Puigdemont planea un órgano para el referéndum e implicar a Junqueras y ERC
Es la jugada ‘perfecta’, un regalo envenenado del que los republicanos desconfiaron desde el primer momento: se implica al máximo dirigente de ERC para que también se ‘queme’
Cataluña busca valientes sin miedo. El temor a que los procesos judiciales derivados de posibles delitos en la organización del referéndum puedan afectar a patrimonios personales o provoquen incluso penas de cárcel está calando en determinada clase política catalana. El exconsejero de Empresa Jordi Baiget lo dijo sin tapujos el pasado lunes día 3: una cosa es arrimar el hombro y presionar para conseguir un referéndum y otra que uno tenga que poner en peligro el patrimonio personal. Algunos salieron a la palestra reclamando que quien no quiera arriesgar que se aparte, pero el que tiene responsabilidades (familiares, especialmente si tiene hijos a cargo) sabe lo que puede o no arriesgar.
De momento, sin embargo, los estrategas del ‘procés’ están en la retaguardia, evitando asumir riesgos personales. Y, al mismo tiempo, está en marcha una contraofensiva, una iniciativa del Gobierno catalán, para intentar blindar el patrimonio personal de los implicados y que no cunda el pánico: el núcleo duro del independentismo ligado al PDeCAT presiona para que el ‘president’ Carles Puigdemont cree un órgano que aglutine todas las competencias y que sea éste el que organice el referéndum.
En otras palabras, sería este órgano quien asumiría los riesgos como entidad jurídica y pondría en marcha algunas iniciativas que hasta ahora no han querido asumir los consejeros Raül Romeva y Meritxell Borràs (o sea, Exteriores y Gobernación). Desde estos dos departamentos no se ha arriesgado al máximo por temor a incurrir en responsabilidades penales. No es el momento porque con la ley en la mano, y si van al cien por cien, sus titulares podrían ser reos de delitos que comportan incluso prisión. Todo para evitar (falsamente) que pueda haber responsabilidades personales en las iniciativas que se tomen para organizar el referéndum.
Pero la verdadera trampa del ‘invento’ no es la creación de un órgano jurídico que ampare a los independentistas. El objetivo último es que Puigdemont ponga al frente de ese organismo nada más y nada menos que al vicepresidente del Govern y consejero de Economía, Oriol Junqueras. Es la jugada ‘perfecta’, un regalo envenenado del que los republicanos desconfiaron desde el primer momento: se implica al máximo dirigente de ERC para que también se ‘queme’ en esta trayectoria, donde los palos los recibe, esencialmente, el PDeCAT.
Junqueras ya ha sugerido a Puigdemont que la cabeza visible del nuevo organismo ‘organizador’ podría ser otro: Jordi Turull, presidente de JxS
“Hasta ahora, todos los perjudicados por el ‘procés’ son de la antigua Convergència. ¿Hay alguien de ERC inhabilitado o imputado? No. Se han mantenido al margen, mientras que nosotros hemos dado la cara y hemos demostrado que cumplimos lo que prometemos en campaña. Eso es lo que deben ver los ciudadanos de Cataluña. Por eso, ERC no nos puede acusar de escondernos y a las pruebas me remito: ya hay cuatro inhabilitaciones y otras que están en marcha. Todas nuestras, por supuesto, porque no hay nadie de Esquerra o de la CUP condenado a inhabilitación”, dice un alto dirigente del PDeCAT a El Confidencial.
La contestación de Junqueras
Junqueras, no obstante, es lo bastante inteligente como para no caer en la trampa. Según ha podido conocer este diario, ya ha sugerido a Puigdemont que la cabeza visible del nuevo organismo ‘organizador’ podría ser otro. Por ejemplo, Jordi Turull, presidente de Junts Pel Sí (JxS). Es un político capaz y sagaz. Y, de paso, el republicano se ‘cepilla’ a uno de los hombres fuertes del PDeCAT, quizás el único que marca perfil en el Parlamento y que neutraliza el empuje de ERC dentro del grupo parlamentario. Con Turull ocupado en estos menesteres, los republicanos tendrían el control total del grupo parlamentario, aunque asumiendo un mínimo de responsabilidades. Y, de paso, si alguien se tiene que ‘quemar’, no será el escurridizo Junqueras.
Según ha podido conocer este diario, ni Vendrell ni Madí están por la labor de manejar los hilos en la recta final del ‘procés’ ni de arriesgar su nombre
Pero como la jugada es más que evidente, también hay otros nombres encima de la mesa: el primero es el del exconsejero de Gobernación y exsecretario de Organización de ERC Xavier Vendrell, ahora embarcado en aventuras empresariales en Colombia. Vendrell fue responsable de cartas a altos cargos en el año 2005 y 2006 exigiendo el 3% de su salario para financiar a ERC (a algunos les llegó a exigir el 24%), so pena de apartarlos de sus cargos. En aquel momento, ejercía como secretario general del ‘conseller primer’ (consejero primero). Poco después, era nombrado consejero de Gobernación, cargo en el que estuvo semanas, ya que los republicanos abandonaron el Tripartito de Pasqual Maragall. En la actualidad, Vendrell está alejado de los avatares políticos.
Curiosamente, Vendrell intentó en el año 2007 dinamitar el Tripartito a favor de Artur Mas. Y como vicesecretario general de ERC, realizó una oferta suculenta al líder de Convergència: apoyarle a él como futuro ‘president’ (las elecciones autonómicas habían sido hacía dos meses) en vez de a José Montilla a cambio de que CiU apoyase un “referéndum de autodeterminación”. Y le puso fecha: el referéndum tenía que ser el 27 de mayo de 2007, que coincidía con las elecciones municipales. Vendrell fue desautorizado inmediatamente por su partido mientras que los convergentes se tomaron a risa el ofrecimiento. Diez años después, su nombre vuelve a la palestra como posible piloto de una ‘misión suicida’ para rematar el ‘procés’.
Hay, por si fuera poco, otra coincidencia: Vendrell reconocía que ERC no tenía peso suficiente para plantear una ruptura con España y que, además la consulta era ilegal, por lo que solo iniciaría esa ruta si CiU se prestaba a ello y acogiéndose “a la legislación internacional, que es la que reconoce el derecho a la autodeterminación”. O sea, exactamente la excusa que ahora han expuesto los máximos impulsores del referéndum. Solo hay una pequeña diferencia: en esta ocasión, quien ríe ante el ofrecimiento es el propio Vendrell y no CiU.
El otro nombre puesto encima de la mesa es el de David Madí, otrora mano derecha de Artur Mas. En la actualidad, Madí se dedica a la asesoría empresarial y forma parte de órganos de dirección de importantes empresas, al mismo tiempo que ha firmado suculentos contratos con varias multinacionales. Sus actividades profesionales le alejaron de la primera línea política, a la que, confiesa frecuentemente a quien se lo pregunta, no quiere volver de ninguna de las maneras. Por tanto, según ha podido conocer este diario, ni Vendrell ni Madí están por la labor de manejar los hilos en la recta final del ‘procés’ ni de arriesgar su nombre, sus negocios y, posiblemente, su patrimonio en esta empresa. Nadie lo ve claro en Cataluña.
Una operación calculada
Ante este tira y afloja para endilgar al oponente el regalo envenenado, la tensión interna entre los independentistas ha subido enteros. El cese del consejero de Empresa, Jordi Baiget, el pasado 3 de julio ha dado mucho que hablar… y mucho que hacer. Desde algunos círculos políticos se comenta que las declaraciones de Baiget que provocaron su cese pueden deberse a una maniobra perfectamente calculada de algunos sectores del PDeCAT: la operación sería sembrar dudas sobre el referéndum desde dentro del Gobierno justamente un día antes de desvelar en qué consistiría la esperada ley del referéndum.
Estas fuentes no descartan incluso que el movimiento de Baiget sea el primero de un plan promovido por grupos antiindependentistas convergentes que consideran positivo sembrar el pánico alertando de que los implicados en el referéndum pueden perder su patrimonio. Y el objetivo final sería provocar un ‘efecto arrastre’ que implosione la hoja de ruta convergente.
El cese del consejero ha dado también munición a los republicanos, que oficialmente no comentan la jugada. Pero, en realidad, Oriol Junqueras sigue pidiendo más cabezas convergentes a Puigdemont, porque sabe que existe el peligro de más ‘baigets’, es decir, de más dirigentes que sigan el camino del ‘exconseller’ y pregonen públicamente los puntos negativos del referéndum. Desde las filas de los ‘duros’ del PDeCAT, esa reclamación carece de sentido. Al revés, consideran que quien no se implica a fondo en el ‘procés’ es ERC, que prefiere ver los toros desde la barrera y aplaudir la ‘quema’ de los independentistas siempre y cuando no sean de los suyos, o sea, republicanos. Lo que demandan los exconvergentes es que ERC demuestre “de una vez por todas” que lo suyo va de verdad y que no es puro teatro.
Solo desde la perspectiva de estas tensiones internas, el ofrecimiento de Puigdemont a Junqueras para ser la cabeza visible del nuevo organismo aparece en toda su grandiosidad. O en toda su mezquindad, depende de cómo se mire.
Cataluña busca valientes sin miedo. El temor a que los procesos judiciales derivados de posibles delitos en la organización del referéndum puedan afectar a patrimonios personales o provoquen incluso penas de cárcel está calando en determinada clase política catalana. El exconsejero de Empresa Jordi Baiget lo dijo sin tapujos el pasado lunes día 3: una cosa es arrimar el hombro y presionar para conseguir un referéndum y otra que uno tenga que poner en peligro el patrimonio personal. Algunos salieron a la palestra reclamando que quien no quiera arriesgar que se aparte, pero el que tiene responsabilidades (familiares, especialmente si tiene hijos a cargo) sabe lo que puede o no arriesgar.
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