La CUP suavizará su postura sobre la DUI para que Puigdemont pueda ser 'president'
"No podemos apoyar un gobierno sin que este se decante por la unilateralidad, pero otra cosa es favorecer la formación del Gobierno", señalan fuentes de la formación antisistema
Realidad obliga. La CUP estudiará en los próximos días la situación política catalana tras los resultados del pasado 21 de diciembre para decidir si suaviza su posicionamiento con el objetivo de facilitar la investidura de un presidente de la Generalitat independentista (y, concretamente, de Carles Puigdemont, al ser el cabeza de lista de la candidatura secesionista más votada) aunque este no abrace la unilateralidad, que era la condición 'sine qua non' que los radicales exigían para permitir dicha investidura.
Fuentes de la formación antisistema señalan a El Confidencial que la CUP “se caracteriza por decir siempre lo que hace y hacer siempre lo que dice”, pero hay circunstancias excepcionales en estos momentos. “De hecho, no podemos apoyar un gobierno sin que este se decante por la unilateralidad, pero otra cosa es favorecer la formación del Gobierno. En realidad, hay mucha gente que tiene miedo a que se vuelva a aplicar el 155 y por eso votaron una opción que no contemplaba la unilateralidad. Por tanto, no es descartable un voto de confianza para que haya Gobierno independentista. Es más: en estos momentos se ve como una posibilidad que adquiere cada vez más fuerza”, explican fuentes radicales a este diario.
Además, aseguran, luego no hará falta que la CUP preste sus votos en las votaciones, ya que entre el PDeCAT (o Junts per Catalunya) y ERC suman 66 escaños, uno más que el conjunto de la oposición, incluyendo a los ‘comunes’. Por tanto, el problema parlamentario desaparece y los ‘cuperos’ podrán reivindicar su programa electoral absteniéndose o ausentándose del Parlament, tal y como prevén en la mayoría de las ocasiones, excepto en los temas relacionados con la independencia, que sumarán sus votos a los de convergentes y republicanos.
La CUP no ha discutido internamente la cuestión todavía, pero lo hará nada más comenzar el año 2018. De momento, lo que tiene claro es que “se tienen que retomar todos y cada uno de los cargos que había antes de la aplicación del 155. Estamos de acuerdo en que Puigdemont es el ‘president’ cesado ilegalmente y han de retornar todos los altos cargos, excepto Santi Vila [exconsejero de Cultura y de Territorio], que dimitió antes del referéndum”. Y enfatizan: “Que nadie lo dude: Puigdemont ha ganado las elecciones porque es el que más apoyos puede concitar. Por tanto, es el único que, legalmente, puede aspirar a ser el próximo presidente de la Generalitat”.
Un Govern de PDeCAT y ERC
Además, la CUP apuesta “por un Govern 50/50 entre PDeCAT y ERC. Si algo tenemos claro es que nosotros no entraremos en ningún Ejecutivo. Sería negativo, absurdo, que la CUP entrase en un Gobierno, cuando es un partido antisistema. Como mucho, podríamos apoyar a algún independiente, pero eso solo si nos lo piden los demás partidos, no por nuestra iniciativa”, subrayan las fuentes.
De este modo, contestan a la propuesta del colectivo Drassanes, encuadrado ahora en la Asamblea Nacional Catalana (ANC), que apuesta por un tripartito PDeCAT, ERC y CUP presidido por Puigdemont, que es el líder independentista más votado. “Drassanes había estado encuadrado en la CUP y era de la línea dura. Nos dejó para entrar en la dinámica de la ANC, pero su propuesta no es posible”, aseguran desde la formación radical.
Los programas de Puigdemont y de la CUP no difieren en cosas sustanciales, aunque en el del primero no se prevé la unilateralidad como prioridad. “Nosotros hemos puesto sobre la mesa la unilateralidad, pero habrá que ver hasta qué punto a Puigdemont le interesa apostar por ella o a la CUP reducir la presión con este tema”, enfatizan.
El Parlament, para ERC
Respecto al Parlament, la cosa no cambia mucho. Esta semana ya se celebró la primera reunión del tripartito independentista y se pusieron encima de la mesa varios nombres. ERC, según las fuentes consultadas, quiere que Carme Forcadell siga presidiendo la cámara, aunque ella es renuente. Es más, según fuentes republicanas, su propio abogado le ha desaconsejado que repita en el cargo y que mantenga un perfil político más bajo. El recambio sería el exconsejero de Justicia Carles Mundó, imputado por rebelión, que salió de la cárcel en la primera semana de diciembre. Por parte del PDeCAT, un buen candidato sería el expresidnte de JxS y exconsejero de Presidencia Jordi Turull, buen conocedor de la mecánica parlamentaria. Todos esos nombres se pusieron encima de la mesa en una reunión celebrada este miércoles. “La CUP ya les dijo a los otros partidos que no impedirá que haya un presidente independentista del Parlament, por lo que tienen vía libre para hacer lo que les parezca conveniente. De todos modos, sí dejamos claro que lo óptimo sería un presidente del Parlament de ERC y un presidente de la Generalitat del PDeCAT”.
En medio, queda la petición de Ciudadanos, el partido más votado con diferencia, que ha reclamado para uno de los suyos la presidencia de la cámara, cosa que los independentistas no piensan otorgar: aplicarán el rodillo de la mayoría absoluta que tienen para evitar que cualquier institución pase a manos de un rival constitucionalista.
Otro de los temas que el tripartito independentista trató en su reunión de este miércoles fue la posibilidad de investir a Puigdemont telemáticamente. “El reglamento del Parlament dice que el candidato a ‘president’ ha de presentar su programa de Gobierno, pero no dice textualmente que lo tenga que hacer de manera presencial. Por tanto, puede presentar un escrito con su programa y cumple con el reglamento”, explican las fuentes independentistas citadas.
Pero, ¿qué pasaría con el lógico debate, réplicas y contrarréplicas?. “La cámara puede poner una videoconferencia para debatir con él”, subrayan. Según los independentistas, esta es una situación excepcional. “Estos días se aprovecharán para estudiar el tema y para pedir informes jurídicos sobre la posibilidad de investir a un presidente ausente del hemiciclo. De todos modos, se va a intentar jugar lo más limpio posible para evitar que el españolismo salte a la mínima de cambio”, aseguran desde las filas soberanistas.
Realidad obliga. La CUP estudiará en los próximos días la situación política catalana tras los resultados del pasado 21 de diciembre para decidir si suaviza su posicionamiento con el objetivo de facilitar la investidura de un presidente de la Generalitat independentista (y, concretamente, de Carles Puigdemont, al ser el cabeza de lista de la candidatura secesionista más votada) aunque este no abrace la unilateralidad, que era la condición 'sine qua non' que los radicales exigían para permitir dicha investidura.
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