Aragonès aleja el fantasma del adelanto electoral con un ajuste cosmético en el Govern

El presidente catalán Pere Aragonès ha hecho un pequeño ajuste en la Generalitat para cambiar su equipo ejecutivo sin perder la continuidad y alejar así el fantasma de un avance electoral. Nombra a la actual consellera de Presidència, Laura Vilagrà, nueva vicepresidenta y a director de la oficina de Presidencia, Sergi Sebrià nuevo viceconseller de Comunicación y Estrategia, dependiendo de Vilagrà.

“Aquellos que esperasen un beneficio electoral que abandonen toda esperanza y si alguien estaba sembrando dudas desde la oposición la decisión de hoy despeja cualquier horizonte. Este Govern acabará la legislatura”, ha manifestado Aragonès en una comparecencia arropado por todos los consellers.

En esta leve remodelación no existen cambios de consellerias. Todos siguen en el cargo. Ni siquiera los que puedan estar cuestionados, como es el caso de Anna Simó en Educación por los malos resultados del informe PISA. Se trata, en esencia, de dos ascensos de dos personas que ya tenían mucho poder en Palau y que son el tándem que ha ido acompañando a Aragonès durante toda legislatura.

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Vilagrà actuó como brazo político del Ejecutivo catalán, ahí ha estado siempre en contacto con el ministro Félix Bolaños; y Sergi Sebrià, el spindoctor del ejecutivo catalán para temas de comunicación y medios que ahora asciende a viceconseller con mando en plaza para cuestiones estratégicas.

La principal modificación con estos dos ascensos es que ahora Sergi Sebrià podrá entrar en el Govern, siempre que Pere Aragonès se lo pida. Sebrià seguirá dirigiendo la Oficina del President, que no desaparece; y asume, además, los proyectos estratégicos de la Generalitat, como la nueva fábrica de prefabricación de semiconductores que Aragonès pactó con Pedro Sánchez en su último encuentro en Cataluña. Sebrià, por tanto, acaba convertido en un superjefe de gabinete con galones.

Cuando en la rueda de prensa se le ha recriminado a Pere Aragonès el carácter cosmético de los cambios, el presidente lo ha negado. “Para mí no es cosmético que Laura Vilagrà vaya a acompañar a la consellera de Territori en el traspaso de Cercanías o que la consellera de Economía tenga su apoyo para una cuestión tan importante como la resolución del déficit fiscal de Cataluña, que ya suma 22.000 millones”, ha recalcado el president. Pero el cambio es tan leve que ni tan sólo habrá una ceremonia de toma de posesión de las dos figura que ya eran claves en la Generalitat y que ahora salen reforzadas.

Adecuación a la realidad

Sin embargo, al presidente catalán se le ha escapado que “Laura Vilagrà será la nueva vicepresidenta del Govern, una tarea que de facto ya estaba haciendo”, con lo que refleja el ajuste en el organigrama no es relanzar el Govern de la Generalitat, como ha intentado presentar en su rueda de prensa, sino adecuar la estructura a una realidad ya existente. De hecho, Vilagrà ya canalizaba buena parte de las relaciones con Madrid.

Con el cambio, Aragonès mata cualquier especulación sobre avanzar las catalanas

Pero nadie hace un cambio así y lo anuncia a bombo y platillo para avanzar las elecciones. Una parte del partido estaba pidiendo a Aragonès que adelantase los comicios catalanes a abril, coincidiendo con las elecciones vascas, para evitar el desgaste que supondrá gestionar la sequía los próximos meses.

Ampliar el foco

El otro objetivo de Aragonès hoy ha ampliado el foco. Ha hablado de amnistía y de la “cuestión nacional”, por ejemplo diciendo que “celebramos los cambios pactados en la ley de amnistía porque este texto tendrá enemigos poderosos que intentará retrasar o limitar su implementación”.

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Pero sobre todo Aragonès se ha esforzado en ampliar el foco: la gestión de la sequía, uno de ellos, asegurando que la Generalitat asumirá mayor responsabilidad en la gestión de la construcción de la desaladora de Tordera, y que “Cataluña tendrá las infraestructuras necesarias para garantizar agua de uso doméstico a todos los catalanes".

También ha priorizado la defensa del catalán, una de las áreas que ahora recaerán bajo el control del ascendido Sergi Sebrià, desarrollar la primera fase del traspaso de Cercanías, “para garantizar el derecho a la movilidad de miles de catalanes”, en palabras de Aragonès; o incluso trabajar para renovar la Fórmula 1 en Montmeló más allá de 2026. La política catalana va más allá del procés. Y ahora es oficial.