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La vieja Convergència se reorganiza al margen de JxCAT
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JUNTS PODRÍA QUEDARSE SIN SOCIOS

La vieja Convergència se reorganiza al margen de JxCAT

Cinco partidos negocian la recomposición del espectro catalanista de centro derecha que rechaza la unilateralidad

Foto: Àngels Chacón. (EFE)
Àngels Chacón. (EFE)

El centro derecha catalán está en ebullición con un proyecto de recomposición del espectro político que representaba la antigua Convergència i Unió (CiU). La falta de una fuerza nacionalista moderada, contraria a la unilateralidad, es la asignatura pendiente de una clase política que pasó del pujolismo pactista con Madrid a la radicalidad del independentismo. Artur Mas no supo modular el mensaje ni la estrategia y llevó a Convergència Democràtica, el principal partido de Cataluña, al abismo y a la desaparición.

Los herederos de Convergència pasaron a formar el PDeCAT, luego debilitado por sucesivas escisiones, como Lliures, del exconsejero Antoni Fernández Díaz, Convergents, del también exconsejero Germà Gordó, La Crida y Junts per Catalunya, liderados por Carles Puigdemont, y el Partit Nacionalista Català (PNC), de Marta Pascal. Tantas escisiones acabaron por dar la puntilla a los auténticos sucesores de CiU, que no lograron representación parlamentaria en las últimas elecciones autonómicas.

Foto: Antoni Fernández Teixidó, presidente de Lliures. (EFE)

Ahora, no obstante, se atisba un intento de recomponer el espacio de la antigua Convergència en Cataluña. “Va a haber una unión de todo el centro derecha no unilateral que contará con activos tanto cercanos a Convergència como provenientes del PP o de independientes que habían apostado antes por los populares e incluso, en algunas ocasiones, cercanos a Ciudadanos”, explica a El Confidencial uno de los dirigentes que participan en las negociaciones para consolidar el proyecto. “Lo que tenemos claro es que debemos reconstruir el centro derecha liberal, que prime a los ciudadanos. El proyecto va muy en serio, está bien financiado y estará bien dirigido”, subraya la misma fuente.

A la consolidación del proyecto contribuye el paso a un segundo plano de Marta Pascal, la figura que se había perfilado como la líder de la nueva CDC tras Artur Mas. Pascal abandona la primera línea de la política para dirigir en el sector privado el Observatorio Nuevos Liderazgos, de la consultora beBartlet, dedicado a analizar las tendencias entre los líderes emergentes de la política, la economía y la sociedad.

Conversaciones en marcha

De forma paralela a esta decisión de la líder del PNC, durante las últimas semanas, ha habido conversaciones entre las direcciones del PDeCAT y del propio PNC y ya hay un amplio consenso para que la exconsejera de Empresa Àngels Chacón, cesada por Quim Torra en septiembre de 2020, lidere el nuevo proyecto de recomposición del catalanismo. Chacón será la secretaria general de la nueva formación y la candidata a las próximas elecciones autonómicas. A Pascal, no obstante, se le dará protagonismo con algún cargo para que pueda seguir ostentando un peso específico en la política. Para apuntalar esta estrategia, se han iniciado negociaciones con Lliures y Convergents con el fin de ampliar el espectro sociopolítico del proyecto.

Foto: Una bandera independentista catalana ondea frente a la sede de la Comisión Europea. (EFE)

A la ecuación se incorpora también la Lliga Democràtica, un partido impulsado por Josep Ramon Bosch, presidido por Astrid Barrio y cuya secretaria general es Sílvia Requena, anteriormente en CDC y en Convergents. En la operación solo falta Units per Avançar (UxA), el partido surgido tras la desaparición de Unió Democràtica (UDC), que lidera Ramon Espadaler. En las últimas elecciones, UxA se presentó en coalición con el PSC. “Units espera que se forme el gran partido catalanista para luego plantear una coalición, pero les hemos dicho que no, que o juegan desde el principio o se quedan fuera”, explica a El Confidencial un dirigente nacionalista que participa en el proyecto.

“Estamos al tanto de todos los movimientos que hay y tenemos conversaciones abiertas con PDeCAT y PNC para aportar ideas, porque sentimos este espacio como algo propio, pero preferimos no precipitarnos. Los contactos que tenemos se realizan con el máximo respeto y lealtad a nuestros actuales socios, tanto en el Parlament como en ayuntamientos, pero no tenemos prisa por acelerar las cosas. Podemos hablar de coaliciones o pactos cuando haya elecciones, aunque preferimos no precipitar acontecimientos”, explican a este diario fuentes cercanas a UxA. “Consideramos que más que reconstruir el proyecto de CiU, es crear un espacio 'ex novo' de catalanismo moderado, preocupado por el modelo económico, social, fiscal, educativo, etc.”, subrayan estas mismas voces.

Puigdemont queda tocado

El proyecto de la recomposición del espacio de Convergència tiene otro efecto importante en las políticas catalana y nacional: “Esto deja tocado a Junts per Catalunya. Si el PDeCAT se alía con esas fuerzas para crear un nuevo centro derecha catalán, romperá las negociaciones con JxCAT para presentarse en futuros comicios juntos. Además, el PDeCAT no tiene más alternativa que salvar los muebles e integrarse en este proyecto”, explica la misma fuente. En otras palabras: el 'expresident' se queda sin posibles aliados con los que negociar coaliciones. En realidad, los de Junts habían previsto establecer alianzas en algunos de los principales ayuntamientos para concurrir a las municipales de 2023. Si el PDeCAT se integra en una gran operación con los otros cuatro partidos, esa posibilidad queda minimizada. JxCAT no tendrá ninguna fuerza que quiera pactar con ella, a excepción de algunas formaciones residuales y extremistas a las que Puigdemont mima y que incorporó a su Consell per la República.

placeholder El expresidente de la Generalitat Carles Puigdemont. (EFE)
El expresidente de la Generalitat Carles Puigdemont. (EFE)

El sábado 18, Àngels Chacón, la líder del PDeCAT, reunió a más de 150 alcaldes en una Jornada Municipalista en Mollerussa (Lleida). “Reformularemos nuestro espacio para ser más y más potentes y hacer frente a las demandas de la ciudadanía: pondremos Cataluña y a su gente en el centro”, afirmó. No habló de los puentes tendidos con otros partidos ni de la operación estratégica en marcha, pero insistió en que “las siglas, los partidos, son herramientas, lo que importa es que sepamos sumar, que sepamos hacer una oferta atractiva y que se sepa que queremos ocupar el centro político”

Con el paso al lado de Pascal, esa suma está más cercana. El PDeCAT tiene una fuerza municipalista considerable (su mayor fortaleza está en las localidades catalanas que votaban masivamente a CiU). Esos cuadros del partido rechazan el radicalismo de JxCAT y la unilateralidad que preconiza Puigdemont. Pero tampoco se encuentran a gusto con Pascal, teniendo en cuenta que abandonó la formación y fundó un nuevo partido. “Pascal es consciente de que no puede estar en primera línea, aunque ella tiene ganas de empujar”, señala una fuente soberanista a El Confidencial. Una persona muy cercana a la líder del PNC, sin embargo, afirma: “Marta da un paso al lado, pero que nadie la dé por muerta. No perderá protagonismo en la escena política catalana”.

Foto: El 'expresident' Carles Puigdemont, durante una rueda de prensa en Berlín. (Reuters) Opinión

Pascal fue defenestrada por Puigdemont de la cúpula del PDeCAT debido a su posicionamiento favorable al diálogo con Madrid. El 'expresident' quería guerra, confrontación y conflicto, lo que no estaba dispuesta a conceder la primera. Ello provocó la creación del PNC y la salida abrupta de la joven promesa, que contaba con el apoyo no solo de la antigua burguesía que sostenía a Convergència, sino de los poderes económicos y, especialmente, de otras fuerzas, como el PNV de Andoni Ortuzar.

El presidente del PNV viajó en secreto a Barcelona el segundo fin de semana de octubre de 2017, tras el referéndum del 1 de octubre, para convencer a Carles Puigdemont de no proclamar la independencia y de volver a la senda del diálogo. Tuvieron una cena en la que el vasco le expuso cómo debía de ser la estrategia de los nacionalismos, pero Puigdemont hizo caso omiso y anunció la república catalana el 27 de octubre de 2017. Ortuzar volvió al País Vasco decepcionado y el PNV determinó olvidarse del 'expresident' y apoyar a otro líder soberanista. La apuesta fue Marta Pascal, que entonces trataba de controlar el PDeCAT a pesar de las diferentes familias que anidaban en él y de que algunos sectores, como el del líder secesionista, trataban de escorar el partido hacia posicionamientos ultraindependentistas.

El centro derecha catalán está en ebullición con un proyecto de recomposición del espectro político que representaba la antigua Convergència i Unió (CiU). La falta de una fuerza nacionalista moderada, contraria a la unilateralidad, es la asignatura pendiente de una clase política que pasó del pujolismo pactista con Madrid a la radicalidad del independentismo. Artur Mas no supo modular el mensaje ni la estrategia y llevó a Convergència Democràtica, el principal partido de Cataluña, al abismo y a la desaparición.

Artur Mas Junts per Catalunya CiU
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