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Santos Cerdán y Puigdemont se han reunido tres veces más en el sur de Francia y Bélgica
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Recta final para la investidura

Santos Cerdán y Puigdemont se han reunido tres veces más en el sur de Francia y Bélgica

El secretario de Organización del PSOE ha llevado la negociación con el prófugo. Se han ocultado las citas, que confirman ambas partes, para evitar el desgaste por si fracasaba

Foto: Santos Cerdán y Puigdemont, reunidos en Waterloo, junto a otros miembros del PSOE y JxCAT. (EFE)
Santos Cerdán y Puigdemont, reunidos en Waterloo, junto a otros miembros del PSOE y JxCAT. (EFE)
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La Moncloa está acelerando para rematar cuanto antes el acuerdo de investidura. Dentro del ritual de gestos públicos que ha exigido Carles Puigdemont, para levantar el pulgar y dar sus siete síes a Pedro Sánchez, se enmarca la fotografía de la reunión del prófugo con el secretario de Organización del PSOE, Santos Cerdán, que se hizo pública horas antes de la jura de la Constitución de la princesa Leonor. En el independentismo se atribuyen la victoria de hacer coincidir ambos acontecimientos, mientras que entre los socialistas se justifica en ir dando pasos para acabar cuanto antes una negociación que se le está haciendo eterna incluso al presidente en funciones.

Los contactos entre los emisarios de la Moncloa y los de Puigdemont llevan meses y según ha podido saber El Confidencial, pese a que es la primera vez que se le da publicidad al encuentro entre Cerdán y el expresident, se han reunido en tres ocasiones más sin que trascendiera. Dos de las citas se han llevado a cabo en el sur de Francia y una en Bélgica, según el entorno del líder de Junts. Fuentes socialistas confirman al menos dos.

Desde que las urnas arrojasen el 23 de julio una suma para mantener a Sánchez en el poder, los socialistas han movido todos los hilos para abrir un canal permanente con Waterloo. El PNV ha ejercido de maestro de ceremonias con Andoni Ortuzar como mediador. El dirigente vasco ha frecuentado a Puigdemont, como también lo han hecho, siempre según fuentes de Junts, otros miembros del PSOE de “mayor rango” que el número tres. El equipo de emisarios por la parte socialista ha pivotado sobre Cerdán, el ministro de Presidencia, Félix Bolaños, y la titular de Hacienda, María Jesús Montero. El líder del PSC, Salvador Illa, estuvo en el principio de los contactos hasta que Puigdemont lo vetó tras asegurar a través de sus redes sociales que no era un “interlocutor válido” para generar confianza. Illa había pedido que el prófugo entonase una especie de mea culpa para allanar el camino a su amnistía.

Junts asegura que Puigdemont se ha reunido con miembros del PSOE de "mayor rango"

Cerdán ha hecho el trabajo sucio con interlocución casi permanente con los delegados de Puigdemont. Su partner en el otro bando es el exdiputado de Junts y actual secretario general, Jordi Turull. De los aspectos jurídicos se encarga el abogado del prófugo, Gonzalo Boyé, que ha estado revisando los términos de la futura ley por la que su defendido podrá regresar a España sin pasar por la cárcel pese a estar acusado de sedición y malversación por el referéndum ilegal del 1 de octubre. Desde JxCAT rebajan la euforia de Sánchez y advierten de que “aún quedan aspectos por limar” en la amnistía.

Foto: Pedro Sánchez y Santos Cerdán, en las dependencias del PSOE en el Congreso. (Europa Press/Eduardo Parra)

El independentismo insiste en que hay que “legitimar” la votación en Cataluña. No es baladí que Puigdemont eligiese una fotografía de unos jóvenes levantando una urna en la consulta de 2017 como decoración de la sala en la que departió con el enviado de Sánchez. En las filas socialistas ha sido duro de digerir. “Es una humillación. No podemos pasar por ahí. Se debió ir a otra sala”, clama un líder territorial del PSOE que muestra su tristeza ante un partido “impasible”.

Para el secretario de Organización socialista, no es problema. Está fajado en mediaciones imposibles. Se ha convertido en una persona “imprescindible” para Sánchez. Fue clave para sacar adelante la moción de censura que le llevó al poder por sus buenas relaciones con el PNV. El presidente ha reducido al mínimo en los últimos tiempos su núcleo duro, pero el político navarro siempre ha permanecido a su lado desde que reconquistase Ferraz en 2017. Muñidor de la normalización de las relaciones con Bildu que hicieron presidenta de Navarra a María Chivite, se mueve como pez en el agua en el mundo batasuno. Habla con todos. Fue de los primeros que lo hicieron con Otegi. Sus compañeros le definen como un “fontanero nato” que maneja como pocos los tiempos. Ganó el pulso a la ex secretaria general Adriana Lastra, que salió del cargo por sus intrigas.

Foto: Patxi López, entre Marta Lois y Cuca Gamarra, con José María Aznar y Felipe González en primera fila, este martes en el Congreso. (A. Pérez Meca/Europa Press).

La fotografía de Sánchez con la portavoz en el Congreso de Bildu, Mertxe Aizpurua, en la ronda de contactos para recabar apoyos tras ser designado candidato por el Rey fue el primer síntoma de que el presidente descarta al 99% que haya repetición electoral el 14 de enero. Hasta el momento, midió cada paso con la formación de Otegi pese a ser socio preferente ya en la pasada legislatura. La instantánea de Cerdán con Puigdemont es la confirmación de que habrá fumata blanca. Queda por ver si el prófugo logra que el presidente en funciones le llame por teléfono como hizo con Oriol Junqueras. Los que le conocen avisan: “Su principal interés es arrodillar al Estado”.

La Moncloa está acelerando para rematar cuanto antes el acuerdo de investidura. Dentro del ritual de gestos públicos que ha exigido Carles Puigdemont, para levantar el pulgar y dar sus siete síes a Pedro Sánchez, se enmarca la fotografía de la reunión del prófugo con el secretario de Organización del PSOE, Santos Cerdán, que se hizo pública horas antes de la jura de la Constitución de la princesa Leonor. En el independentismo se atribuyen la victoria de hacer coincidir ambos acontecimientos, mientras que entre los socialistas se justifica en ir dando pasos para acabar cuanto antes una negociación que se le está haciendo eterna incluso al presidente en funciones.

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