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La limpieza de los 'pellets' agrava el choque en Galicia: la Xunta pide que actúe en el mar y el Gobierno lo descarta
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Crisis de los microplásticos

La limpieza de los 'pellets' agrava el choque en Galicia: la Xunta pide que actúe en el mar y el Gobierno lo descarta

Transición Ecológica ofrece medios terrestres desde un almacén logístico en Pontevedra y el Ejecutivo de Alfonso Rueda insiste en la búsqueda de sacos de plásticos en el agua antes de que lleguen a tierra

Foto: Operarios de empresas contratadas por la Xunta retiran los 'pellets' en la playa de O Vilar, en A Coruña. (EFE/Lavandeira Jr.)
Operarios de empresas contratadas por la Xunta retiran los 'pellets' en la playa de O Vilar, en A Coruña. (EFE/Lavandeira Jr.)

El operativo de limpieza del vertido de pellets que se extiende por las playas de Galicia ha agravado el choque que mantienen el Gobierno central y la Xunta de Galicia desde hace unos días. La Xunta accedió este martes a elevar a 2 el nivel de alerta del Camgal, el Plan Territorial de Contingencias por Contaminación Marina Accidental, para abrir la puerta a los medios del Estado. Es un paso necesario para que otras administraciones acudan al rescate y era una de las reclamaciones de varios ministros, como la responsable de Transición Ecológica, Teresa Ribera, o la portavoz del Gobierno, Pilar Alegría. Pero la disputa apunta ahora al trabajo en el mar y su idoneidad.

El movimiento del presidente gallego, Alfonso Rueda, no ha desactivado la gresca que rodea esta crisis medioambiental, centrada en la discusión sobre quién y cuándo tuvo acceso a la información de la pérdida de carga del Toconao y no lo comunicó a la otra parte. Y todo con la campaña electoral de fondo, tiñendo la marea de microplásticos de refriega partidista. Tampoco se han puesto de acuerdo en cómo intervenir para tratar de frenar la llegada de más pellets a la costa mientras corrientes y mareas los esparcen por el litoral cantábrico, donde Asturias, Cantabria y Euskadi preparan sus operativos.

Rueda fue muy concreto al instar al Gobierno de Sánchez a que busque en el mar la parte de la carga que se pueda recuperar para evitar que las más de 26 toneladas de pellets de uno de los seis contenedores que se fueron a pique lleguen desparramadas a tierra. Con esta misma reclamación, la conselleira de Medio Ambiente, Ángeles Vázquez, remitió el lunes por la tarde una carta a la ministra Teresa Ribera para pedir al Gobierno que salga en busca de los sacos de plásticos a la deriva. En la misiva, la dirigente del PP apela a la "máxima colaboración" y defiende la labor de su Ejecutivo, que, asegura, solo conoció el vertido el 3 de enero, mientras que, según reza en el escrito, el Gobierno central fue informado el 8 de diciembre por las autoridades portuguesas.

Sin embargo, Teresa Ribera, ministra para la Transición Ecológica, ha afirmado este miércoles en una entrevista en RNE que "es muy difícil" que se recojan en el mar "porque no son visibles y son de un tamaño que hacen imposible la criba".

Foto: Alberto Núñez Feijóo, con el presidente de Galicia, Alfonso Rueda, y el de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, este lunes en Madrid. (Europa Press/Eduardo Parra)

Ante esta situación, el Gobierno asegura que tiene preparados los medios para intervenir en la limpieza en las costas gallegas cuando sean requeridos, pero está a la espera de que la Xunta concrete qué medios necesita y dónde debe intervenir exactamente. Según Ribera, la petición de ayuda de la Xunta "no se concreta en nada particular, salvo una referencia general a que el Gobierno central haga esfuerzos para recoger los pellets en alta mar". Desde el Ejecutivo solicitan a Rueda las concreciones para enviar los efectivos con el material correspondiente y poder actuar inmediatamente.

La labor de recogida de estos sacos correspondería a los medios de Salvamento Marítimo, en manos del Ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible, que encabeza Óscar Puente. La labor en tierra, en las costas, es competencia del Ministerio para la Transición Ecológica, que cuenta desde 2014 con un protocolo que permite actuar en caso de vertido bajo petición de la comunidad afectada. Según aseguran desde Transportes, las aeronaves de Salvamento hacen batidas programadas sobre la zona afectada por el vertido desde el pasado 20 de diciembre, cuando la Delegación del Gobierno en Galicia informó de la situación. Esos vuelos, indican, se complementan con la búsqueda por satélite y un aviso a los barcos que cruzan el área donde se produjo el vertido, pero la búsqueda ha sido, hasta el momento, infructuosa.

"Cualquier cosa que se viera se hubiera recogido", expresa una fuente del Ministerio de Transportes, que señala que los barcos que faenan en la zona tampoco han dado con esos sacos repletos de microplásticos blancos. La carta remitida por Ángeles Vázquez a Teresa Ribera reclama la activación de esa búsqueda, pero no pide ayuda en las tareas de tierra, que son precisamente las que están bajo competencia de la ministra de Transición Ecológica.

Una de las cinco bases logísticas que tiene el Gobierno para esta labor está en Pontevedra y también cuenta con personal asociado y con experiencia en este tipo de crisis medioambientales. En esos almacenes hay tanques y depósitos, ropa de trabajo, material absorbente, barreras que impiden el paso del material contaminante, mangueras, equipos de fondeo y todas las herramientas necesarias para el trabajo en los arenales y rías.

Alfonso Rueda estuvo el lunes en la playa de Espiñeirido, en Porto do Son (A Coruña), uno de los primeros arenales en los que se hallaron los pellets, para señalar que son más de 200 los operarios de la Xunta —a través de la empresa autonómica Tragsa— los que se afanan en barrer de la arena estos microplásticos en 33 municipios costeros, prácticamente en casi todos los que tienen línea litoral.

Los pellets venían envasados en 1.050 sacos de rafia de aproximadamente 25 kilos cada uno, de acuerdo a los datos de la Delegación del Gobierno en Galicia. "Hay cientos de sacos que no llegaron a la costa y el momento de recogerlos o de intentarlo es ahora que están en el mar y las corrientes de estos días lo van a hacer todo más fácil", reclamó Rueda. "Seguro que en Cataluña no tendrían estos requisitos para activar la ayuda", añadió el presidente popular.

El informe de los pellets

En esa comparecencia, Rueda también ha defendido que el material que se expande por la costa cantábrica no es tóxico. Esta afirmación, que ya avanzó Ángeles Álvarez por la mañana, procede de un informe elaborado por Cetim (Centro Tecnológico de Investigación Multisectorial), una empresa privada radicada en Culleredo (A Coruña). El informe está realizado a partir de documentos técnicos elaborados por Coraplast, la empresa productora de las bolitas blancas de polietileno que están llenando las playas gallegas.

El escrito certifica, con esa información, que "no es una sustancia o mezcla peligrosa", no contiene "pigmentos peligrosos" ni tiene posibilidad de derivar en "reacciones peligrosas". El Cetim descarta también que se trate de un producto cancerígeno, pero el informe desvela que, en caso de vertido accidental, se recomienda "evitar el contacto con la piel, los ojos y la ropa" cuando se esté recogiendo, por lo que se inquiere a los responsables de la tarea "no inhalar el polvo" que despide el producto y el uso de gafas de protección y guantes.

Como había avanzado Rueda, los pellets del vertido cumplen normativas para materiales destinados a entrar en contacto con los alimentos, es decir, "para su uso en la industria alimentaria". Y ninguno de los componentes que hay en el producto son peligrosos per se, pero sí hay uno de los aditivos que "puede causar irritación mecánica de los ojos y puede irritar las vías respiratorias". Estas conclusiones parten del análisis de los certificados asociados al producto, pero Cetim está elaborando un análisis para comprobar que estos documentos se cumplen en caso de examen empírico.

De un cubo de playa a un colador de cocina

La herida emocional que el Nunca Mais dejó en Galicia mantiene la guardia alta entre la sociedad civil —entidades vecinales, ecologistas, concellos y grupos de surfistas o amigos—, que han tirado estos días de contactos y grupos de amigos en redes sociales para intercambiar información y organizarse con medios caseros, desde la Asociación de Escuelas de Surf de la Praia de Patos (Nigrán) hasta las pequeñas calas paradisiacas de la península de O Grove, en la boca de la ría de Arousa.

placeholder Los 'pellets' se extienden a lo largo de la costa gallega y el Cantábrico tras el vertido del pasado 8 de diciembre. (EFE)
Los 'pellets' se extienden a lo largo de la costa gallega y el Cantábrico tras el vertido del pasado 8 de diciembre. (EFE)

También hubo grupos de voluntarios sobre la arena blanquísima de Lariño (Carnota), en la Costa da Morte, o en las playas de Os Castros e Illas, en Ribadeo, a un paso de la célebre playa de las Catedrales, monumento natural. La lista de arenales en los que se localizan bolas de plástico incluyó este martes los de Sanxenxo o Arteixo, además de A Garda —casi en la frontera lusa— y Xove, en la mariña oriental de Lugo.

De un rastrillo infantil a un colador de cocina, pasando por un aspirador. Todo sirve —o se intenta—, buscando la fórmula más efectiva para retirar la mayor cantidad de pellets en el menor tiempo posible de la costa para minorar el efecto de la contaminación marina. El inventario de materiales que se pueden encontrar estos días sobre la arena gallega es tan variopinto como diferente es el modo en que cada municipio se organiza. Ferrol y Valdoviño activaron cuadrillas de limpieza desde el propio consistorio con muchísimos kilómetros de costa para rastrillar, mientras que otras localidades piden ayuda de la Xunta.

A las playas bajaron también los candidatos del BNG y del PSdeG a la Xunta de Galicia para hacer su particular campaña. Ana Pontón lo hacía en Ribeira, en el parque natural de las dunas de Corrugado, donde un particular notificó la aparición de los primeros pellets el 13 de diciembre. Mientras que José Ramón Gómez Besteiro hizo lo propio a pocos kilómetros en A Illa de Arousa. La oposición ha mordido hueso en plena precampaña y no piensa soltar la presa.

El operativo de limpieza del vertido de pellets que se extiende por las playas de Galicia ha agravado el choque que mantienen el Gobierno central y la Xunta de Galicia desde hace unos días. La Xunta accedió este martes a elevar a 2 el nivel de alerta del Camgal, el Plan Territorial de Contingencias por Contaminación Marina Accidental, para abrir la puerta a los medios del Estado. Es un paso necesario para que otras administraciones acudan al rescate y era una de las reclamaciones de varios ministros, como la responsable de Transición Ecológica, Teresa Ribera, o la portavoz del Gobierno, Pilar Alegría. Pero la disputa apunta ahora al trabajo en el mar y su idoneidad.

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