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¿Por qué quiere ir el papa Francisco a Canarias? (y se lo está pensando)
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LLEGADA DE INMIGRANTES A LAS ISLAS

¿Por qué quiere ir el papa Francisco a Canarias? (y se lo está pensando)

El archipiélago se ha convertido en el epicentro de la crisis migratoria en Europa, desbancando a Italia y Grecia. Los obispos canarios le han contado al Papa la "situación insostenible", sobre todo de los menores

Foto: Un cayuco llegando al puerto de La Restinga. (Europa Press)
Un cayuco llegando al puerto de La Restinga. (Europa Press)

"No somos un rincón olvidado, sino que el Papa nos tiene muy presentes". David Melián Castellano, director del Secretariado de Migraciones de la Diócesis de Canarias, sabe que Francisco se está pensando seriamente viajar a las Islas Canarias para apoyar a la Iglesia del archipiélago en su tarea de acogida a los miles de inmigrantes que arriban a sus costas. Tras su primer viaje a Lampedusa —que mostró la impronta que Jorge Mario Bergoglio quería dar a su pontificado, del que se cumplen once años el 13 de marzo— y luego a Lesbos, una escala en El Hierro camino de Argentina —si finalmente se confirma su visita a su país natal, aunque no es descartable que pueda volar únicamente a Canarias— pondría el broche a su peregrinación a las "periferias geográficas" del planeta, su destino preferido al programar sus visitas oficiales como jefe de Estado y líder espiritual de 1.400 millones de católicos.

"Para nosotros, una visita del Papa sería, por supuesto, un aliento para seguir trabajando, aunque ya lo fue la carta que nos dirigió en noviembre, porque es importante saber que el Vaticano está informado y se interesa por este tema", indica Melián. Y este tema es "la situación insostenible" —en palabras del presidente insular, Fernando Clavijo— que está viviendo Canarias con el interminable (y mortal) goteo de migrantes, que, si en las últimas semanas ha batido registros, se espera que aumente en cuanto las condiciones del mar vuelvan a ser las idóneas.

"Durante el mes de enero fueron casi 7.000 personas las que llegaron buscando un futuro mejor. Y los niños y niñas no acompañados ya ascienden a más de 5.600 tutelados por la Administración. No tenemos los datos actualizados del último mes, pero tampoco el número de llegadas ha sufrido un descenso significativo, porque se siguen produciendo desembarcos en los distintos muelles del archipiélago, principalmente en Tenerife, Gran Canaria y El Hierro", señala a El Confidencial David.

El último aconteció este 6 de marzo, cuando Salvamento Marítimo desembarcó a los 68 ocupantes (entre ellos, cuatro cadáveres) de un cayuco a la deriva. Un tercio necesitó asistencia médica inmediata. Pero apenas hay días sin sobresaltos y angustias. Un total de 14.035 migrantes han entrado irregularmente por mar o tierra en España en los dos primeros meses de 2024, un 356,6% más que en 2023, principalmente por el incremento en Canarias, donde las llegadas han subido un 540%. Entre el 1 de enero y el 29 de febrero llegaron a las islas 11.932 migrantes en 181 cayucos y pateras, frente a los 1.865 del año pasado, según el Ministerio del Interior.

"El Papa está perfectamente informado"

"El foco de atención migratorio ahora mismo está aquí, se han perdido muchísimas vidas en 2023 —en concreto, 6.007— intentando llegar a nuestras costas", subraya este abogado especializado en migraciones y derecho de asilo. "Y el Papa está perfectamente informado, conoce la realidad, nos sitúa perfectamente en el mapa, sabe lo que sucede a diario en nuestro archipiélago y ha mostrado su preocupación por la situación en Canarias, como no puede ser de otra manera".

"El foco de atención migratorio ahora está aquí, se han perdido muchísimas vidas en 2023 (...) y el Papa está informado, conoce la realidad"

Una situación que le contaron en persona los obispos de las dos diócesis canarias (Tenerife y Las Palmas) cuando fueron a visitarle el pasado mes de enero. Convertida la ruta atlántica en la más transitada (y peligrosa) ahora por la inmigración irregular, superior a las alternativas mediterráneas de Italia o Grecia, quiso también acompañarlos en aquella audiencia el presidente Clavijo, quien tuvo un aparte con el Papa de diez minutos. Se trataba de visibilizar mediante la unión de ambas instancias —la eclesial y la civil— la gravedad del momento y la petición de que Francisco pusiese también su mirada sobre aquella crisis migratoria que, como señalaron los obispos, vive un "alarmante incremento", con graves consecuencias, sobre todo para los menores extranjeros no acompañados.

Los obispos relataron al Papa las tres grandes problemáticas que viven en las islas. "La muerte de miles de personas en la ruta atlántica; la estancia prolongada de los menores en los centros de atención para migrantes, en los que no reciben el proceso adecuado de integración social para lograr una vida digna; y el futuro incierto que se le presenta a estas personas cuando se las traslada a la Península, una cuestión que la Iglesia intenta paliar promoviendo los llamados corredores de hospitalidad".

Tal y como había hecho en noviembre, cuando les hizo llegar una carta en donde les expresó "aliento y cercanía", Francisco les agradeció en esa audiencia la labor que la Iglesia está desarrollando en las islas, poniéndose además al servicio de las administraciones para ayudar en esta situación de emergencia, y haciéndolo desde las coordenadas que viene repitiendo siempre ante el fenómeno migratorio, las de "acoger, proteger, promover e integrar a los hermanos y hermanas que llegan a sus costas buscando un porvenir".

"La labor de la Iglesia canaria con los migrantes está presente en todo el tránsito. No sólo en la inserción social de los que ya cumplen los requisitos, sino también a su llegada, con los servicios de Cáritas y otras organizaciones eclesiales que trabajan con esas personas, por ejemplo, con las mujeres que han sido víctimas de trata o con los migrantes que, por cualquier motivo, se han quedado fuera del sistema", apunta Melián. Él, junto con su equipo del Secretariado de Migraciones, ve a diario la asistencia jurídica que prestan, el apoyo psicológico que se brinda tras una travesía que ha comenzado meses antes y donde han estado a merced de las mafias o el acompañamiento para hacer frente al papeleo burocrático cuando el idioma es otra barrera que ahonda en el drama. Todo a base de voluntarios.

placeholder Un grupo de personas tras ser rescatadas en Canarias. (EFE/Ángel Medina G.)
Un grupo de personas tras ser rescatadas en Canarias. (EFE/Ángel Medina G.)

Foco destacado de su labor está en los Centros de Internamiento de Extranjeros (CIE), de los que la Iglesia, en reiteradas ocasiones, ha denunciado sus malas condiciones, la última vez, hace unas semanas a través de un informe presentado al Defensor del Pueblo para denunciar que el 70% de los internos padece depresión y que un 20% de ellos ha reconocido que ha intentado autolesionarse. "Tenemos capellanes que asisten al CIE semanalmente", apunta el abogado canario. "No cuesta darse cuenta de que son unos lugares de sufrimiento innecesario, con una privación de libertad que les genera muchísima ansiedad y afecta a la salud mental. Y ahí, la función de los sacerdotes es la de ser pañuelos de lágrimas, prestar su hombro, escuchar a las personas y acompañar espiritualmente a aquellos que lo solicitan. Pero si no, al menos acompañarlos psicológicamente. También se facilita el contacto entre los propios internos. Se trata de estar con ellos, de que sepan no están abandonados y que acompañamos su sufrimiento".

Destacada es también la tarea que se hace en uno de los momentos más delicados de este proceso, cuando los niños y niñas que han estado tutelados por la Administración cumplen la mayoría de edad y han de abandonar los centros públicos donde han estado acogidos. Pasan en unas horas de tener un techo a b, hecho del que también advirtieron los obispos canarios y que en ocasiones ha dado lugar a puntuales brotes de xenofobia aprovechado por algunas formaciones políticas.

Medio millón de 'invisibles'

Según datos de un estudio presentado por Cáritas en septiembre, y ante la falta de cifras oficiales, esta organización eclesial estima que en toda España hay 500.000 personas en situación irregular, que viven en un limbo en el que, oficialmente, no existen. Cáritas sí tiene constancia de ellos porque ese medio millón de invisibles es atendido en sus programas de acción social repartidos por todo el país y en donde se les acoge "ante la extrema precariedad económica y el no poder acceder a ayudas de vivienda, atención sanitaria o al empleo". Desde Cáritas subrayan que esa cifra —similar a los habitantes de Málaga o Murcia— es una aproximación, pues "los datos son insuficientes para poder aproximarnos al número real de personas en situación administrativa irregular en España".

"Es verdad que hay algunos chicos y chicas extutelados que están en situación de calle en Canarias, pero en muchas ocasiones es la Iglesia la que se ha hecho cargo de ellos, porque no tiene sentido que un niño o niña esté tutelado hasta los 18 años, se les esté facilitando alimentación, vestido, educación… y al cumplir la mayoría de edad todo eso desaparezca", reconoce el secretario de Migraciones. De esa situación le hablaron también a Francisco los obispos. El Papa sabe que hay instituciones en las islas, como las religiosas salesianas, los jesuitas, y otras más que acogen a centenares de estos jóvenes. Es el caso de la ECCA social, con 200 niños aún tutelados y extutelados, la Fundación Main, con 52 acogidos en sus casas-hogares y otros 170 en lista de espera… Se les brinda una acogida, "pero el esfuerzo está también en procurarles unos itinerarios de capacitación laboral que favorezca su integración", señala Melián.

Foto: Rescates de migrantes en el mar Mediterráneo. (Europa Press/Antonio Sempere)

También iniciativa de la Iglesia ha sido la puesta en marcha de los corredores de hospitalidad, para lo que se ha ofrecido en varias ocasiones a las distintas administraciones. "Son un proyecto de solidaridad para facilitar la movilidad y el acompañamiento de jóvenes extutelados procedentes de las Islas Canarias hacia diócesis en la península. Funcionan de dos modos: cuando una diócesis oferta plazas y se deriva a jóvenes desde Canarias o cuando desde Canarias solicitan acoger algún perfil concreto de joven que necesita un traslado con más urgencia", señala Xabier Gómez, director del Departamento de Migraciones de la Conferencia Episcopal Española (CEE).

Hasta el momento son once (de 70) las diócesis que han acogido o que están en diálogo preparándose para acoger a estos jóvenes sin recursos. "Nuestros corredores de hospitalidad son una parábola —señala este religioso—, es decir, señalan un modo de responder a la realidad, posible, concreto, desde la solidaridad, el patrocinio comunitario, etc.". Ofrecen a esos jóvenes un hogar (en algunos casos han sido acogidos por familias voluntarias) o espacio de residencia, formación, acompañamiento… y los gastos se cubren en función de las necesidades y con la participación sobre todo de las Cáritas diocesanas. Sin embargo, parece una opción en la que pone más empeño y voluntad la Iglesia que las administraciones. "Todas ellas, indistintamente del color del gobierno que las presida, conocen la realidad, la necesidad y también que cuando se quiere, se puede, como se demostró en la crisis de desplazados ucranianos. No podemos dejar solo al pueblo de Canarias y a sus instituciones", remarca Gómez, muy cauto —como todo el estamento eclesial— a la hora de valorar las políticas públicas de inmigración, dado que es un tema que está siendo utilizado para la polarización y que irá a más de cara a las próximas elecciones europeas de junio.

En este sentido, Xabier Gómez tiene muy clara cuál es la opción de la CEE y del papa Francisco: "La postura de la Iglesia y sus orientaciones son muy claras: salvar vidas, acoger, proteger, promover e integrar. Pensar globalmente y actuar localmente". Aunque, también, reconoce Gómez, "me preocupa que las vidas de las personas vulnerables puedan ser utilizada con fines electoralistas. Me preocupa el aumento de la xenofobia y la hostilidad. La Iglesia propone cultura del encuentro, hospitalidad, diversidad que enriquece cultural, económica y religiosamente". Y para visibilizar de nuevo ese mensaje, en Canarias, pero no solo, aún mantienen la esperanza de esa visita del papa Francisco. "Lo recibiremos con toda la ilusión del mundo. Y con toda la gana", señala, esperanzado, David Melián.

"No somos un rincón olvidado, sino que el Papa nos tiene muy presentes". David Melián Castellano, director del Secretariado de Migraciones de la Diócesis de Canarias, sabe que Francisco se está pensando seriamente viajar a las Islas Canarias para apoyar a la Iglesia del archipiélago en su tarea de acogida a los miles de inmigrantes que arriban a sus costas. Tras su primer viaje a Lampedusa —que mostró la impronta que Jorge Mario Bergoglio quería dar a su pontificado, del que se cumplen once años el 13 de marzo— y luego a Lesbos, una escala en El Hierro camino de Argentina —si finalmente se confirma su visita a su país natal, aunque no es descartable que pueda volar únicamente a Canarias— pondría el broche a su peregrinación a las "periferias geográficas" del planeta, su destino preferido al programar sus visitas oficiales como jefe de Estado y líder espiritual de 1.400 millones de católicos.

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