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Feijóo, abocado a dejar el PP de Galicia: las claves del enigma sucesorio
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Reestructuración en el PP

Feijóo, abocado a dejar el PP de Galicia: las claves del enigma sucesorio

Los estatutos de los populares gallegos señalan que los cargos de presidente territorial y nacional son incompatibles. La sucesión está condicionada porque quien lidere la formación deberá ser el candidato a la Xunta

Foto: El presidente de la Xunta y del PP de Galicia, Alberto Núñez Feijóo. (EFE/Brais Lorenzo)
El presidente de la Xunta y del PP de Galicia, Alberto Núñez Feijóo. (EFE/Brais Lorenzo)

De repente, Galicia se ha convertido en un laberinto para Alberto Núñez Feijóo, decidido a tomar el relevo en Génova, pero con un amplio abanico de posibilidades sobre su nueva vinculación con el territorio que gobierna. Nada le impide seguir como presidente de la Xunta, pero si lo que busca con esa decisión es aplazar la cuestión sucesoria en su tierra, los estatutos del partido se lo prohíben. El cargo de máximo dirigente del PP nacional es incompatible con el del PP de Galicia, lo que precipita de forma indirecta la búsqueda del futuro candidato para el Gobierno gallego.

Dos disposiciones de los estatutos de los populares de Galicia condicionan por completo la sucesión. Porque, además de impedir que se compatibilice el mando en Génova con el de la sede de Santiago, el reglamento establece que el líder de la formación será "la persona que encabece la candidatura del partido a la Presidencia de la Xunta de Galicia". Es decir: nada de bicefalias. O lo que es lo mismo, deberá solucionar quién le sustituye en las autonómicas de 2024 por la vía rápida, incluso en el caso de que opte por mantenerse al frente del Gobierno gallego después del congreso de abril, algo en absoluto descartable.

El artículo 32 de los estatutos del PP gallego es clave para precipitar la decisión. En su punto 5 establece la vinculación entre la presidencia del partido y la de la candidatura a la Xunta, que solo se podría sortear con una dimisión del sucesor de Feijóo en el PP, en cuyo caso sería la junta directiva la que designe al aspirante, a propuesta del comité ejecutivo. Pero resulta improbable que Feijóo deje al frente a ningún dirigente llamado a dimitir. "No es su estilo", sostiene un cargo popular. Por lo tanto, en cuanto ponga un pie en Madrid deberá resolver una cuestión que lleva aplazando desde que tomó el mando del PP gallego en 2006.

Foto: Juanma Moreno Bonilla saluda a Alberto Núñez Feijóo en Sevilla. (María José López/Getty Images)

El calendario electoral juega a favor de su vicepresidente segundo, Alfonso Rueda, con ventaja sobre otras posibles opciones dada su condición de diputado, un requisito indispensable para auparse a la presidencia de la Xunta en el momento que Feijóo la abandone. Y eso será como muy tarde en las próximas generales de 2023. Las autonómicas no tocan hasta el año siguiente. Pero entre los populares gallegos y en el propio Feijóo existen dudas sobre la consistencia de Rueda como cartel electoral, por lo que no se descarta que se retrase al máximo el relevo en la Xunta e ir previamente a un congreso extraordinario para lanzar al candidato de 2024.

En ese caso, Rueda cubriría en la Xunta un período que, si Feijóo decide permanecer en el Gobierno gallego, podría ser de apenas ocho meses —de noviembre de 2023 a julio del año siguiente—, siempre que no se anticipen comicios. Y por ahí aparece una posibilidad que ya circula entre los diputados populares: la de hacer coincidir las elecciones gallegas con las generales, con un Feijóo aspirante a la presidencia del Gobierno que amortiguaría el cambio de cartel en el PP de Galicia.

La elección del dirigente llamado a recoger el testigo de Feijóo en el partido debe resolverse a corto plazo

Sea o no Rueda, la elección del dirigente llamado a recoger el testigo de Feijóo en el partido y como aspirante a la Xunta la deben resolver a corto plazo. En el entorno del barón gallego se apuesta por la vía de buscar al sustituto sin necesidad de convocar un congreso extraordinario. La solución saldría del comité ejecutivo. De acuerdo con los estatutos, ese órgano, del que forman parte la mayoría de los pesos pesados de los populares de la región, podría elegir de entre sus más de sesenta miembros al nuevo líder y elevar su propuesta a la Junta Directiva de Galicia. Menos probable parece la convocatoria de un cónclave extraordinario, ya que el último ordinario se celebró en julio del año pasado y podría generar tensiones que no convienen al futuro inquilino de la planta noble de Génova.

A Alberto Núñez Feijóo le quedan dos alternativas para resolver el liderazgo del PP gallego. Una sería la designación de una gestora, que tendría que nombrar la dirección nacional. Un escenario incómodo. Y la última posibilidad, que no se descarta pero está repleta de inconvenientes, es dejar vacante el cargo de presidente del partido y ceder sus funciones temporalmente al secretario general o a los vicesecretarios.

Foto: El presidente de Galicia, Alberto Núñez Feijóo, y la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso. (EFE/Xoán Rey)

El debate sobre el relevo se solapa con el de la Xunta. Feijóo guarda silencio sobre sus intenciones a partir del 3 de abril, cuando se clausure el congreso del PP. La tarea que tendrá como sucesor de Pablo Casado se intuye demasiado comprometida como para compatibilizarla con la presidencia del Gobierno autonómico, pero nadie la descarta. El propio Feijóo pareció deslizarla el pasado miércoles en el Parlamento, cuando, acosado por una oposición que le recrimina estar más pendiente de Madrid que de Galicia, respondió: "¿Hay que elegir entre Galicia y el PP? No señoría, porque Galicia siempre eligió al PP".

En privado son muchos los dirigentes del PP que admiten que lo ideal para el partido en Galicia sería que Feijóo aplazara su dimisión lo máximo posible, es decir, hasta las próximas generales, una petición a la que se han sumado los empresarios de la provincia de Pontevedra, que le pidieron que "no deje la Xunta a corto plazo", porque a su juicio transmitiría una "estabilidad" beneficiosa para la economía y el tejido productivo. Desde la patronal se recuerda el caso de Javier Fernández, que compatibilizó la presidencia del Principado de Asturias con la de la gestora del PSOE. "No necesitamos cambios en estos momentos, con el escenario de este año", pidió el presidente de la patronal pontevedresa, Jorge Cebreiros.

De repente, Galicia se ha convertido en un laberinto para Alberto Núñez Feijóo, decidido a tomar el relevo en Génova, pero con un amplio abanico de posibilidades sobre su nueva vinculación con el territorio que gobierna. Nada le impide seguir como presidente de la Xunta, pero si lo que busca con esa decisión es aplazar la cuestión sucesoria en su tierra, los estatutos del partido se lo prohíben. El cargo de máximo dirigente del PP nacional es incompatible con el del PP de Galicia, lo que precipita de forma indirecta la búsqueda del futuro candidato para el Gobierno gallego.

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