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Activistas cercanos a Puigdemont abandonan JxCAT para apoyar a Sílvia Orriols
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PRIMERAS FUGAS

Activistas cercanos a Puigdemont abandonan JxCAT para apoyar a Sílvia Orriols

El líder de las juventudes de Junts, militantes del Consell de la República o el mosso Albert Donaire dan la espalda al expresidente, "vendedor de elixires", tras anunciar la alcaldesa ultra de Ripoll que irá a las elecciones

Foto: Carles Puigdemont, el pasado 26 de marzo en Perpiñán, Francia. (EFE/David Borrat)
Carles Puigdemont, el pasado 26 de marzo en Perpiñán, Francia. (EFE/David Borrat)
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Activistas y dirigentes de Junts per Catalunya (JxCAT) han comenzado a abandonar la formación posconvergente. Estos disidentes, en el núcleo duro del independentismo, han posado su mirada en Aliança Catalana (AC), el nuevo partido con el que Sílvia Orriols, alcaldesa de Ripoll, quiere saltar al Parlament. Muchos de ellos, que hasta ahora habían nutrido las filas del partido de Carles Puigdemont, no están contentos con su líder y buscan otros cantos de sirena que les prometen un futuro Estado catalán con un control férreo de la inmigración. Comienza una diáspora hacia el nuevo soberanismo extremista, mientras la cúpula de Junts estudia ya cómo parar la sangría de simpatizantes.

Uno de los primeros en abandonar el barco de Puigdemont es Anthony Sánchez, el exlíder de las juventudes de Junts. Sánchez ha tomado partido. "He avalado la candidatura de Sílvia Orriols y de AC para las elecciones del 12 de mayo. Se merecen una oportunidad de oro para demostrar su valía. Solo faltas tú. Firma", se decidió a postear esta semana, tras el anuncio de la alcaldesa de Ripoll de presentarse como candidata.

Más tarde, anunció que estaba colaborando en la tarea de recogida de firmas para presentar la candidatura: "Sílvia Orriols no es de extrema derecha, pero sí de extrema coherencia, extrema dignidad y extrema catalanidad. Salvemos Cataluña". Unas palabras, por otro lado, muy similares a las empleadas por Vox en numerosas ocasiones. "No somos extrema derecha, somos extrema necesidad", dicen desde el partido de Santiago Abascal.

Foto: Sílvia orriols de aliança catalana (EFE/David Borrat)

El joven activista, habitual de las redes sociales, redactó una larga misiva este martes para justificar su posición. "En esta vida, todos se pueden equivocar, pero pocos asumen el error y rectifican. Cuando hice estas declaraciones tildando a Sílvia Orriols y a AC de xenófobos, aún no los conocía. Basaba mi opinión en las opiniones interesadas de terceras personas. Ahora, con la suficiente perspectiva, certifico que eran personas dogmáticas, sectarias y totalitarias las que me decían eso. De hecho, eran personas tan endogámicas y cerradas que incluso entienden la amistad desde su pensamiento único (…) Así que una vez que me encontré con Sílvia y otras personas implicadas en AC me di cuenta de nada de lo que me vendían de ellos era cierto. No eran monstruos ni demonios sin alma. No eran fascistas, ni racistas, ni nazis. Al contrario, son personas sinceras, democráticas e independentistas".

"Sílvia Orriols no es de extrema derecha, pero sí de extrema coherencia, extrema dignidad y extrema catalanidad. Salvemos Cataluña"

El joven activista apuesta por los valores de AC, por recuperar "la estima nacional", por "vivir plenamente en catalán en nuestra casa" y por "parar la sustitución demográfica, nacional y cultural de nuestro país". También señala que "los procesos de castellanización y guetización son un grave problema para la convivencia y la paz social en Cataluña", pide "restituir el Estado catalán independiente, tomando las riendas de nuestro futuro rompiendo toda ligazón de sumisión con España, tomando todas las competencias estatales y controlando nuestros pasos fronterizos". Y termina reclamando el voto para Sílvia Orriols.

El pasado 21 de marzo, Anthony Sánchez rompía definitivamente amarras con Junts. "No quiero saber nada más de Puigdemont. Nada más. ¿De héroe del primero de octubre a vendedor de elixires del oeste americano con una nueva propuesta de nuevo referéndum español pactado bajo el brazo? ¡Qué indecencia!". Se trata de un toque de atención, aunque sea más de imagen, para Puigdemont y los suyos. Hasta ahora, Sánchez era una persona de la total confianza de la cúpula posconvergente.

Foto: La alcaldesa de Ripoll, en Girona, Sílvia Orriols. (EFE/David Borrat)

Fredi Bentanachs, activista y fundador de Terra Lliure, exresponsable de seguridad de la ANC y defensor a ultranza de Puigdemont, también le ha dado la espalda al expresident. Su ideario bélico le ha llevado a recomendar "palos" a los detractores de Orriols. Todo a raíz de una queja de la propia política a última hora de este martes, que denunció que "extremistas de izquierdas han agredido a militantes de AC y les robaron hojas con avales": "La próxima vez que queráis llamar fascista a alguien, miraos en el espejo. Vergüenza absoluta". Y Bentanachs recomendó: "No son de izquierdas, son nazis españoles, chusma lerrouxista, Sílvia. Les hace falta zumo de bastón y mucho". El exterrorista llama en sus mensajes a "parar el fascismo islámico" y aboga por echar "a esta mierda fuera de Cataluña".

El activista, que llegó a publicar en las redes una foto suya abrazando a Puigdemont en la casona de Waterloo, comenzó a alejarse de los posicionamientos del fugado hace meses. "El gobierno de Waterloo, con Carles Puigdemont al frente, no podéis presentaros en España. Es incongruente y blanquea el 155. Basta, por favor, con este absurdo. No os apoyo", anunciaba días antes de las elecciones generales del año pasado, un mensaje rescatado y vuelto a enviar esta semana. En los últimos meses, se ha caracterizado también por retuitear muchos de los mensajes de Orriols.

Albert Donaire, responsable de la sectorial de Mossos independentistas de la ANC y activista del Consell de la República, es otro de los que no quitan ojo a la alcaldesa de Ripoll. "Una alternativa independentista que se presenta a las elecciones", publicitó Donaire este lunes, tras conocerse que Orriols optará a ser presidenta de la Generalitat. 24 horas después, añadió: "Defender la lengua catalana, la identidad nacional del país, la cultura, la historia… pedir que quien viene a Cataluña se integre, venga a aportar y sea uno más, pero que quien venga a delinquir y a restar, sea expulsado… defiendes esto y ya te llaman de extrema derecha o fascista".

El "club de fans"

La influencer y escritora Vogelfrei es otra que ha acogido con entusiasmo la decisión. Con casi 38.000 seguidores en redes sociales, Volgelfrei advirtió: "Tiembla, Puigdemont". "En las anteriores elecciones al Parlament (2021), los partidos procesistas (que no independentistas) perdieron 713.296 votos tras una histórica abstención del 48,71%. Yo acabo de decidir que el 12 de mayo no me abstendré", añadió. Adjuntaba el retuit del vídeo que Orriols había publicado para anunciar su candidatura.

Jaume Sastre, uno de los principales activistas y militante del Consell de la República, que encabezó la revuelta contra la disolución de la Asamblea de Representantes, arremetió contra el expresident: "Después de cargarse el Consell de la República, Puigdemont intenta poner en marcha un club de fans. A ver a quién consigue enredar de nuevo en la constante huida hacia adelante para volver al autonomismo y a la negociación para reformar España que, a la hora de la verdad, nunca ha abandonado".

Foto: La líder de la formación independentista y de extrema derecha Aliança Catalana, Silvia Orriols, tras ser elegida alcaldesa de Ripoll. (EFE/David Borrat)

La corte de Puigdemont ha preferido dar la callada por respuesta. Ninguno de sus escuderos ha mencionado a Orriols porque creen que ello le daría publicidad y la haría crecerse electoralmente. Una de las lenguas más afiladas del entorno del líder de Junts, Lluís Llach, guardó un silencio sepulcral. Pero, en cambio, no tuvo reparos en cargar contra la CUP: "Usual miopía CUP: uno de los nombres que se habían puesto sobre la mesa para representar a esta facción fue el de Guillem Fuster. Pero fue vetado por otros motivos, por pertenecer al govern del Consell de la República presidido por Carles Puigdemont".

Las palabras de Llach tienen doble trasfondo. Fuster, el rechazado, era ministro de Puigdemont junto al propio Llach. Pero está en el Consell en nombre de Poble Lliure, no de la CUP. Sin embargo, el excantautor suele rechazar categóricamente todo lo que se salga de la línea oficialista puigdemontista.

Josep Costa, exvicepresidente del Parlament, otrora hombre de confianza de Puigdemont y ahora crítico y escorado hacia la ANC, solo expresó que "la salud del independentismo es tan precaria que convertirlo en un movimiento xenófobo sería la manera más rápida de aplicarle la eutanasia". "De tan obvio que es no debería ser necesario ni razonarlo. Pero será preciso insistir, porque no hemos luchado todos estos años para acabar así", aseveró. Costa era uno de los nombres que sonaban para ir como destacado en la abortada lista cívica de la ANC. Pero en sus escritos, mensajes y comunicaciones tampoco menciona a la innombrable Orriols.

Activistas y dirigentes de Junts per Catalunya (JxCAT) han comenzado a abandonar la formación posconvergente. Estos disidentes, en el núcleo duro del independentismo, han posado su mirada en Aliança Catalana (AC), el nuevo partido con el que Sílvia Orriols, alcaldesa de Ripoll, quiere saltar al Parlament. Muchos de ellos, que hasta ahora habían nutrido las filas del partido de Carles Puigdemont, no están contentos con su líder y buscan otros cantos de sirena que les prometen un futuro Estado catalán con un control férreo de la inmigración. Comienza una diáspora hacia el nuevo soberanismo extremista, mientras la cúpula de Junts estudia ya cómo parar la sangría de simpatizantes.

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