Puigdemont y Junqueras no convencen a los 'comunes' para que apoyen su referéndum
Ni el 'president' ni su número dos en el Gobierno de la Generalitat han logrado convencer al líder de los 'comunes' en Cataluña para que se sume a la consulta del 1-O
El horizonte de los independentistas se estrecha por momentos. El ‘timonel’ del ‘procés’, Carles Puigdemont, se reunió este lunes con Xavier Domènech, líder de En Comú Podem y de Catalunya en Comú, el nuevo partido de los 'comunes' de Cataluña. La reunión, en la que también estuvieron presentes el presidente de ERC y vicepresidente del Gobierno, Oriol Junqueras, y la portavoz de Catalunya en Comú, Elisenda Alamany, no sirvió de mucho: Domènech no dio su brazo a torcer. Fue a por respuestas concretas y detalles y siguió recibiendo generalidades.
Los 'comunes' están de acuerdo en que es necesario un referéndum en Cataluña, pero no quieren una chapuza. Exigen garantías de que la consulta se vaya a hacer bien y de que, por tanto, tendrá efectos prácticos. Domènech puso sobre la mesa tres condiciones para que su formación apoye sin reservas la hoja de ruta del Gobierno catalán: primero, que participe en el referéndum toda la población o, al menos, un amplio espectro, y no solo los que están a favor. En segundo lugar, tener un apoyo y reconocimiento internacional, y tercero, que tenga efectos jurídicos y políticos. “Que al día siguiente no siga todo igual, sino que sirva para algo”, subrayan a El Confidencial fuentes de Catalunya en Comú.
Pero la delegación de los comunes salió desengañada. El referéndum del 1 de octubre le huele a otro 9-N. O sea, a otra consulta como la del 9 de noviembre de 2014, realizada al final por voluntarios y en la que solo participaron los organizadores, lo que no deja de ser poco serio. “El Gobierno adelantó algunas de las cosas que piensa hacer, pero desvelará los detalles de cómo piensa organizar el referéndum el próximo 30 de junio”, explican a este diario las fuentes consultadas.
La impresión general de los 'comunes' es que el Gobierno catalán no prepara un referéndum, sino una movilización, que será “una confrontación más fuerte con el Gobierno [central], pero con más aspecto de movilización que del referéndum que necesita Cataluña”. Según señalaron a El Confidencial otras fuentes de Catalunya en Comú, no se sabe exactamente qué garantías da el Gobierno para que la consulta sea un referéndum en toda regla.
“Nos invitaron y hablamos. Además, aprovechamos para presentar a la dirección elegida de Catalunya en Comú hace pocos días. Por eso, además de comentar el referéndum, también pusimos encima de la mesa el tema de la corrupción y de la emergencia social”.
Domènech dejó claro durante la reunión que “Cataluña necesita un referéndum”, pero planteó sus dudas de si lo que prepara el Gobierno catalán para el 1 de octubre se puede considerar como tal. “Y también dejamos claro que no estamos de acuerdo con la hoja de ruta del Gobierno catalán, aunque reconocemos que es legítima. De hecho, esa hoja de ruta es de él, pero nosotros no formamos parte de la mayoría gubernamental ni escogimos esa hoja de ruta”.
Junqueras, en cambio, considera que no todo está perdido y que los independentistas pueden encontrar “espacios para que los 'comunes' participen el 1-O”. Domènech no desdeña la colaboración, pero, visto lo visto hasta el momento, cree que su formación solo participará en las movilizaciones “a favor del derecho a decidir”. Los comunes decidirán a primeros de julio en qué se concretará su aportación, que seguramente se traducirá en el apoyo a las movilizaciones populares que haya, aunque sin implicarse en la petición de voto, sino entendiendo las mismas como una reivindicación del derecho a decidir en el marco de un ejercicio de democracia.
Artur Mas apunta a Jorge Moragas
La reunión coincide con una conferencia del expresidente Artur Mas en la Cambridge Union Society, en la que aseguró que “el Gobierno de Cataluña no reculará y, en defensa de la democracia, el referéndum se hará”. Mas se explayó a gusto, afirmando que obligan a los catalanes a seguir formando parte de España y que, en este proceso, Mariano Rajoy “utiliza la judicialización y las cloacas del Estado en contra de los líderes políticos soberanistas”. Por si fuera poco, el ‘expresident’ afirmó que “más de 2,3 millones de personas se rebelaron pacíficamente el 9 de noviembre de 2014 y la reacción fue impulsar un proceso judicial por la vía penal en contra de tres consejeros y contra mí mismo, prohibiéndonos concurrir a una elecciones o ser cargos públicos”.
Mas también denunció en Cambridge que el exministro del Interior conspiró “para manipular fiscales, difundir información falsa sobre políticos catalanes y utilizar a la policía y al sistema judicial para debilitar el proceso independentista catalán. Y el presidente Rajoy parecía estar perfectamente informado de todo porque esta campaña era coordinada por su jefe de gabinete, Jorge Moragas”. El ventilador, pues, ya está otra vez en marcha.
El horizonte de los independentistas se estrecha por momentos. El ‘timonel’ del ‘procés’, Carles Puigdemont, se reunió este lunes con Xavier Domènech, líder de En Comú Podem y de Catalunya en Comú, el nuevo partido de los 'comunes' de Cataluña. La reunión, en la que también estuvieron presentes el presidente de ERC y vicepresidente del Gobierno, Oriol Junqueras, y la portavoz de Catalunya en Comú, Elisenda Alamany, no sirvió de mucho: Domènech no dio su brazo a torcer. Fue a por respuestas concretas y detalles y siguió recibiendo generalidades.