Torra acaba utilizando al Rey de cortina de humo en un debate sin puntos de encuentro

El debate de política general quedó centrífugo… sin un foco. Los grupos, ninguno, encontraron puntos en común. El presidente de la Generalitat, Quim Torra, aprovechó su turno de réplica en el debate de política general para cargar contra el Rey, aunque la Corona no había sido objeto de debate previo ni en las contestaciones de la oposición ni en su discurso oficial de este martes. Fue una cortina de humo para ocultar el caos existente… sin acuerdo alguno. En catalán hay una frase para ello 'fugir d’estudi', cuya traducción podría ser 'salirse por la tangente'. El Rey Felipe VI no pintaba nada, aunque Albert Batet (JxCAT) lo había sacado vagamente a colación en el debate. Sin embargo, el monarca acabó copando titulares por su discurso sobre Cataluña de hace un año.

Si Torra usaba al Rey, Inés Arrimadas sacó una bandera española en la tribuna. El rifirrafe llegó a tal punto que el líder del PSC, Miquel Iceta, acabó afeando el gestó a la líder de Cs porque "los que han crecido en el conflicto sólo quieren alimentarlo". Iceta le recordó además que la bandera española ya está en hemiciclo y que no hacían falta sobreactuaciones como ésta.

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Sara de Diego R. R.

"Hace un año paramos el país y después no dábamos crédito del discurso del Rey", lamentó Torra, como si eso lo explicase todo. Aunque ni eso ni lo demás explicaba nada. "Hoy hace un año del 3-O, un día que demostramos que en este país no se le puede golpear y que cuando quiere dar una respuesta, la da de forma consensuada", recordó Torra pero obvió que este año 2018 no fue posible ni parar dos horas, porque faltó consenso social para eso.

Para Torra, el problema radica en que "el Rey aún no se ha disculpado por el discurso del 3-O que amparaba la violencia contra la que el pueblo se había manifestado ese día". Y añadió, "es un discurso que hoy no podemos aceptar". Y pidió a la Corona "respeto".

Torra aseguró que "Cataluña no está dividida, el debate político no fractura, lo que fractura es poner en prisión a la presidenta Carme Forcadell por permitir un debate". Pero no había unión en la cámara. Ninguna. Para empezar, Carles Riera de la CUP, vistiendo una guerra estilo Che Guevara, presentó una "enmienda a la totalidad" de la actuación de la Generalitat, tal y como Quim Torra definió su discurso.

Pero es que no lo había ni entre los diputados presos. Así, Oriol Juqueras y Raül Romeva han pedido ya la delegación de voto para cumplir con la moción de este martes. Pero no así, Carles Puigdemont, Jordi Sànchez, Jordi Turull y Josep Rull, que no lo han pedido y se niegan a ello, porque consideran que pueden votar sin este trámite, algo sobre lo que albergan dudas los letrados de la cámara. De hecho, se ha convocado una Mesa especial para dilucidar qué puede pasar. Porque el voto de Toni Comín ya se ha perdido. Si pierden cuatro votos más, y con la CUP tirada al monte, este jueves se puede ver cómo el soberanismo pierde en la cámara todas las propuestas de resolución fruto del debate.

Todos contra todos

No hubo ni un solo discurso que confluyera con los otros. Sergi Sebrià (ERC), en una intervención monocorde, fue en un camino del todo contrario con JxCAT y con Torra. Mientras Torra marcaba un nuevo calendario, Sebrià pedía tiempo, pedía sinceridad. Pedía en esencia, un giro del soberanismo, mientras que Torra insistía en seguir hacia el precipicio. Por el contrario, Torra incluso invitó a la CUP a desobedecer. "Yo no estoy aquí para administrar autonomía, estoy aquí para hacer república. El día que vea que no lo puedo hacet, me marcharé", aseguró al líder anticapitalista Torra en su réplica. No fue la única vez en que pareció que Torra se encontraba a un paso de la dimisión después de los bandazos de esta semana.

"Dejen de amenazar y comiencen a gobernar", les replicó Jessica Albiach, de Podem. Los Comunes, además, que dieron su apoyo este martes en la delegación de voto, ahora se sienten traicionados por los presos que se niegan a utilizar el acuerdo con el aval de JxCAT en una estrategia marcada por el estratega jurídico de la formación, Josep Costa.

Nadie habla con nadie

Arrimadas dedicó buena parte de su intervención en cargar contra los Comunes. Albiach despreció en público la intervención de Arrimadas. No sólo fue el diálogo entre Quim Torra y Pedro Sánchez el que saltó por los aires. Es que en el debate de política general ni hubo debate ni se encontró una política común que pudiese acercar las posiciones entre las formaciones. El debate dejó una imagen de profunda fragmentación en la cámara catalana. No sorprendió el tono bronco entre Alejandro Fernández (PP) y Torra. Fernández le pidió a Torra la dimisión y le dijo "hay mucha gente en su bancada que piensa igual que yo", con lo que ponía el acento en la división soberanista. Sí que resultó sorprendente la dispersión de opiniones, tan profunda, tan generalizada… una Cataluña incapaz, siquiera, de un pacto de mínimos.