Junqueras fracasa en su intento de que la Iglesia haga de verificador con Moncloa

Ni un milímetro se han acercado las posturas entre Oriol Junqueras y Carles Puigdemont en estos meses de negociación con el PSOE para la investidura de Pedro Sánchez. Las conversaciones han ido siempre en paralelo y aunque en Moncloa aspiran a que acaben encontrando un punto en común, a corto y medio plazo ERC y Junts son incompatibles. Hay una competición por los logros, el relato e incluso la puesta en escena de los acuerdos con el Gobierno. Si hace una semana el prófugo presentaba al diplomático salvadoreño, Francisco Galindo Vélez, como verificador, en los próximos días se dará a conocer el elegido por los republicanos. Como ocurrió con Junts, el hermetismo en torno a esta polémica figura es máximo, pero según ha podido saber El Confidencial, Junqueras habría fracasado en su intento de contar con un mediador avalado por la Santa Sede.

En su condición de católico, el líder de ERC ha buscado a través de "todas las vías a su alcance" que la Iglesia bendiga la causa independentista. Desde la Conferencia Episcopal y el Vaticano son tajantes a la hora de trasladar que "en ningún caso" habrá un verificador que cuente con su aval. Aclaran que si algún sacerdote extranjero se prestase lo haría sin el plácet de la Santa Sede porque su posición es mantenerse al margen de una "cuestión interna de España". No se les escapa que su participación contribuiría a "internacionalizar" la causa, uno de los principales objetivos de ERC y Junts.

En privado, fuentes vaticanas reconocen que en los últimos meses han sufrido "presiones", especialmente sobre el cardenal arzobispo de Barcelona, Juan José Omella. Su nombre ha sido deslizado como relator en varias ocasiones hasta el punto de verse obligado a desmentirlo públicamente: "No me lo han pedido y no me voy a meter donde no me llaman", zanjaba recientemente. Sobre la mesa también ha estado la Comunidad de Sant'Egidio. La plataforma eclesial tiene un reconocido currículum como mediador internacional y ha jugado un papel decisivo en conflictos como el de Mozambique.

"No es vocación de Sant'Egidio entrar en cuestiones netamente políticas por principios, por trayectoria ni necesidad", aseguran desde la entidad, al tiempo que precisan que "solo se ha dado un paso al frente como mediadores internacionales en caso de conflicto bélico para curar heridas, una acción violenta en sentido estricto que no es lo que está pasando en Cataluña". Asimismo, recuerdan que en el caso de España, el hoy presidente de la Conferencia Episcopal Italiana, Matteo Zuppi, colaboró en el diálogo con ETA porque se trataba de "avalar una opción justa que es dejar las armas". Zuppi es otro de los sugeridos en esta búsqueda de complicidad de la Iglesia.

"Ni bendición a la amnistía ni una mera referencia al derecho de los pueblos a decidir"

En 2017, tras la declaración unilateral de independencia, Puigdemont ya buscó una mediación por parte del Vaticano que no fructificó. El Papa manifestó el rechazo de la Iglesia a toda actitud que no esté basada en el respeto a la legalidad constituida en una reunión con el que en ese momento era el embajador español, Gerardo Bugallo. Hace ahora un mes, el presidente de Cataluña, Pere Aragonés, acudió a Roma para un encuentro con el Pontífice. Pese a que el catalán apeló a la discreción para dejar cierto misterio sobre lo tratado con Francisco, fuentes vaticanas sostienen que se extremó la precaución para que el Papa fuese "más comedido que nunca en sus palabras". "Ni bendición a la amnistía ni una mera referencia al derecho de los pueblos a decidir", insisten.

En el caso de Junqueras, llegó a enviar al Vaticano, según ha podido saber este diario, la propuesta de dos posibles candidatos a obispos para Cataluña con el fin de colocar a afines a la causa sin éxito. Posteriormente, se comprobó que los elegidos por el líder catalán carecían de un currículum "sano". El Parlamento de Cataluña aprobó una comisión para investigar los abusos de la Iglesia en paralelo a la del Defensor del Pueblo después de varios "desencuentros" con Juan José Omella por su negativa a posicionarse políticamente.

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EFE

La figura del verificador está siendo muy controvertida internamente en el PSOE, dado que no se comparte que Sánchez haya cedido a una exigencia que hasta días antes de cerrar el acuerdo con ERC y Junts se había reconocido por parte de Moncloa como una línea roja. En 2019, la propuesta de un relator por parte de los republicanos para aprobar los Presupuestos acabó en un adelanto electoral porque para Sánchez era una petición inasumible en aquel momento. Tras el malestar por la elección del diplomático salvadoreño, hay máxima expectación por el perfil que siente ERC en la mesa con el PSOE, que podría reunirse antes de las Navidades. El interlocutor con los de Junqueras ha sido hasta el momento el actual ministro de Justicia, Félix Bolaños. Queda por ver si repite, como lo ha hecho Santos Cerdán con Puigdemont, o se busca otra persona. ERC, tras recibir la negativa de la Iglesia, baraja otras opciones como el centro Henri Dunant o las fundaciones Swisspeace y Geneva Centre, entidades que han asesorado a Marta Rovira.