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Palo de Graupera a Torra: "Este Gobierno no tiene autoridad. Convoque elecciones"
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Palo de Graupera a Torra: "Este Gobierno no tiene autoridad. Convoque elecciones"

El filósofo independentista, que aspira a ser candidato independentista a la alcaldía de Barcelona, ha lanzado un escrito con 17 puntos que son una auténtica dentellada en la garganta de Torra

Foto: El presidente de la Generalitat, Quim Torra, durante el pleno de política general. (EFE)
El presidente de la Generalitat, Quim Torra, durante el pleno de política general. (EFE)

Al presidente catalán, Quim Torra, le ha caído la del pulpo por su veleidosa actitud ante la delicada situación política que vive Cataluña. Y al frente de los críticos se ha puesto el filósofo independentista Jordi Graupera, que aspira ser candidato independentista a la alcaldía de Barcelona. Esta semana, Torra tensionó el ambiente animando a los radicales a tomar las calles para, acto seguido, enviar a los antidisturbios para dispersarlos. Y este martes, en el Parlament, lanzó un ultimátum al presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, para que convoque un referéndum de independencia antes del mes de noviembre. Todo esto se ha vuelto contra el presidente catalán.

Esta actitud de desafío, no obstante, es solo el parapeto para escudarse ante el alud de críticas recibidas. Porque, en los últimos días, Torra ha sido el pimpampum de la oposición, de los Mossos (que le acusan de bombero pirómano por alentar a los radicales a tomar las calles y más tarde enviar a los antidisturbios para desalojarlos), de los radicales (que le reprochan lo mismo que los Mossos), de sus socios de gobierno republicanos e incluso de algunos moderados del PDeCAT.

Foto: Pedro Sánchez, el pasado 1 de octubre, momentos antes de recibir al primer ministro francés, Édouard Philippe, en el Palacio de la Moncloa. (EFE)

Y como a perro flaco, todo son pulgas, por si faltaba algo, ahora los avisos, las presiones y los palos le llegan desde los círculos más próximos al ‘expresident’ Carles Puigdemont, con quien todavía no se ha peleado públicamente. El mandatario fugado en Bélgica no abrió la boca, ni falta que hizo, pero sí lo hicieron personas de su confianza. Una de ellas, Jordi Graupera, el primer ‘tapado’ de Puigdemont para optar a encabezar la lista única independentista para Barcelona en las próximas elecciones municipales.

Graupera se entrevistó varias veces con Puigdemont en Bélgica y no dio paso alguno sin contar con el beneplácito del huido. Este controvertido escritor proviene en realidad de las filas democristianas y está apoyado por Demòcrates, el partido desgajado de UDC que se presentó aliado con ERC en las últimas autonómicas. Apostando por un hombre suyo, Puigdemont dinamitaba el pacto ERC-Demòcrates y reclamaba para su lista una transversalidad de la que carece.

Puigdemont ya se sirvió de Graupera para poner sobre la mesa la lista única en las municipales. Ahora lo ha utilizado para reclamar a Torra que disuelva el Govern y convoque elecciones. El propio Graupera lanzó por las redes un escrito con 17 puntos que son una auténtica dentellada en la garganta de Quim Torra. Señala, entre otras cosas, que “este Govern tiene un vicio de entrada: proviene de una renuncia ignominiosa”. Se refiere a que no se defendió suficientemente el derecho de Puigdemont a ser investido ‘president’.

“No tiene autoridad”

Continúa el ‘submarino’ de Puigdemont señalando que “este Govern no podrá hacer nada más que mantener el sistema de partidos con respiración asistida porque todos saben que no se toma nada con seriedad. No tiene autoridad”. Y continúa afirmando que “es un Gobierno surgido de unas elecciones impuestas, ilegítimas, con el autogobierno disuelto, con toda la presión emocional encima: no fuimos libres, no pudimos discutir qué hacer tras el fracaso del 1-O y del 27-O”. Ante esta situación, la conclusión es clara: “Si nadie sabe qué hacer, si todas las promesas han estado vacías, si los liderazgos no lideran, si partimos de un vicio de entrada, dejad que la gente escoja como adultos”. En otras palabras: “Convoque elecciones y hablemos claro. El primer día que legalmente se pueden hacer ironías de la historia, es el 27 de octubre. Volvamos a poner las urnas”.

Esa fecha es la que consta, precisamente, en el calendario de Puigdemont como la más adecuada para que Torra disuelva el Parlament y convoque elecciones anticipadas. Su simbolismo viene dado porque ese día del año 2017, el Parlament aprobó una resolución por la que proclamaba la república catalana. Habrá que ver si el ‘president’ se deja doblegar ahora por la presión del ‘expresident’.

El interés de Puigdemont

Porque si Puigdemont tiene en su agenda secreta marcada la fecha del 27 de octubre, no es por azar. Es por el aniversario de la proclamación de independencia aprobada por el Parlament de Cataluña. Independencia que jamás se implementó pero que algunos sectores del soberanismo reclaman como vigente precisamente porque no ha sido derogada por una nueva votación en sentido contrario.

Foto: El presidente del Parlamento catalán, Roger Torrent. (EFE)

Debido a ese simbolismo, Puigdemont quiere que Torra convoque elecciones, adelantando una vez más el ciclo electoral en Cataluña: desde noviembre de 2010, serían cinco convocatorias de autonómicas, todo un récord de inestabilidad, un calendario que habla a las claras de la montaña rusa que ha vivido la política catalana los últimos años. De hecho, tal y como dice Graupera, Torra no podría convocar elecciones antes del 27 de octubre, ya que por la fecha de celebración de las anteriores elecciones ha de transcurrir como mínimo un año para celebrar otros comicios. Y teniendo en cuenta que los últimos fueron el 21 de diciembre de 2017 y que se han de convocar como mínimo 53 días antes de celebrarse, resulta que la primera fecha en que se pueden convocar sería el 27 de octubre, la fecha mágica de Puigdemont.

¿Y por qué quiere una convocatoria de elecciones en esa fecha? Cuestión de táctica. En esa fecha, la Crida per la República (CxR), el nuevo ‘invento’ de Puigdemont, echará a andar oficialmente. En ella, integra al PDeCAT, al grupo parlamentario de Junts per Catalunya (JxCAT), a la Asamblea Nacional Catalana (ANC) y a círculos de amigos diversos. En estos momentos, Puigdemont negocia contrarreloj el grado de implicación de la ANC en su proyecto, que quiere que sea el hegemónico del independentismo. Para Puigdemont, el futuro del independentismo ya no es ni su partido ni su grupo parlamentario, sino su nuevo ‘invento’. Y si consigue la ayuda de la gran organización cívica, su fuerza para doblegar a ERC a aceptar de nuevo otra lista única será infinitamente mayor que la que tiene si la ANC no se implica directamente. En caso contrario, desde las filas de JxCAT recuerdan que ya en diciembre todas las encuestas le eran adversas y el ‘expresident’ acabó segundo en la carrera electoral y ganando al favorito de los sondeos, el republicano Oriol Junqueras.

Los empresarios, al ataque

La andanada de Graupera coincide con otro palo del Cercle Català de Negocis (CCN), una agrupación empresarial independentista que se alinea claramente con los posicionamientos más radicales del soberanismo. “Las tensiones entre manifestantes y la policía autonómica que han tenido lugar durante la celebración del primer aniversario del referéndum de autodeterminación podrían convertirse en el inicio de una profunda ruptura entre la sociedad civil soberanista, de una parte, y el Gobierno autonómico y los partidos autonomistas que lo sustentan, de otra. Consideramos que son el fruto de una creciente falta de confianza hacia nuestros representantes, ante la duda que genera su determinación para hacer efectivo el mandato popular del 1-O”, dice un comunicado oficial de esta entidad.

Foto: José Luis Ábalos, con los empresarios, en el acto en favor del corredor mediterráneo en Barcelona. (EFE)

La organización empresarial se alinea con las tesis de Puigdemont y rechaza la oferta de un referéndum pactado porque eso “no sería otra cosa que proporcionar una ‘derrota digna’ al soberanismo. Esto nos obligaría a una negociación desigual con el Estado español por enésima vez, sobre legítimas cuestiones que no tienen cabida ni en la voluntad política ni en el marco constitucional español y que, además, consideramos superadas”. El CCN, por tanto, “insta a la Generalitat de Cataluña a hacer efectiva la secesión y a formalizar la adhesión de Cataluña a la UE, aplicando sin más demora el plan descrito en el Libro Blanco para la Transición Nacional realizado por el Consejo Asesor con tal finalidad”. Exige, asimismo, negociar con el Gobierno español el reparto de la deuda (siempre y cuando el Estado transmita los activos correspondientes al nuevo Gobierno catalán) y “que se haga efectiva nuestra admisión en la UE mediante las normas convencionales sobre la sucesión de estados aplicables a nuestro caso”.

Estas presiones se suman a las que ya lleva sufriendo en el seno de su propio Govern. “El ‘president’ está muy presionado por los de casa —admiten en círculos independentistas—. Hay muchos problemas con ERC, pero él y el ‘president’ Puigdemont tienen la carta de las elecciones anticipadas como elemento de presión”, aseguran.

Una fuente muy cercana a Torra explica a El Confidencial que el político “está tocado”, pero ello “no hace peligrar su Gobierno”. Sí admiten las fuentes que ERC ejerce como contrapeso en el Ejecutivo y que hay algún consejero del PDeCAT descontento por el rumbo errático del Govern y que se intenta desmarcar de la línea dura de Puigdemont. Eso, no obstante, son solo balbuceos que no se traducen en una crisis abierta dentro del Gobierno. El peligro, el verdadero peligro, está en Bélgica. En Waterloo, concretamente.

Al presidente catalán, Quim Torra, le ha caído la del pulpo por su veleidosa actitud ante la delicada situación política que vive Cataluña. Y al frente de los críticos se ha puesto el filósofo independentista Jordi Graupera, que aspira ser candidato independentista a la alcaldía de Barcelona. Esta semana, Torra tensionó el ambiente animando a los radicales a tomar las calles para, acto seguido, enviar a los antidisturbios para dispersarlos. Y este martes, en el Parlament, lanzó un ultimátum al presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, para que convoque un referéndum de independencia antes del mes de noviembre. Todo esto se ha vuelto contra el presidente catalán.

Quim Torra Carles Puigdemont Esquerra Republicana de Catalunya (ERC)
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