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Aragonès viajó en secreto a Ginebra para pactar con Rovira y Junqueras ser candidato
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Gesto de autoridad del 'president'

Aragonès viajó en secreto a Ginebra para pactar con Rovira y Junqueras ser candidato

ERC ha solventado en el inicio de año el debate respecto al candidato para la Generalitat en 2025. El actual 'president', confirmado en el cargo, descarta el adelanto electoral tras reordenar su Ejecutivo

Foto: Oriol Junqueras y Pere Aragonès, en el Consell Nacional del pasado sábado. (EFE/Andreu Dalmau)
Oriol Junqueras y Pere Aragonès, en el Consell Nacional del pasado sábado. (EFE/Andreu Dalmau)
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Gesto de autoridad de Pere Aragonès en las tres primeras semanas de enero: candidato de ERC a las elecciones catalanas, reajuste en la Generalitat y descarte del adelanto electoral. No fue fácil llegar hasta aquí, porque había que enterrar “la vía Junqueras”, tal y como denominan en el partido la alternativa de que el elegido para los comicios fuese Oriol Junqueras. El president viajó a Ginebra para desbloquear la situación y mantuvo una reunión fuera de la agenda oficial con la secretaria general de la formación republicana, Marta Rovira, y con el propio Junqueras.

Desbloqueada la situación y aceptado por todas las partes que la amnistía no llegaría a tiempo para que Junqueras fuera cabeza de lista, se pasó a la acción, según explican fuentes de los republicanos.

Portavoces de ERC han declinado hacer declaraciones al respecto. Otras voces del partido apuntan que la reunión no fue secreta, sino discreta. Pero lo cierto es que la Generalitat dejó este encuentro fuera de la agenda oficial del president Aragonès.

Pere Aragonès viajó el 10 de enero a Ginebra y volvió ese mismo día. Aunque la relación entre los tres es fluida, hacía falta verse en persona y Rovira sigue huida en Suiza.

Entendiendo las razones de Junqueras, Rovira defendió durante ese encuentro en Ginebra que aplazar la decisión de escoger el candidato no iba a cambiar el resultado final y que convenía acelerar el proceso para evitar el desgaste interno del partido y que el socialista Salvador Illa, ya designado, siguiese tomando ventaja en las encuestas.

Desde Palau, han restado importancia a esta cumbre a tres, sin confirmarla, alegando que es la realidad a la que obliga lo que denominan “exilio”. Forma parte de una normalidad no deseada. La mayoría de las veces se reúnen telemáticamente y para casos importantes, como este, se intenta que sea en persona.

Foto: El presidente de ERC, Oriol Junqueras. (EFE/Enric Fontcuberta)

Antes de Navidades, Junqueras había explicado en sus círculos más cercanos que ya había asumido que no sería candidato, pero no quería reconocerlo de manera pública por considerar que hacerlo socavaba su poder dentro del partido. Al final, la intercesión de Rovira resultó clave para que Junqueras aceptase que lo mejor para la formación independentista era repetir candidato, aunque los resultados de Aragonès en los sondeos siguen sin ser muy buenos.

La reunión en Ginebra fue bien. Pero Junqueras quería controlar los tiempos. La entrevista en La Vanguardia —en la que el president anunciaba: “Tengo energía para volver a ser candidato”— el 14 de enero no sentó bien en la calle Calabria, la sede central de ERC en Barcelona. El aparato junquerista entendió que se estaban saltando el calendario y que debía ser el partido y no Palau quien marcase el calendario de la designación.

Paz por territorios

El 18 de enero, miércoles, ERC anunciaba un Consell Nacional para ese mismo sábado y se filtraba que Aragonès iba a ser escogido candidato para las elecciones catalanas. Ese sábado 20 de enero, Junqueras y Aragonès daban imagen de unidad. Pero la procesión iba por dentro.

El Consell Nacional acordaba cambios en clave de partido con personas cercanas a Junqueras. El secretario de Medios de Comunicación y Difusión del Gobierno, Oriol Duran, un especialista en campañas electorales, pasaba a asumir la vicesecretaría de Comunicación. Por su parte, Cristian Agudo deja de ser asesor de la Diputación y pasa a ocupar la secretaría de Comunicación de la ejecutiva.

Tras el Consell Nacional, Junqueras refuerza su poder sobre el aparato de ERC

El tercer cambio también en clave de poder junquerista era que el exconseller Raül Romeva dejase la ejecutiva para presidir la Fundació Irla, con lo que se asegura el control sobre el patrimonio del partido. La fundación es la propietaria, por ejemplo, de todas las sedes de la formación. Un acuerdo que algunas fuentes consultadas han definido como “paz por territorios”.

El ascenso de Sebrià

La contrapartida es el ascenso de Sergi Sebrià en los cambios anunciados este martes. Sebrià, el auténtico hombre fuerte del Govern en la sombra, ahora sale a la luz como viceconseller de Comunicación y Estrategia. Mientras que la relación entre Aragonès y Junqueras es fluida, Sebrià sí que había chocado con el líder de la formación en diversos momentos de la legislatura. Pero tras conseguir el control del partido, Oriol Junqueras tenía que hacer alguna concesión y Sebrià es el hombre para todo de Aragonès en el Ejecutivo catalán.

Foto: El presidente de ERC, Oriol Junqueras, durante el consejo nacional del partido, el pasado 12 de noviembre. (EFE/Enric Fontcuberta)

Sebrià tiene un perfil “duro”, ganado a pulso cuando ocupó la portavocía del grupo republicano en el Parlament. Fuentes de ERC esperan que en su nuevo rol Sergi Sebrià asuma un papel de azote público de la oposición en el año que queda hasta las elecciones catalanas. No será el portavoz del Ejecutivo catalán, pero se prevé que aparecerá en los medios de comunicación para fustigar sobre todo al PSC, al que los republicanos consideran su auténtico rival político a medio plazo.

En este contexto, la llegada a la vicepresidencia de Laura Vilagrà resulta un tema menor. Ya es el brazo político de Aragonès, en especial en las relaciones con Madrid, papel que ahora quedará reforzado. La verdadera clave de estas tres semanas de enero es que se preserva la unidad del partido y se aparca cualquier veleidad de adelanto electoral.

Gesto de autoridad de Pere Aragonès en las tres primeras semanas de enero: candidato de ERC a las elecciones catalanas, reajuste en la Generalitat y descarte del adelanto electoral. No fue fácil llegar hasta aquí, porque había que enterrar “la vía Junqueras”, tal y como denominan en el partido la alternativa de que el elegido para los comicios fuese Oriol Junqueras. El president viajó a Ginebra para desbloquear la situación y mantuvo una reunión fuera de la agenda oficial con la secretaria general de la formación republicana, Marta Rovira, y con el propio Junqueras.

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