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Abel Riu, de negarle el Govern una beca a responsable internacional del independentismo
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Abel Riu, de negarle el Govern una beca a responsable internacional del independentismo

La ANC impulsa el Catalonia Global Institute (CGI), con sede en Suiza, para condicionar la política exterior de Cataluña actuando como misil contra Pere Aragonès

Foto: Abel Riu (izquierda) imparte una conferencia en Barcelona. (Adjuntament de Barcelona/Cesc Maymó)
Abel Riu (izquierda) imparte una conferencia en Barcelona. (Adjuntament de Barcelona/Cesc Maymó)

La relación del independentismo catalán con Suiza no es nueva. Allí se establecieron la la exdiputada de la CUP Anna Gabriel o la secretaria general de ERC, Marta Rovira. También en el país helvético, Carles Puigdemont se reunió con personajes vinculados a la Administración rusa en un momento en el que buscaba aliados internacionales para su cruzada secesionista. Y ahora vuelve a cobrar relevancia. Suiza se ha convertido en la sede de la última institución impulsada por el soberanismo para la internacionalización del procés. O del nuevo procés. Se trata del Catalonia Global Institute (CGI), que preside Abel Riu.

placeholder Movilización independentista. (EFE/Enric Fontcuberta)
Movilización independentista. (EFE/Enric Fontcuberta)

En el registro suizo figuran como personas responsables del mismo Abel Riu Laguna, Agustín Díaz Salvadores, Jofre Moreno Rocabert, Rosa Cabús Carrera, Roger Castellanos Corbera, Zahia Guidoum Castilblanque, Víctor Puig Sebastián, Daniel Roldán Jiménez y Miguel Vila Moreno. En su manifiesto fundacional figura como una entidad que trabaja “para recuperar la credibilidad de Cataluña como sujeto político que aspira a la plena soberanía” y su aspiración es “trabajar con agentes públicos y privados por la internacionalización de Cataluña en clave, visión y aspiraciones de Estado”.

Daban apoyo a este chiringuito personajes tan diversos como el exvicepresidente catalán Josep Lluís Carod-Rovira; la entonces presidenta de la ANC, Elisenda Paluzie; el expresidente del Govern de Baleares Cristòfol Soler; el jefe de la Oficina de Carles Puigdemont, Josep Lluís Alay; el principal asesor de Puigdemont en el Parlamento Europeo, Aleix Sarri; el secretario general de Intersindical-CSC, Sergi Perelló; el exvicepresidente de la ANC y responsable de la caja de resistencia del independentismo, Josep Cruanyes; el presidente de la Sociedad de Estudios Militares, Pol Molas; el exjefe de Podemos en Cataluña, Albano-Dante Fachín; el excabeza de lista de la CUP en las elecciones al Parlament Antonio Baños; el exdiputado cupero Julià de Jódar; los activistas Carles Castellanos y Blanca Serra (vinculados a Terra Lliure); el sociólogo exconvergente Salvador Cardús; o el filósofo Jordi Graupera, que fue la apuesta de la ANC en las últimas elecciones municipales.

Su presidente

Pero, ¿quién está detrás del CGI? Su presidente es Abel Riu, un licenciado en Ciencias Políticas y de la Administración por la Universidad de Barcelona y master en Estudios Euroasiáticos por la Universidad de Uppsala. En la época del procés, fue becario en la embajada en Polonia. En una de sus biografías, desliza que en 2017 “trabajó como responsable de relaciones con los Países Bálticos en la Delegación en Polonia” y que en 2019 fue nombrado director de la “oficina internacional de la ANC”. Según la documentación a la que ha tenido acceso El Confidencial, en 2017 cobraba 1.659,04 euros como “sueldo técnico” operando en la embajada de la Generalitat en Polonia. Ese año, por las nóminas de octubre y noviembre cobró el 13 de diciembre 3.298,71 euros en concepto de dietas en Vilna, la capital de Lituania. El 21 de diciembre, cobró 2.340,34 euros como nómina y liquidación, salario que salió del presupuesto público catalán.

Foto: Manifestación a favor de la inmersión lingüística en catalán. (EFE/Quique García)

Pero en ningún sitio se recoge, por ejemplo, que en 2014 fue excluido de las becas de formación en el ámbito euromediterráneo para licenciados superiores. Eran becas convocadas por el Institut de la Mediterrània y, según una resolución firmada por su presidente ejecutivo, Senén Florensa, Abel Riu fue uno de los que peor nota sacó en la convocatoria: aparte de los 7 ganadores y otros 25 que quedaron en reserva, de un total de 79, Riu quedó en el número 56 de la lista de los rechazados. En resumen, fue excluido de las becas del Govern por no haber alcanzado la puntuación necesaria.

Tres años más tarde ya estaba en la rueda del procés ocupando un puesto en la embajada en Varsovia y dos años más tarde era el responsable del área internacional de la ANC. En la actualidad, es un especialista en temas rusos y a menudo escribe artículos y realiza intervenciones sobre el tema de la guerra de Ucrania. Pero lo que pocos saben es que Riu tuvo unos comienzos en los que se rodeaba de comunistas de piedra picada: en las municipales de 2011, concurrió en el número 25 de la lista de Lleida (que encabezaba Antoni Yus Piazuelo) de Lleida Treballadora (LT). En realidad, Yus había sido del Partit Comunista del Poble de Catalunya (PCPC), una extraña formación que nunca llegó a prosperar y que se había desgajado de la prosoviética formación Partit dels Comunistes de Catalunya (PCC), que seguían el dictado duro de la política de Moscú. Ante los reiterados fracasos del PCPC junto a la mayoría de sus colegas, se presentó como LT. El resultado fue, igualmente, muy exiguo.

Operación de la ANC

La ubicación de Riu en la cúspide del CGI no es casual, sino que guarda relación directa con la intención de la ANC de utilizar este nuevo organismo como cabeza de misil en el nuevo proceso de internacionalización del conflicto catalán. Y, de paso, es utilizada para influir en la política exterior del Govern y, en determinados momentos, para plantearle conflictos. No deja de ser significativo que ningún dirigente de ERC apoyase el nacimiento de CGI. Sin embargo, el núcleo duro de Puigdemont y la cúpula de la ANC se volcó con ese chiringuito.

Foto: Anc plantea al govern declarar la independencia el segundo semestre de 2023

Una de las primeras acciones del CGI fue poner en solfa la política exterior del Govern, ya que la ANC ambicionaba hacer con esta entidad lo que el Gobierno de Pere Aragonès no podría hacer con su estructura autonómica. Por eso una de las primeras medidas que quería que se tomase era “separar orgánicamente la consellería de Exteriores de las competencias de relaciones institucionales y participación” para dedicarse en cuerpo y alma a la internacionalización del procés. Reclamaba el diseño de una “política exterior de Estado” para que no vuelva a ocurrir la pérdida de credibilidad internacional como en octubre de 2017 o aumentar el apoyo a las entidades catalanas con presencia en el exterior. O sea, a las delegaciones de la ANC, que cuenta con una intrincada red de células de apoyo por todo el mundo.

La actividad en las redes de Riu se ha multiplicado últimamente, en línea con la estrategia de la ANC: ha pedido que se retiren las subvenciones la Fecac, la entidad que organiza la multitudinaria Feria de Abril en Barcelona (“Basta de pagafantismo”, escribió); calificó de “pura violencia inmobiliaria” la decisión judicial de que el Ayuntamiento de Barcelona concediese licencia de piso turístico a 120 inmuebles (“Han de comenzar a pasar cosas”, advirtió); denunció que “en la Cataluña ocupada, la democracia no es más que una simulación” ante la decisión de la Junta Electoral de retirar el escaño a Laura Borràs; calificó de “violencia lingüística en estado puro” la noticia de que una empleada de una cadena de supermercados fue despedida por “hablar en catalán” (“A tomar por saco, desgraciados”, clamó a los responsables del supermercado); criticó la decisión de Xavier Trias de pactar incluso cono el PSC, a quien Riu considera enemigo; y la guinda fue un “Gerard Piqué, eres un mierda”, después de la polémica de un vídeo en el que una árbitro de la Queens League pidiese a una jugadora que se acordase de hablar en castellano, ya que el programa iba dirigido al público latinoamericano esencialmente.

Un percance en Jartum

Es más: los días 20 y 21 del mes de abril se celebró en Barcelona la primera reunión de la UNPO, la Organización de Nacional de Pueblos No representados, de la que es miembro la ANC y cuyos foros utiliza esta entidad para desgastar la imagen de España internacionalmente. La introducción a ese foro fue una jornada en la que el protagonismo recayó, precisamente, en el CGI, aunque fue presentado como una organización de analistas independientes. Era, precisamente, Abel Riu el encargado de presentar el estudio Movimientos secesionistas y estrategias de internacionalización: un estudio comparativo. El otro conferenciante era otro alto dirigente del CGI, Jofre Rocabert, un activista que había sido coordinador de la ANC en Suiza.

Foto: Una vista sobre la ciudad de Jartum, donde continúan los combates. (Reuters)

Cuatro días antes de las jornadas, Rocabert se quedó atrapado en Jartum, la capital del Sudán, en el último intento de golpe de estado en ese país. Desde allí, realizó un llamamiento desesperado para que le ayudasen a salir y pudo ponerse en contacto con su familia y amigos para que éstos contactasen con el Govern y que le echasen una mano. Rocabert se encontraba en Sudán como cooperante del Consejo Noruego para los Refugiados. Según fuentes de la Conselleria de Acción Exterior, el Govern intermedió con el Ministerio de Asuntos Exteriores y con la Embajada española para tratar de ayudar a los catalanes atrapados en aquel país. Finalmente, fueron los franceses los que repatriaron el grupo donde estaba Rocabert. “Mientras estuvo atrapado, el Departament se mantuvo en contacto permanente con él y con su familia, con su entidad y con instituciones como el Ministerio o la Embajada. Fueron contactos que se llevaron con discreción”, señalan fuentes del Govern a El Confidencial. El 29 de abril, el activista escribía un tuit en el que explicaba que el día 27 “fuimos rescatados juntamente con trabajadores de la ONU por la fuerza aérea francesa. Quiero agradecer al ejército francés la operación y al Departamento de Exteriores el seguimiento con mi familia”. En la presentación barcelonesa del informe había sido sustituido por Daniel Roldán, editor jefe del CGI.

La relación del independentismo catalán con Suiza no es nueva. Allí se establecieron la la exdiputada de la CUP Anna Gabriel o la secretaria general de ERC, Marta Rovira. También en el país helvético, Carles Puigdemont se reunió con personajes vinculados a la Administración rusa en un momento en el que buscaba aliados internacionales para su cruzada secesionista. Y ahora vuelve a cobrar relevancia. Suiza se ha convertido en la sede de la última institución impulsada por el soberanismo para la internacionalización del procés. O del nuevo procés. Se trata del Catalonia Global Institute (CGI), que preside Abel Riu.

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