El golf dispara las reservas de británicos en la Costa del Sol para comprar una segunda residencia

Entre 400 y 500 millones de euros de impacto global, una audiencia televisiva mundial de 460 millones de espectadores y 13.000 habitaciones reservadas en 75 hoteles. Son algunas de las cifras que rodearon la última edición de la Solheim Cup de golf que se celebró hace un mes en el campo Finca Cortesín de Casares (Málaga). Uno de los más de 70 con los que cuenta la provincia y que hacen que este deporte sea un motor económico que arrastra de sectores como el turismo y la construcción. Un ejemplo de esta sinergia es que las reservas de británicos que buscan una segunda residencia asociada a esta actividad deportiva ha crecido notablemente en lo que llevamos de año.

La promotora Taylor Wimpey España ha constatado esta tendencia y ha cifrado en un 40% el incremento interanual de las operaciones de este tipo en la Costa del Sol. "El contexto actual ha presentado numerosos desafíos para los británicos, pero su deseo de invertir en viviendas en España, especialmente aquellas asociadas al golf, se ha mantenido", declaró su director de Ventas y Marketing, Marc Pritchard.

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La firma sostiene que el litoral malagueño "ofrece una combinación de campos de golf de primer nivel, playas excepcionales, una rica cultura gastronómica y un ambiente acogedor y familiar", lo que hace que el interés del mercado de Reino Unido por adquirir una casa en la zona se mantenga intacto a pesar de la coyuntura geopolítica.

Este deseo se traduce en que estos compradores opten indistintamente por "propiedades listas para entrar a vivir como en proyectos sobre plano", pero que estén vinculadas de alguna forma a un campo de golf. Por ejemplo, Belaria, en la Cala Golf Resort, está dentro de uno de ellos y ser propietario de uno de los adosados concede pluses como el uso de las instalaciones y el acceso a la casa del club; el complejo Green Golf de Estepona, por su parte, está ubicado junto a una de estas superficies deportivas.

Málaga cuenta con más de 70 campos de golf, que se reparten en 16 municipios y que permiten practicar este deporte casi todo el año

Este tipo de inversor británico es capaz de afrontar precios por encima de la media y adquieren viviendas de tres dormitorios que oscilan en torno a los 700.000 euros. Un perfil deluxe similar al turista de golf. Estos "tienen una capacidad de gasto superior al visitante medio" y ayudan a combatir la estacionalidad del destino porque suelen desembarcar "en los meses de invierno", ha señalado el presidente de la Diputación Provincial y de Turismo Costa del Sol, Francisco Salado.

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Con más de 70, Málaga es la provincia española con más campos de golf, hecho que lo convierta en un lugar preferente para los jugadores de todo el mundo porque ofrece multitud de recorridos y retos en los que poner a prueba sus habilidades. Un abanico de opciones que hace que muchos apasionados por este deporte quieran tener una segunda residencia en un lugar en el que la climatología permite jugarlo prácticamente todo el año.

Aunque la Costa del Sol no es el único destino de los golfistas en España. Taylor Wimpey ha detectado que el crecimiento de las compras de inmuebles vinculados al golf se extiende a otras partes del país como Mallorca o la Costa Blanca, donde los inversores también se encuentran con una relación calidad-precio muy ventajosa.