La zona cero de la sequía en España: "Compramos agua para bañar a los niños"

La zona cero de la sequía en España está en el norte de Córdoba. En abril, Sierra Bollera fue el primer embalse en secarse al cien por cien y, medio año después, la previsión es que seguirá vacío en los próximos meses. Desde entonces, está prohibido beber agua del grifo en los 28 municipios de Los Pedroches y El Guadiato y unos 72.000 vecinos deben llenar sus garrafas en los camiones cisternas o comprar agua embotellada. Según el New York Times, que elaboró un reportaje sobre la problemática hace unos días, es la estampa del “futuro de España”: “Donde el agua llega en camión, no por el grifo”.

El origen del problema está en la falta de previsión y de infraestructuras hídricas. El embalse de La Colada cuenta con una capacidad mucho mayor, pero no había estado conectado a los municipios hasta ahora. Durante años, las explotaciones ganaderas del entorno fueron contaminando un pantano inutilizado. Y en abril, cuando Sierra Bollera se quedó sin agua, hubo que bombear agua a la desesperada. El parche duró unas semanas: la Consejería de Salud acabó declarando no apta para el consumo humano el agua de este pantano, con valores superiores de carbono orgánico.

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Como consecuencia, estos cordobeses viven desde hace meses una situación propia de otra época, con colas para recoger agua. “La situación roza lo dramático”, critica Miguel Aparicio, presidente de la plataforma Unidos por el Agua, constituida este verano para combatir el problema. Cada día, varios camiones cisterna recorren los pueblos de la zona, donde los vecinos acuden con envases para recoger el agua potable. El gasto en las empresas de suministro asciende ya a tres millones de euros, aunque la Diputación está obligada a prestar este servicio como alternativa a la contaminación. "Las madres compran botellas y bañan a sus niños con agua mineral, según lo que les recomienda una pediatra", cuenta Aparicio.

Los alcaldes han anunciado movilizaciones y las administraciones superiores pretenden poner una solución cuanto antes. De hecho, la Junta de Andalucía autorizó ayer una inversión de 11 millones de euros para solucionar el abastecimiento de esos 28 municipios. Las obras, declaradas de interés prioritario para la comunidad, permitirán conducir agua desde el embalse de La Colada, ahora contaminada, para ser filtradas en Sierra Boyera, donde la depuradora, que reforzará su capacidad, potabilizará el agua contaminada. En cualquier caso, los trabajos tardarán más de 15 meses en estar concluidos.

Los alcaldes de las 28 localidades anuncian movilizaciones para pedir más inversiones

El anuncio llega unos días después de que los alcaldes y alcaldesas de las 28 localidades del norte de Córdoba, de distintos colores políticos, anunciaran un "periodo de movilizaciones" para exigir inversiones urgentes. Los regidores piden ir un paso más allá y dar "absoluta prioridad" a la conexión con otro pantano, el de Puente Nuevo, con la estación potabilizadora de Sierra Boyera. El refuerzo sería, según apuntan, una "garantía de suministro". Sin embargo, la Confederación Hidrográfica cree que sería una operación muy complicada, por lo que siempre se ha optado por actuaciones de menor coste.

Desde el Gobierno andaluz aseguran que, con la inversión aprobada en Consejo de Gobierno, a partir del año que viene estos vecinos podrán empezar a ver “la luz al final del túnel”. La Diputación también arrancó esta semana su plan de choque para limpiar el agua del embalse, que igualmente será financiado con dinero de la Junta de Andalucía. Esas obras podrían estar culminadas en seis meses y ofrecerán una solución a corto plazo.

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Los vecinos, sin embargo, desconfían de estos anuncios y temen que, si llueve, caigan en el olvido. Aunque ocupan un territorio importante de la provincia cordobesa, tienen una de las densidades de población más bajas de Andalucía y la sensación de que sus reivindicaciones no se tienen en cuenta. De hecho, la conexión entre los dos pantanos anunciadas por la Junta debía haber culminado hace más de una década, cuando el proyecto cayó en el olvido por la crisis económica. “No tenemos población suficiente para presionar”, resumen desde la asociación.

Desde la plataforma también reclaman reforzar las depuradoras de la comarca para frenar los vertidos al pantano y aprovechar mejor los recursos hídricos. Incluso un trasvase desde Badajoz, aunque de momento se conforman con tener una solución a corto plazo. “El pantano está seco y tardará en volver a llenarse al menos dos años. Aunque vuelvan las lluvias, arrastramos el estiaje y debe absorber mucha agua para empezar a recoger”, concluye Aparicio.