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Lliures y la Lliga crean un partido catalanista en busca del voto huérfano de CiU
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SE PROCLAMA HEREDERO DE CiU

Lliures y la Lliga crean un partido catalanista en busca del voto huérfano de CiU

En el proyecto, están interesados desde democristianos no independentistas hasta exconvergentes que se proclaman soberanistas

Foto: Antoni Fernández Teixidó, presidente de Lliures. (EFE)
Antoni Fernández Teixidó, presidente de Lliures. (EFE)

El centro catalanista está viviendo una etapa de reflexión que le llevará de forma inminente a una reordenación ideológica y estructural que tendrá su punto culminante a finales del mes de marzo, cuando está previsto un gran congreso que sea el detonante para el nacimiento de una nueva fuerza de centro derecha que ocupe el lugar que dejó vacío la coalición Convergència i Unió (CiU) cuando se sumó al independentismo que ahora representan ERC, PDeCAT y JxCAT.

Cuando el ‘president’ Quim Torra anuncie elecciones autonómicas, muy probablemente el paso principal para el nacimiento del nuevo partido esté dado. El adelanto de elecciones en Cataluña puede suponer un pequeño inconveniente, pero si los comicios son este verano, al nuevo centro nacionalista le dará tiempo de reordenar sus huestes y plantarse ante la sociedad como el catalanismo del futuro, dispuesto a ofrecer una alternativa a la crispación y la unilateralidad.

Torra anuncia que convocará elecciones sin concretar la fecha

En ese congreso de finales de marzo, unirán sus fuerzas dos plataformas ya formadas: Lliures, el partido creado por el 'exconseller' Antoni Fernández Teixidó, y la Lliga Democràtica, de reciente factura, que tiene como presidenta a Astrid Barrio y como secretario general a Josep Ramon Bosch, que ha sido en dos ocasiones máximo dirigente de Sociedad Civil Catalana (SCC). La pasada semana, las cúpulas de estas dos organizaciones trataron el tema —por separado— y acordaron dar pasos hacia la integración en una sola estructura. Pero, paralelamente, hay conversaciones muy avanzadas con Convergents (partido creado por el también 'exconseller' Germà Gordó), con Units per Avançar (con Ramon Espadaler al frente, es el heredero de Unió Democràtica), con dirigentes políticos que participaron el verano pasado en los encuentros de Poblet (cercanos a PDeCAT) y con dirigentes de PP y Ciudadanos.

Astrid Barrio explica a El Confidencial que todos los interesados en formar esta gran fuerza son conscientes "de la fragmentación de este espacio". "Por eso queremos que sirva para aglutinar". También reconocen que el unionismo difícilmente ganará al independentismo, por lo que hay que combatir a este en su territorio. El razonamiento es que una fuerza nacionalista catalanista puede acabar con la mayoría independentista, ya que en la actualidad hay una masa de votantes nacionalistas que ceden su papeleta a JxCAT o a ERC porque no tienen alternativa. Por eso, en el momento en que se vuelva a poner en el mercado una propuesta nacionalista, esos votantes volverían a confiar en un nacionalismo como el de CiU.

Foto: Fotografía de archivo de Antoni Fernández Teixidó. (EFE)

Una amalgama muy diversa

En el proyecto están interesados desde democristianos no independentistas hasta exconvergentes que se proclaman soberanistas. Pero eso no parece ser problema a la hora de encarar un futuro juntos. “No ponemos límites al proyecto. Uno puede haber sido lo que se quiera. No ponemos líneas rojas. Queremos ser un espacio de reconciliación, decir qué queremos hacer a partir de ahora y no ahondar en las heridas, porque la polarización es peligrosa para la continuidad de sistemas democráticos. La polarización, en estos momentos, está pasando a la sociedad y si acaba calando en esta, el conflicto está servido. En un sistema regido por bloques, ninguno de los bloques puede ganar, pero sí podemos perder todos. Por eso queremos acabar con los extremismos y las polarizaciones”, asegura Barrio.

Se trata, pues, de ‘recoser’ el espacio político catalán, de “forjar una oferta sólida que no solo recupere lo que había y que no renuncie a las cosas buenas del espacio catalanista y a sus particularidades, con la defensa de las instituciones, el fomento de la cultura catalana y con la intención de ser fundamentales incluso en el Gobierno de España, porque queremos contribuir a la gobernabilidad del Estado y nos comprometemos con el Gobierno de España. En otras palabras, queremos ser un partido de gobierno aquí y allí”, explica la dirigente de la Lliga Democràtica.

placeholder Antoni Fernández Teixidó, presidente de Lliures. (EFE)
Antoni Fernández Teixidó, presidente de Lliures. (EFE)

El congreso de marzo debe servir para sentar las bases de esa nueva formación, cuyo nombre final saldrá del mismo. La intención es convertir esa herramienta en un partido, lo que quiere decir fusionar las actuales estructuras de la Lliga y de Lliures en una sola. Si las restantes organizaciones deciden sumarse al proyecto, deberán hacer lo mismo. “Si trabajamos desde diferentes organizaciones, puede generarse inestabilidad. En cambio, si todos formamos parte de la misma estructura, aunque en ella convivan diferentes ‘familias’ o sectores, como en otros partidos, no se generan tantas turbulencias”, admite Astrid Barrio.

¿Se trata de copiar el modelo de Convergència i Unió? No. En CiU, los de Convergència aportaban la organización creada por Jordi Pujol, mientras que Unió aportaba el pedigrí y la identidad partidista. Ahora, sin embargo, no hay una identidad organizativa. Todos aportan más o menos lo mismo. Orgánicamente, sin embargo, los partidos que compongan esta nueva fuerza deberán desaparecer, aunque jurídicamente es posible que perduren en el tiempo.

Foto: Artur Mas. (EFE)

En los últimos meses, ha habido intensas conversaciones con Units per Avançar, que en las últimas elecciones concurrió coaligado con el PSC. Los democristianos no romperán esa alianza, sino que permanecerán fieles a sus pactos, como mínimo, hasta el fin de la legislatura. Otra cosa será su posible integración en este proyecto a medio plazo. “En la Lliga se encuadra el Cercle Carlemany, una asociación integrada por excargos de UDC. Son humanistas, socialcristianos, de los que más han trabajado en CiU. Sus planteamientos son idénticos a los de Units per Avançar, por lo que el partido de Espadaler podría sumarse a este nuevo proyecto sin problema. De hecho, hay una muy buena sintonía política y personal, pero mantendrán los pactos firmados, lo cual es normal. De todos modos, están perfectamente informados de los pasos que vamos dando”.

En cuanto a Convergents, Barrio reconoce aún algunas divergencias, pero confía en que pueden ser solventadas. “Ellos consideran, por ejemplo, que el referéndum es la respuesta y nosotros pensamos que es más un problema que una solución. Nosotros nacemos con el convencimiento de que estamos ya en la fase pos-referéndum”. La intención es concurrir a las próximas elecciones con una mínima estructura, con un programa propio y con una mínima unidad orgánica que ponga sobre la mesa un proyecto atractivo recomponiendo el centro y el centro derecha nacionalista para que Cataluña vuelva a ejercer de motor económico y político de España.

El centro catalanista está viviendo una etapa de reflexión que le llevará de forma inminente a una reordenación ideológica y estructural que tendrá su punto culminante a finales del mes de marzo, cuando está previsto un gran congreso que sea el detonante para el nacimiento de una nueva fuerza de centro derecha que ocupe el lugar que dejó vacío la coalición Convergència i Unió (CiU) cuando se sumó al independentismo que ahora representan ERC, PDeCAT y JxCAT.

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