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Torra y el independentismo van hacia el colapso en la reapertura del Parlament
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Dudas sobre el pleno de hoy

Torra y el independentismo van hacia el colapso en la reapertura del Parlament

Quim Torra llegó debilitado al debate sobre política general en el Parlament, pero sale todavía peor. Como un presidente zombi, al que solo aguantan su grupo de fieles en el Palau

Foto: El presidente de la Generalitat, Quim Torra, durante la segunda jornada del debate de política general. (EFE)
El presidente de la Generalitat, Quim Torra, durante la segunda jornada del debate de política general. (EFE)

Quim Torra no va a dimitir. Ni lo ha planteado, según apuntan fuentes del Palau; si bien su soledad ha quedado al desnudo. En las propuestas de resolución de su propio grupo parlamentario, JxCAT, no se da ningún ultimátum a Pedro Sánchez, al contrario: le ofrecen diálogo sin condiciones ni plazos. El Parlament solo ha estado operativo dos días y todas las costuras del soberanismo han quedado al descubierto. ERC prefiere seguir apoyando a Pedro Sánchez, y en Madrid está alineado con el PNV. Pero es que, además, hay disensiones en el seno del propio Govern, incluso entre algunos de sus 'consellers'; también dentro del grupo parlamentario. Y, para colmo, una lucha a muerte entre ERC y JxCAT a cuenta de la delegación de voto de los presos amenaza incluso que este jueves pueda haber pleno en el Parlament. Colapso político, colapso institucional.

ERC reclama una 'estrategia común' tras el ultimátum de Torra a Sánchez

Torra llegó debilitado al debate sobre política general. Pero sale todavía peor. Como un presidente zombi, al que solo le aguantan su grupo de fieles en el Palau, lo que incluye a la 'consellera' de Presidència, Elsa Artadi, y al propio Carles Puigdemont desde Waterloo, según fuentes del entorno del 'expresident' en Bruselas. Y no porque compartan su estrategia sino porque temen que un adelanto electoral dispare el voto de la CUP y que los anticapitalistas salgan de unos nuevos comicios con 10 diputados en el Parlament, una sangría que sobre todo castigaría a JxCAT. La indignación que se ha palpado en la calle contra la Generalitat invita a no convocar elecciones. Nadie se la quiere jugar.

Eso sí, Torra, que se había definido como presidente vicario, ahora queda desautorizado como interlocutor. Pedro Sánchez, tal y como adelantó El Confidencial, ha optado por no reunirse con él durante este mes de octubre. Quim Torra empieza a ver adónde va el camino empedrado de buenas intenciones. Ni su ultimátum ni el calendario que ha propuesto tienen ahora ninguna credibilidad. Ayer ya se cambió el discurso y desde el Palau se dijo que se limitarían a votar en contra de los Presupuestos de Pedro Sánchez. Pero Sánchez puede prorrogar las cuentas de Montoro. Su supervivencia no dependerá de los ocho diputados de JxCAT.

Foto: El presidente de la Generalitat, Quim Torra, durante el pleno de política general. (EFE)

Podría pensarse que un presidente zombi asegura la XII Legislatura del Parlament. Pues no. Porque el independentismo no solo sufre el tener un 'president' desautorizado por propios y ajenos, incluyendo la CUP; también tiene dos grupos parlamentarios enfrentados a muerte: ERC y JxCAT. Una fuente de ERC aseguraba ayer: “Estamos peor que en julio”. Solo que en julio el Parlament había suspendido su actividad. Ahora, solo dos días después de la reapertura, todo ha volado por los aires.

Presión desde Lledoners

El acuerdo que se cerró para suspender a los diputados encausados por el Tribunal Supremo se ha convertido en papel mojado 24 horas después de que se votase en el pleno con una pirueta para hacer ver que se desafiaba al juez Pablo Llarena cuando en realidad se acataba el fallo judicial. Ayer, los presos de ERC, Oriol Junqueras y Raül Romeva, presentaban la petición para delegar su voto. En cambio, el resto de presos se ha negado a ello. Fuentes parlamentarias lo atribuyen a una iniciativa de Jordi Sànchez. El expresidente de la ANC consideraba que delegar el voto, a pesar de todo el artificio, era una claudicación.

El independentismo pasará de tener 70 votos en la cámara catalana a solo 65, con lo que se pierde una mayoría absoluta que hasta Llarena quiso preservar

Los letrados del Parlament ya han advertido de que si JxCAT no entrega sus delegaciones de voto, los votos de Sànchez, Carles Puigdemont, Jordi Turull y Josep Rull no podrían contabilizarse, igual que el de Toni Comín, huido en Bruselas. Con estos mimbres, los independentistas perderían muchas de las votaciones en las propuestas de resolución. Cada propuesta que no cuente ni con la CUP ni con los comunes será derrotada. Las propuestas de resolución tienen poco impacto en la vida real de la gente, pero si las tumban en la cámara, debilitan políticamente al presidente, es decir, a Torra.

Opciones de Torrent

Ante la disyuntiva, el presidente del Parlament, Roger Torrent, tiene dos opciones para la jornada de hoy: o suspende el pleno o asume que se pierden cuatro votos para el soberanismo y se escenifica la derrota. Esta última parece la más probable, según apuntan fuentes parlamentarias.

Pero con cuatro votos menos en el pleno, la Generalitat de Torra no podrá gobernar. La legislatura será un muerto en vida. Esta alternativa empuja a ERC a pactar los Presupuestos catalanes con otras fuerzas. Pero tampoco saldrán los números. En la práctica, ERC se queda sin cartas para poder intercambiar unos Presupuestos por Presupuestos con los socialistas en Madrid. Por tanto, ahora el soberanismo entra en su fase más extraña: apuntalar a Torra en el Palau pero minarlo en el Parlament para mayor gloria de la épica de Jordi Sànchez, justo el candidato que Puigdemont quiere presentar a las próximas autonómicas, sean estas cuando sean.

Quim Torra no va a dimitir. Ni lo ha planteado, según apuntan fuentes del Palau; si bien su soledad ha quedado al desnudo. En las propuestas de resolución de su propio grupo parlamentario, JxCAT, no se da ningún ultimátum a Pedro Sánchez, al contrario: le ofrecen diálogo sin condiciones ni plazos. El Parlament solo ha estado operativo dos días y todas las costuras del soberanismo han quedado al descubierto. ERC prefiere seguir apoyando a Pedro Sánchez, y en Madrid está alineado con el PNV. Pero es que, además, hay disensiones en el seno del propio Govern, incluso entre algunos de sus 'consellers'; también dentro del grupo parlamentario. Y, para colmo, una lucha a muerte entre ERC y JxCAT a cuenta de la delegación de voto de los presos amenaza incluso que este jueves pueda haber pleno en el Parlament. Colapso político, colapso institucional.

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