El soberanismo reivindica la memoria de Terra Lliure con homenajes a terroristas

El histórico militante independentista Carles Castellanos, detenido en varias ocasiones y acusado de pertenecer a la organización terrorista Terra Lliure (él siempre negó esa condición), será el protagonista de un “homenaje nacional” que se le tributará el próximo 1 de julio en el recinto municipal de la antigua fábrica Fabra y Coats, de Barcelona. Castellanos, detenido en los años 80 y 90 por sus conexiones con la organización armada, era pareja de la también activista Eva Serra, fallecida hace poco tiempo. En la actualidad, es militante de Poble Lliure, el mayor de los partidos que componen la CUP. Además, es militante de la Asamblea Nacional Catalana, de la que llegó a ser vicepresidente en 2013 y en cuyo seno llegó a crear la plataforma crítica Drassanes, que más tarde finiquitó.

El homenaje es organizado por Poble Lliure y en su reclamo destaca que Castellanos es el símbolo de “seis décadas de militancia por la independencia y la revolución”. El partido destacaba en un tuit que “hoy es un día muy especial porque os anunciamos que este año rendimos homenaje a nuestro compañero y referente histórico del independentismo Carles Castellanos”. Hace dos semanas, en el digital Llibertat, Castellanos se apuntaba a las teorías conspiranoicas, negaba que España sea una democracia y acusaba al Estado de “encubrir crímenes sospechosos (como los atentados en Barcelona y Cambrils en agosto de 2017), no permitiendo que fuesen investigados”. Estas teorías son mantenidas por un espectro extremista del independentismo catalán.

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En el mismo artículo, Castellanos, que siempre abusó del espíritu épico secesionista, asegura: “Si la extrema derecha no fuese España, podríamos decir que España (en todas sus formas y expresiones políticas) ama a la extrema derecha y aprecia el trabajo (sucio) que le hace, que le permite hacer llegar la represión donde no llega la de su legalidad”. Y termina con una reflexión consecuente con la que explica, generalizando y extrapolando la reflexión, la supuesta connivencia de España con el auge de la extrema derecha: “La máxima del régimen que está continuando la esencia del espíritu franquista era la conocida ‘España, antes roja que rota’, que ha pasado a ser ‘España, antes autodestruida que Cataluña libre’. Y éste es todo el plan que tienen en sus cabezas. Lo que no saben es que —quizá sin quererlo— están creando el escenario idóneo para nuestra independencia y cavando así su tumba política”.

Crítico con la ANC

Esta web es la que prestó su servidor para alojar el sitio de la “Conferencia Nacional Antirrepresiva” realizada en otoño el 2021 y organizada por la ANC, Òmnium Cultural y otras 11 entidades soberanistas. Detrás del portal de Llibertat se encuentran activistas relacionados con la CUP y, directamente, con Poble Lliure. El portal es editado por la entidad Investigació de la Informació i la Comunicació als Països Catalans, cuyo presidente es Marià Miró, concejal de la CUP en Berga y hasta este mes tercer teniente de alcalde. Pero el tesorero es Carles Benítez, uno de los históricos de Terra Liure, detenido en 1982, liberado en 1985 y detenido de nuevo en 1989 por haberse incorporado a la cúpula de la organización armada. Precisamente este activista es coautor del libro Historia del independentismo 1979-1994 junto a Carles Castellanos, David Bassa y Raimon Soler. Benítez es también militante de Poble Lliure.

Castellanos fue uno de los fundadores del Partit Socialista d’Alliberament Nacional (PSAN) en 1968, que años más tarde sufrió varias escisiones. En 1979, participó en la creación de Independentistes dels Països Catalans (IPC) y en la Organització Socialista d’Alliberament Nacional (OSAN), partido que acabó aliándose con Endavant, que hoy es el núcleo duro de la CUP. Y, en los años 80, fue uno de los impulsores del Moviment de Defensa de la Terra (MDT). En los 70, 80 y 90, fue detenido en varias ocasiones y acusado de pertenecer a Terra Lliure y de colaborar puntualmente con ETA. Ingeniero industrial y lingüista, fue doctor en Traducción por la UAB. Como militante cualificado de la ANC, considera que la lista cívica que la actual dirección de la organización quiere plantear es un error y hace unos meses advertía de la posibilidad de una escisión en la veterana entidad cívica, ya que considera que detrás de la presentación de esa lista (que, dicho sea de paso, perjudica a los grandes partidos, entre los que se encuentra la CUP) se encuentran intereses de “ambición personal o simplemente pulsiones de matiz personalista”.

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Un informe de los servicios de información confeccionado en pleno procés diseccionaba los principales activistas del independentismo, entre los que incluía a Castellanos. De él destacaba que “facilitó 15 kilos de pólvora (según declaraciones de los terroristas, no demostrado en el juicio) a los miembros de Terra Lliure Marcellí Canet y Sebastià Datzira, acusados de la muerte de Emilia Aldomà (única víctima de la organización terrorista). Ambos terroristas, después de cumplir sus condenas, fueron reclutados por ERC. Actualmente, ambos son funcionarios de la Generalitat de Cataluña”. Emilia Aldomà, de 62 años, murió al caérsele encima una pared en su domicilio de Les Borges Blanques, cuando el comando terrorista puso una bomba en las dependencias de los juzgados de la localidad. El fiscal dijo que la pólvora fue facilitada por Carles Benítez durante una reunión en una cafetería de las Ramblas sobre el 23 de junio de 1987 y, aunque no pudo probar que Castellanos estuviese integrado en la cúpula de la organización ni sabía para qué hecho en concreto se iba a utilizar el material, aseguraba que sí conocía que era para fines delictivos.

Otro homenaje de la CUP

En el informe se menciona también a Eva Serra, que había sido su pareja, “detenida en multitud de ocasiones por delitos de terrorismo” y a Blanca Serra, hermana de la anterior, “implicada en las mismas actividades. Acusada de colaborar con ETA en julio de 1980 y de pertenecer a Terra Lliure”. Las hermanas Serra, juntamente con Castellanos, fueron detenidas en 1992, en el marco de la llamada Operación Garzón. Josep de Calasanç Serra, otro de los hermanos, se exilió en Francia y fue uno de los fundadores de Terra Lliure, aunque en 1982 fue expulsado de la organización debido a sus planteamientos moderados.

El pasado 28 de enero, la CUP rindió también un homenaje a Blanca Serra, que “pertenece a una familia de resistentes de larga trayectoria”. Al acto acudió una nutrida representación de altos dirigentes cuperos, como David Fernández, Gabriela Serra, Eulàlia Reguant, Maria Sirvent, Julià de Jódar o Basha Changue, que fue la alcaldable por Barcelona el 28-M.

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Los homenajes a Castellanos o Serra no son hechos aislados: desde círculos independentistas se potencian a menudo artículos de reconocimiento a terroristas o a activistas “muertos en combate”. Hace dos semanas, desde algunos círculos se recordaba la “muerte accidental del luchador independentista Fèlix Goñi ‘Bruc’”, muerto en 1979. De él dice la glosa, “murió accidentalmente cuando manipulaba un explosivo que tenía como objetivo denunciar las extradiciones”. En realidad, tras ese eufemismo se esconde el hecho de que el activista murió cuando le explotó la bomba que iba a colocar en unas oficinas de la empresa Renault en Barcelona. La cuenta de Twitter soberanista mantiene al día las efemérides catalanistas realzando los perfiles de los terroristas. Así, recordaba hace unos días que “la organización armada GRAPO” puso 4 explosivos en oficinas de ETT de Barcelona el 8 de junio de 2000. También recordaba el 30 de mayo que el mismo día, pero de 1981, “un comando de Terra Lliure destruye el repetidor de TVE en Montserrat”.

Terroristas recordados

Estat Català, grupo extremista catalán, homenajeó al activista anualmente en el lugar donde le explotó la bomba. En un llamamiento hace unos días a celebrar de nuevo el recordatorio, publicaba un cartel del año 2012 sobre el homenaje al terrorista, en el que incluía un retrato del activista, la estelada y el logotipo de Terra Lliure.

Desde círculos independentistas se potencian a menudo artículos de reconocimiento a terroristas o a activistas “muertos en combate”

Otro de los activistas homenajeados públicamente es Martí Marcó. A este independentista, las Juventudes de ERC le dedicaron un mural en Sabadell en el que dicen que “marcó la lucha independentista” y destacan que era militante de las Juventudes de ERC y que “fue asesinado por la Guardia Civil el 26 de enero de 1979”. Marcó fue entrenado por ETA en el sur de Francia y le facilitaron un arsenal de armas para fortalecer Terra Lliure a finales de los 70. El 26 de enero de 1979, cuando preparaba un asalto a un furgón blindado con su comando (del cual formaban parte Fèlix Goñi, Fredi Bentanachs, Quim Pelegrí y Griselda Pineda), se encontró con un control policial. Herido tras un tiroteo, fue abandonado por sus compañeros y auxiliado por algunos vecinos y transeúntes, pero murió en el hospital dos días más tarde, convirtiéndose en el primer terrorista catalán abatido por las fuerzas de seguridad. El núcleo duro de la CUP publicó, con motivo del 40 aniversario de su muerte, carteles invitando a un homenaje y calificando el 26 de enero como “Día del Combatiente Catalán”.

Periódicamente, en las redes se realizan determinados homenajes a activistas. El pasado 22 de mayo, se hacía eco de la noticia que el mismo día, pero de 1999, “Pere Bascompte, histórico dirigente de la organización armada Terra Lliure, volvía a Manresa, su ciudad natal, después de 16 años de exilio en la Cataluña Norte”. Especificaba el recordatorio que Bascompte volvía “una vez habían prescrito judicialmente las causas que tenía en el Estado español”. Lo cierto es que, en 1983, había sido condenado a 9 años de cárcel por el secuestro de Federico Jiménez Losantos, pero un error judicial le dejó en libertad al año siguiente, lo que provocó su fuga a Francia. Precisamente, el pasado 21 mayo el perfil de Twitter resaltaba que en 1981 se produjo “una acción de Terra Lliure contra Jiménez Losantos, uno de los principales firmantes del Manifiesto de los 2.300 que pretendía dividir a la sociedad catalana”.