Almeida inicia el deshielo con Vox para salvar los presupuestos de la crisis en Madrid

José Luis Martínez-Almeida ha iniciado el deshielo con Vox para salvar los próximos presupuestos de la ciudad de Madrid. Con la guerra del curso pasado todavía presente, y a apenas tres meses para que acabe el año, el alcalde de la capital comienza a lanzar mensajes a Javier Ortega Smith para hacer borrón y cuenta nueva, recuperar la sintonía del inicio de la legislatura y pactar las cuentas de 2023, fundamentales por la necesidad de adaptar los recursos municipales a la crisis económica. El equipo de Gobierno de PP y Ciudadanos no tendrá otra opción que mirar a su derecha, habida cuenta de que los tres ediles del Grupo Mixto se han dividido.

Almeida mira con cierta envidia la situación en la Comunidad de Madrid, donde Rocío Monasterio ya avanzó la semana pasada que su partido no será un problema para aprobar los presupuestos de Isabel Díaz Ayuso si incluyen rebajas de impuestos y una reducción del gasto público, entre otras cuestiones que habrá que negociar en los próximos meses. Desde Vox consideran que perderse ahora en batallas electorales contra la presidenta del PP de Madrid sería una "irresponsabilidad", por lo que exprimirán al máximo su perfil pragmático. "Creo que ayer Vox, tras la reunión con la presidenta, Isabel Díaz Ayuso, dio un diagnóstico certero de la situación económica y social que tenemos en la Comunidad, en la ciudad y en España. Supongo que para el partido es imprescindible que haya presupuestos en la capital", dijo el regidor.

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El alcalde de la capital aspira a que Ortega Smith asuma el mismo rol que Monasterio, bajo el pretexto de que "la situación es la misma". Pero no será fácil. Fuentes cercanas a la dirección nacional de Vox señalan que no pueden compararse los escenarios del Ayuntamiento y la Comunidad de Madrid, especialmente porque creen que fue Almeida quien truncó la relación cuando permitió la constitución del Grupo Mixto (los "comunistas", según ellos), para asegurarse una alternativa. Pese a la beligerancia que mantuvieron el año pasado, desde el partido aseguran que no hay un prejuicio predeterminado antes de la negociación. Ni en este caso ni en otros. "No hay estrategias electoralistas", apuntan a El Confidencial.

Dos caras de Vox

La realidad, no obstante, es que Vox mostró dos caras en función del territorio. En la ciudad de Madrid, como en Andalucía, fueron inflexibles ante sus respectivos gobiernos; mientras que en la Comunidad de Madrid fueron mucho menos exigentes. La versión más combativa de los de Santiago Abascal se daba en lugares donde al menos sobre el papel tenían mayores expectativas de cara a unas hipotéticas elecciones. El tiempo, sin embargo, les quitó la razón y a pesar de tumbar las cuentas de Juanma Moreno en busca del adelanto de elecciones, el presidente de la Junta finalmente reeditó su mandato con una mayoría absoluta el pasado 19 de junio. En Cibeles siempre han pensado que la actitud era exactamente la misma con Almeida, a quien veían con un perfil más transversal con el que confrontar abiertamente.

Vox tampoco está dispuesto a regalar nada en esta ocasión, pero sí ha modulado su intransigencia en algunas cuestiones. La principal tiene que ver con el nuevo Madrid Central, uno de los argumentos que esgrimieron para justificar su negativa a Almeida. En la última negociación acusaron al alcalde de "traidor" por no derogarlo, tal y como dijo en la campaña de 2019, pero ahora no está entre sus líneas rojas. Desde el grupo municipal que encabeza Javier Ortega Smith explican a este diario que su posición ahora es "adaptarlo y mejorarlo", con la premisa de que las medidas implantadas no reducen la contaminación. También, como en el caso de la Comunidad de Madrid, abordar nuevas rebajas impositivas y eliminar "gastos superfluos" dedicados a "chiringuitos".

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En el grupo municipal explican que están a la "expectativa" de ver qué les plantean en los presupuestos, en la línea de lo manifestado públicamente por Javier Ortega Smith. "Cuando tengamos los presupuestos, con el rigor que nos caracteriza, nuestro grupo los estudiará y plantearemos las cuestiones necesarias. Entonces sí podremos tener una aproximación de si se pueden apoyar o no", declaró el portavoz de Vox en Cibeles.

El Ayuntamiento de Madrid prevé aprobar el proyecto de las cuentas en octubre, tras meses de trabajo entre las diferentes áreas. Fuentes cercanas a la alcaldía detallan que aún no ha habido ningún contacto formal con sus potenciales socios, pero esperan que el acercamiento se produzca próximamente. "En tres años han apoyado los primeros, se abstuvieron en los segundos y votaron en contra en los terceros. Esperamos que este último año las cosas vayan mejor que el año pasado", confiesan.

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El equipo de Gobierno de José Luis Martínez-Almeida y Begoña Villacís no podrá contar esta vez con el comodín de los carmenistas. El grupo de tres concejales de Recupera Madrid, aglutinados en el Consistorio como el Grupo Mixto, se ha disuelto tras la marcha de Marta Higueras, que actuará de forma autónoma y ajena a cualquier tipo de unidad de acción. La coalición de PP y Ciudadanos necesitaba al menos el apoyo de tres ediles, pero Recupera se ha quedado en dos. La idea de que puedan convencer a los tres por separado es remota, sobre todo porque desde ambos frentes recuerdan que el alcalde y la vicealcaldesa no han cumplido con los acuerdos que cerraron para las cuentas de 2022. Además, en el entorno de los afines a la exalcaldesa Manuela Carmena ven casi imposible que vayan a salvar a Almeida en un año electoral, con los comicios municipales a la vuelta de esquina. Fueron clave en los presupuestos y las ordenanzas de terrazas y movilidad. Que se repita será una utopía.