residencias universitarias, estos centros están considerados instituciones educativas sin ánimo de lucro que, de manera obligatoria, acompañan al estudiante con un programa formativo. “A lo largo de los años de estancia del colegial, se le procura una serie de formaciones en habilidades complementarias a la carrera”, incide Cremades.

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En cuanto a los precios, el presidente de la Asociación comenta que “hay de todo” debido a la diversidad de colegios mayores: públicos, privados, de países extranjeros, militares… De todas formas, el rango se sitúa entre un 10% y un 20% más barato de lo que costaría el alquiler de un piso, según informa el propio Cremades. El baremo se sitúa entre los 900 euros y los 1.400 euros al mes.

“Lo que ocurre con los pisos es que muchos están por la parte alta de esta horquilla y sin incluir los servicios que sí tienen en el colegio mayor, así que se ven obligados a compartir piso pero, a veces, las cuentas tampoco salen”, remarca el presidente de la Asociación madrileña. En este sentido, Cremades sostiene que en la UCM prácticamente uno de cada diez colegiales está becado “para procurar la igualdad de oportunidades”.

Por otra parte, aunque la alta demanda de plazas es un hecho en Madrid, desde hace más de dos décadas no se construye un nuevo colegio mayor. “Tenemos algunos que son instituciones muy arraigadas que se crearon al mismo tiempo que las universidades, pero es tan difícil y costoso poner en marcha un colegio mayor que yo no tengo noticia de que se vayan a crear nuevos en los próximos años”, finaliza Cremades.