Es noticia
Los peritos de Borràs intentan desacreditar las pruebas y se estrellan contra la Guardia Civil
  1. España
  2. Cataluña
Juicio a la presidenta de Junts

Los peritos de Borràs intentan desacreditar las pruebas y se estrellan contra la Guardia Civil

El ultraderechista Emilio Hellín y el decano del Colegio de Ingenieros Informáticos de Madrid, Javier Rubio, plantean una defensa muy técnica y sostienen que hubo “alteración” de pruebas

Foto: La presidenta suspendida del Parlament, Laura Borràs, saluda a su abogado, Gonzalo Boye. (EFE/Toni Albir)
La presidenta suspendida del Parlament, Laura Borràs, saluda a su abogado, Gonzalo Boye. (EFE/Toni Albir)

El juicio de Laura Borràs, presidenta de Junts per Catalunya (JxCAT) y expresidenta del Parlament, entró este lunes en su recta final con la declaración de los peritos de cada parte. El objetivo, tratar de justificar las actuaciones de sus clientes o, en el caso de los llamados por la Fiscalía, poner en duda la defensa de los acusados. Fueron tres peritos de la Guardia Civil (propuestos por el Ministerio Público) contra dos peritos propuestos por la defensa de Borràs: Javier Rubio Alamillo, decano del Colegio Oficial de Ingenieros Técnicos en Informática de la Comunidad de Madrid, y Luis Enrique Hellín, exmilitante de la ultraderechista Fuerza Nueva, condenado por el asesinato de la estudiante de izquierdas Yolanda González y actual profesor de Informática.

El empeño de los peritos de la defensa fue aprovechar discusiones muy técnicas para plantear una duda razonable por una posible “alteración de pruebas” porque la firma electrónica de la copia de un disco no coincide con la firma del original. Los agentes dieron su versión justificando por qué se produce esa diferencia y los expertos de la presidenta de Junts se mantuvieron en sus trece.

Foto: La presidenta suspendida del Parlament, Laura Borràs, a su salida del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) tras una sesión del juicio. (EFE/Toni Albir)

Borràs está acusada de prevaricación y falsedad documental por haber desviado hacia los bolsillos de su amigo Isaías Herrero, también acusado, un total de 335.700 euros entre 2013 y 2017, mientras ella era directora de la Institución de les Lletres Catalanes (ILC), un organismo de la Generalitat de Cataluña.

En el sumario existen correos electrónicos entre Borràs y Herrero de los que se deduce que ambos estaban conchabados para presentar presupuestos falsos con el objetivo de dar apariencia de legalidad a las adjudicaciones de contratos. Varios testigos declararon la semana pasada que en su nombre o en nombre de sus empresas fueron presentados presupuestos falsos. Dos altos funcionarios de la Generalitat también declararon que advirtieron a Borràs que el mecanismo empleado para otorgar a dedo los contratos podía vulnerar la ley, pero ella obvió esas advertencias.

Los correos delatores

Entre las pruebas presentadas por Fiscalía hay correos de Laura Borràs, enviados desde su cuenta particular, en los que da instrucciones a Herrero sobre cómo realizar las trampas. “El presupuesto ha de quedar como si fueseis profesionales independientes para que los totales no puedan superar, como ya sabes, los 18.000 + IVA. Si ven que lo que se ha hecho es fraccionar un encargo completo en diferentes paquetes, es cuando entonces piensan que hay una infracción. La cuestión es fraccionar, pues, cada uno de los conceptos para que quede claro que son como partes que es preciso ir ensamblando conjuntamente”, dice uno de los correos de Borràs.

Foto: Laura Borràs en el juicio. (EFE/Toni Albir)
TE PUEDE INTERESAR
El tribunal concede a Borràs la potestad de declarar en último lugar
Antonio Fernández. Barcelona

En otro correo de julio de 2014, la actual presidenta de JxCAT le reclamaba unos presupuestos a Herrero para poder adjudicarle enseguida otro contrato. “Envíamela a mí con conceptos e importes aproximados y si conviene ya lo haré yo, pero quiero dejarlo procesado esta semana”. Unos días más tarde, le volvía a enviar otro correo: “Como se han de hacer 3 presupuestos por cada una de las personas o empresas diferentes, yo había pensado que podríamos hacer que tú te presentes a los 4 y solo ganes uno, el más económico de la serie, la cooperativa ídem, APM ídem y la otra ídem. El resto se podría hacer con la empresa de A. [Andreu] y puede ser con la cooperativa de Madrid. Si tú haces los cuatro vuestros, yo hago los otros. ¿Te parece bien?”. A ello, su amigo le responde que ya los hace él.

Ante estas evidencias, Hellín y Rubio intentaron librar a Borràs de las acusaciones poniendo en duda los documentos que se incautaron los Mossos d’Esquadra cuando registraron el domicilio de Isaías Herrero. Su intención era demostrar que los discos duros que obran en el sumario no son una copia fiel de los documentos que se incautaron en el ordenador. Los dos peritos de la defensa aseguraron que, si bien se realizó una copia del ordenador de Herrero, cuando se copió de nuevo esa información para trabajar, se modificó el contenido de la evidencia o prueba.

Para ello, Hellín y Rubio se basan en que el disco 1 y el disco 2 tienen diferente hash, que es un código alfanumérico que se asigna a cada documento o evidencia y que garantiza que es copia fiel de su original. Si ese documento se copia luego varias veces, debe seguir manteniendo el mismo hash. Pero, en el caso de este sumario, el hash del disco 2 no es el mismo que el del disco 1.

Choque de peritos

En este campo, chocaron los peritos madrileños con los agentes de la Guardia Civil. Según estos últimos, la información hallada en el ordenador de Isaías Herrero se volcó en un disco duro con el programa Encase. Luego, ese CD, como se hace siempre, se copió de nuevo para poder ser distribuido a los agentes que se reparten la investigación: uno se encarga de examinar los presupuestos; otro, las facturas; otro, los correos… Pero ese segundo volcado se realizó con otro programa, por lo que genera un nuevo hash. “Siempre hay que utilizar las mismas herramientas, tanto de hardware como de software para mantener el hash, porque de lo contrario se cambia ese número. Y, en este caso, como figura en el sumario, tanto el hardware como el programa utilizado para el segundo volcado fue diferente, por lo que se origina un nuevo código”, alegaron los agentes.

Los peritos de Borràs admitieron que, si solo cambia un bit, el hash ya es diferente. Pero aprovecharon para llevar el agua a su molino: “No se puede decir si ha cambiado una letra, un documento o 40. Pero hay modificaciones”, subrayaron Hellín y Rubio. Coincidieron en que, “a primera vista, como los hashes no coinciden, se puede garantizar que el contenido tampoco coincide. Podemos decir que, como el hash no es el mismo, los datos que hay dentro han variado. No sabemos en qué grado, pero el contenido es distinto”, dijeron a preguntas de la fiscal, sin poder decir en qué se había modificado.

Foto: Laura Borràs junto a su abogado en el juicio hoy. (EFE/Toni Albir)

La discusión entre los peritos de un bando y los del otro fue puramente técnica. Los guardias civiles restaron importancia al hash. “Nosotros no le damos tanta importancia al hash del dispositivo, porque lo que interesa es el fichero. Se puede modificar el continente, pero no el contenido. En los metadatos se marca cualquier modificación. Y se ve que no hay ninguna modificación en los documentos que se adjuntan en los discos en fecha posterior a su volcado”, alegaron los agentes.

Rubio, en cambio, señaló que, “evidentemente, la fecha no es manipulable, pero lo que garantiza la integridad de toda la evidencia es el hash del disco entero”. Hellín, por su parte, alegó que "los peritos de la Guardia Civil quitan importancia al hash, parece que no le dan mucha importancia y le dan otro valor. Pero ellos tienen un manual donde no dice que no tenga importancia".

Los documentos, intactos

A este aserto, uno de los agentes volvió a insistir en que, “sobre un disco duro, no se le da tanta importancia. Cuando hablamos de un disco comprimido, sí. Pero lo importante es que un documento no haya sido alterado. De eso es de lo que se trata. Y los documentos aportados en la evidencia no han sido alterados”.

Otra de las alegaciones que trató de desacreditar la investigación policial fue la ruptura de la cadena de custodia, echando la culpa a los Mossos (que no estaban presentes) de supuestos desaguisados. Por un lado, la defensa subrayó que, como los agentes interactuaron con el ordenador, (conectándose a Gmail para copiar los correos de Isaías Herrero) y seleccionaron hasta 44 mails de este, se habían realizado “miles de modificaciones” en el contenido del ordenador. Pero nada más allá de lo normal, puesto que en cada conexión se ejecutan programas, pero no se modifican contenidos.

Foto: El juicio contra la presidenta suspendida del Parlament, Laura Borràs. (EFE/ Quique Garcia)

Por otro lado, intentaron desacreditar a los agentes que realizaron el registro porque “conectaron hasta 11 dispositivos al ordenador del señor Herrero al mismo tiempo”. Quedó demostrado que la mayor parte de esas conexiones correspondían a los distintos programas que se ejecutan al conectarse a la impresora, aunque sí se refirieron a que se conectaron uno o dos discos duros más, lo que coincidiría con el volcado que se hizo. Además, su maniobra quedó en evidencia cuando se certificó que todos los volcados y las copias impresas no fueron un capricho de los Mossos, sino acciones que contaban con la supervisión directa de la secretaria judicial, que certificó con su firma cada una de las acciones. Con ese escudo legal, la cadena de custodia entre lo que había en el ordenador y la copia volcada en los discos duros quedó meridianamente garantizada.

El juicio de Laura Borràs, presidenta de Junts per Catalunya (JxCAT) y expresidenta del Parlament, entró este lunes en su recta final con la declaración de los peritos de cada parte. El objetivo, tratar de justificar las actuaciones de sus clientes o, en el caso de los llamados por la Fiscalía, poner en duda la defensa de los acusados. Fueron tres peritos de la Guardia Civil (propuestos por el Ministerio Público) contra dos peritos propuestos por la defensa de Borràs: Javier Rubio Alamillo, decano del Colegio Oficial de Ingenieros Técnicos en Informática de la Comunidad de Madrid, y Luis Enrique Hellín, exmilitante de la ultraderechista Fuerza Nueva, condenado por el asesinato de la estudiante de izquierdas Yolanda González y actual profesor de Informática.

Laura Borràs
El redactor recomienda