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Puigdemont negoció que Rusia suministrara gas y petróleo a la Cataluña independiente
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Puigdemont negoció que Rusia suministrara gas y petróleo a la Cataluña independiente

Josep Lluís Alay, alto cargo del Govern, presionó para que la Cámara de Comercio de Barcelona nombrara 'embajador' a un amigo ruso y le abriese puertas en Moscú

Foto: El expresidente catalán Carles Puigdemont. (EFE)
El expresidente catalán Carles Puigdemont. (EFE)
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Los independentistas catalanes sondearon la posibilidad de que Rusia abasteciese de energía a una hipotética Cataluña independiente. Los contactos para abordar esta cuestión se produjeron hasta otoño del año pasado a través de Josep Lluís Alay, jefe de la Oficina del 'expresident' Carles Puigdemont. El alto cargo de la Generalitat se sirvió para ese cometido de Alexander Dimitrenko, un empresario al que los secesionistas enchufaron en la Cámara de Comercio de Barcelona. Alay también presionó para que este empresario fuese nombrado embajador de la entidad comercial en Moscú.

De estas maniobras queda constancia en los mensajes recopilados en los teléfonos móviles que le fueron confiscados a Alay tras ser detenido el pasado 28 de octubre, en el marco de la Operación Voloh, que dirige el magistrado Joaquín Aguirre, titular del Juzgado de Instrucción número 1 de Barcelona. Una de las preocupaciones que tenía el independentismo era qué contraprestaciones podía dar a Rusia para que esta apoyara la secesión de Cataluña. Una de sus principales bazas era renunciar al gas argelino y que fuese el país eslavo el que les suministrase este elemento y petróleo. De ello dan fe algunos artículos y mensajes difundidos en las redes durante los últimos años por varios empresarios alineados con el secesionismo.

Foto: El expresidente catalán Carles Puigdemont y Josep Lluís Alay. (EFE)

En junio de 2020, el propio Alay informa a Puigdemont que la Cámara de Comercio de Barcelona había creado un programa de 'embajadores' con economías extranjeras. Un informe de la Guardia Civil entregado en el juzgado que investiga el asunto, señala que el primero traslada al 'expresident' que "han escogido a Alexander Dimitrenko, al que califica como nuestro contacto allí, refiriéndose a Rusia, y del que dice que les ha abierto y sigue haciéndolo, muchas puertas en temas importantes de energía, para que nos llegue en un futuro muy cercano desde allí (Rusia)". Le recuerda en otro mensaje que Dimitrenko es "nuestro contacto allí y que conociste en Ginebra". Además, le dice que le había comentado a Joan Canadell, entonces presidente de la Cámara de Comercio (y hoy diputado de JxCAT), "que es persona de confianza y que le apoyen". La euforia de Alay es tal que en agosto de 2020 le comenta a Puigdemont que "Alexandre ya es embajador de la Cámara para Rusia. Esto nos abre muchas cosas en Moscú. Hablamos".

Por otra parte, para que Dimitrenko fuese nombrado embajador de la Cámara, Alay movió sus fichas y presionó a diestro y siniestro. El ruso le reprochó el 26 de junio de 2020 que aunque Canadell ya estaba de acuerdo, todavía debía pronunciarse la jefa de internacional de la institución, Elisabeth Camprubí. "No sé quién es, pero tenemos que conseguirlo a través de Canadell", le respondió Alay. "Sería fantástico", reaccionó el ruso.

placeholder Joan Canadell. (EFE)
Joan Canadell. (EFE)

El 13 de julio, el jefe de la Oficina de Puigdemont le trasladó: "He hablado con Canadell por teléfono y le he dicho que acelere y pongan fácil tu misión de Embajador (sic) de la Cámara". En esos momentos, Dimitrenko le pide a Alay "una cosa más formal y una especie de credenciales (tarjeta de visita al menos) para poder presentarme a según qué reunión". Tras asegurar que la tarjeta de visita la puede imprimir él mismo, señaló: "Podría plenamente representar a una entidad y nos beneficiará como tal para hacer formales los negocios que quiero proponer a la Cámara. ¿Me explico? Me refiero al tema energético también". El hombre de Puigdemont no lo duda. "OK. Ahora el envío un mensaje [a Canadell] (…) Ya ves que él dice que eres parte del equipo".

Órdenes a Canadell

No mentía Alay y el 14 de julio hablaba con el presidente de la entidad comercial: "Parece que ha pedido tener una tarjeta para demostrar que va en nombre de la Cámara. Si podéis, hacedlo, por favor. Su tarea con el tema energético ruso es estratégica". Luego, comunicó a Dimitrenko que ya le había trasladado su petición a Canadell y le recordó al ruso: "Tu trabajo en el tema energético con Rusia es estratégico. Por tanto, hoy, en el Zoom, insiste". Cuatro días más tarde, Alay enviaba a Puigdemont una fotografía de la tarjeta de visita de Dimitrenko como embajador de la Cámara de Comercio de Barcelona.

El alto cargo del Govern confiaba en su hombre en Moscú porque estaba al tanto de otra operación de intermediación en el tema energético que estaba realizando en esos momentos Dimitrenko, entre Lukoil y la compañía china Gulf Energy Limited. El objetivo de la operación era la venta de GLP (gas licuado de petróleo). El ruso operaba como director general de la firma Hispaniapetrol, con sede en la Rambla de Catalunya de Barcelona.

Sobre la operación de los chinos, Dimitrenko comentó los detalles en varias ocasiones con Alay, un experto en China y su cultura. El 3 de julio del año pasado, el ruso le comentó que llevaba seis meses negociando y que todavía no había nada. "Nos iría bien este contrato para todos", se quejó Dimitrenko. "Impresentables", terció Alay. Al día siguiente, este volvía a la carga. "Qué rabia estos chinos. Mira que no me fío de ellos, ya lo sabes. ¿Qué dicen? ¿Qué excusa da el Dedeu?", preguntó. Y luego añadió: "¿Tienes alguna esperanza con el gas? ¿Qué dice X. Roig?". A ello, contestó Dimitrenko que Xavier Roig, un socio suyo, le dijo: "Dedeu no ha hecho su trabajo al convalidar a la parte china". Más tarde, le explicó que la operación no se pudo cerrar porque no se pudo abrir una cuenta bancaria en Moscú. "Madre mía, qué excusa más patética tras seis meses negociando…", se quejó el ruso. La solución de Alay era sencilla: "¡Qué personajes! Pero sería conveniente hacer correr que este Dedeu es un 'mangui'. Un inepto". "Tiene 70 años. Me da rabia pensar que su experiencia no funciona. Yo siempre he respetado mucho a la gente mayor. Creo que te da lecciones de vida y ya sabes gestionar cosas. Pero parece que no. Me sabe mal por él también, pero no le desearía caer en desgracia con nadie, aunque si lo ha hecho muy mal… mañana tengo una conferencia con él". "Este es un caradura. O un inepto, como te decía", le contestaba el hombre de Puigdemont.

Foto: El expresidente catalán Carles Puigdemont y el historiador Josep Lluís Alay. (EFE)
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Dedeu, a quien culpaban del retraso, es Juan Dedeu, el presidente de China Consultants, una asesoría de inversiones en el país asiático. De hecho, el tema no se desencalló ahí. Dimitrenko llegó a enviarle a Alay todos los correos relacionados con la operación de intermediación citada. Incluso le adjuntó un documento que demostraba que le habían abonado 295.000 dólares "como pago de garantía". Pero en septiembre de 2020, el tema coleaba. "Imagino que de los chinos no se ha desencallado nada", le inquiría Alay. "Estoy esperando la fecha para ir a ver al director de Litasko (la que exporta todo lo de Lukoil). Lo estamos gestionando estos días”", le respondía el 14 de septiembre. Y el 21 del mismo mes, terciaba: "Esperando la reunión con los rusos para arreglar el tema del pago a destiempo. Pero avanzamos". A partir de ahí, nada más se supo.

En su informe, la Guardia Civil destaca también que "en este grupo de correos parece que interviene Artem Lukoyanov, el hijo adoptivo de Vladislav Surkov, un influyente asesor de Vladimir Putin en el pasado. De hecho, Lukoyanov y Dimitrenko son socios en una empresa dedicada al recobro de deudas, con sede en Londres, denominada AA Plus Health Management. El hecho del interés de Alay en ese tema y por cómo se desarrollan los comentarios al respecto, no se descarta una participación de personas próximas al entorno de Puigdemont en esa operativa", resalta el informe de la Guardia Civil.

Los independentistas catalanes sondearon la posibilidad de que Rusia abasteciese de energía a una hipotética Cataluña independiente. Los contactos para abordar esta cuestión se produjeron hasta otoño del año pasado a través de Josep Lluís Alay, jefe de la Oficina del 'expresident' Carles Puigdemont. El alto cargo de la Generalitat se sirvió para ese cometido de Alexander Dimitrenko, un empresario al que los secesionistas enchufaron en la Cámara de Comercio de Barcelona. Alay también presionó para que este empresario fuese nombrado embajador de la entidad comercial en Moscú.

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