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"Mi madre venía con cántaros y yo con garrafas": así se quedó sin agua el norte de Córdoba
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Sequía en Andalucía

"Mi madre venía con cántaros y yo con garrafas": así se quedó sin agua el norte de Córdoba

La situación en la zona, sin agua potable, se prolongará al menos durante dos meses mientras las administraciones buscan alternativas y los vecinos se adaptan resignados

Foto: Los vecinos de Villanueva de Córdoba recogiendo agua. (A. Calero)
Los vecinos de Villanueva de Córdoba recogiendo agua. (A. Calero)

"Hace años, mi madre iba con cántaros a la fuente y ahora yo hago lo mismo pero con garrafas. Es increíble". Quien hace esta afirmación es Francisco Sánchez, vecino de Villanueva de Córdoba, mientras se acerca al camión instalado en el recinto ferial de la localidad que les suministra agua potable, después de que la Junta de Andalucía haya declarado como no apto para el consumo humano el embalse que los abastece, Sierra Boyera. Como Villanueva, 24 municipios y 14 aldeas de las comarcas del norte de la provincia se encuentran en esta situación. Un total de 16 camiones viajan cada día a repartir el líquido elemento en tres franjas horarias distintas y con un máximo de cinco litros por persona y día. Unos 80.000 vecinos viven con resignación esta situación. Aunque la mayoría lo esperaba.

"Se veía venir porque, en otras ocasiones, el agua ha llegado con un color raro y a veces olía mal", dice otro vecino de Pozoblanco. "A los pueblos no nos echan cuentas, pero lo estábamos advirtiendo. Ahora tendremos que adaptarnos, no queda otra", asegura Julia, de Villanueva. Buena parte de los vecinos llevaba ya tiempo comprando botellas en los supermercados para beber y cocinar, por eso no les ha pillado por sorpresa y tampoco se forman demasiadas colas para cargar las garrafas en los primeros días de abastecimiento. Estaban ya preparados.

placeholder Foto: A. C.
Foto: A. C.

¿Por qué a nadie sorprende esta situación más propia de otra época? La falta de lluvias y la advertencia de sequía estaba dejando el embalse de Sierra Boyera —que abastece al norte de Córdoba— en niveles mínimos hasta que, hace justo un año, saltaron todas las alarmas y el Gobierno decidió acometer una obra de urgencia para conectarlo con el embalse de La Colada. Este se construyó en 2006, pero nunca se concluyeron los trabajos de canalización para que el agua llegara a los municipios.

La zona contaba con un destacado número de explotaciones ganaderas, muchas de ellas ya no se encuentran allí, que ha podido tener consecuencias en las aguas de las que se nutre La Colada. Ya el año pasado la Junta de Andalucía declaró el embalse no apto para el baño. Si se tiene en cuenta que los controles para el consumo humano son mucho más exigentes, muchos vecinos se temían lo que ahora ha pasado.

Lo curioso es que, a pesar de que La Colada ha mantenido unos niveles altos de contaminación, cuando la zona norte de la provincia empezó a lanzar un SOS por la sequía, no se cambiaron los planes y se inició la conexión con Sierra Boyera. Esta solución no era la ideal, pues tanto el Gobierno central como la Junta y la Diputación coinciden ahora en que lo adecuado es hacer esa conexión con Puente Nuevo, donde es de mayor calidad. Pero la urgencia de la sequía y un menor coste hicieron que se acometieran las obras con La Colada. El agua empezó a llegar a los grifos el pasado 14 de marzo, y apenas un mes después se ha producido la declaración de no apta.

En la residencia de mayores de Villanueva de Córdoba consumen alrededor de 150 litros al día solo para cocinar y dar de beber a sus 70 residentes. "Nos estamos apañando bien, compramos el agua o nos la donan", asegura el director del centro, ubicado justo enfrente del recinto ferial donde el camión sigue descargando agua a los vecinos. Allí, personal del Colegio San Miguel, muy cercano también, se acerca también a llenar alguna garrafa: "Es para los chiquillos, que vienen con su botella, pero ya se les ha acabado y con esta calor...".

Contaminación

La Junta de Andalucía ha declarado no apta para el consumo humano el agua por su elevada concentración de carbono orgánico total (COT). El máximo de presencia de este componente está fijado en siete miligramos, mientras que en las muestras se ha llegado a medir 34, que podía reducirse hasta nueve tras los tratamientos depuradores, pero que seguían situándose por encima de los niveles permitidos. La alta concentración de COT no tiene en sí riesgo en el consumo, pero, si se persiste en el tiempo, estos niveles pueden generar microbacterias tóxicas y otros organismos.

Los bares y las industrias se están viendo también afectados por la situación. Tanto en Los Pedroches como en el Guadiato las empresas cárnicas en torno al ibérico tienen una gran presencia. En Hermanos Sánchez, en Villanueva de Córdoba, aseguran que tienen también que comprar el agua para realizar los productos preparados (salchichas, chorizo, morcilla...) y llevar a cabo análisis constantes para los estudios de trazabilidad. En los bares, por ejemplo, han tenido que cambiar la toma de las cafeteras que iban directamente a la red por una garrafa y así poder seguir sirviendo cafés.

placeholder Hermanos Sánchez, en Villanueva de Córdoba. (A. C.)
Hermanos Sánchez, en Villanueva de Córdoba. (A. C.)

Ozono para potabilizar el agua

Emproacsa, la empresa pública que se encarga del suministro en la provincia de Córdoba, está trabajando en la aplicación de un sistema alternativo de potabilización a través del ozono. Su presidente, Esteban Morales, ha asegurado a El Confidencial que, "en unos 30 o 40 días, pueden tener lista la infraestructura y comenzar con el tratamiento" que consiga que cumpla con los niveles exigidos para el consumo. El coste de este sistema se estima en 400.000 euros. En estos momentos, llevar los camiones de agua a los municipios requiere de un gasto de entre 15.000 y 18.000 euros diarios. En el horizonte, aunque más a largo plazo, se encuentra realizar la conexión de Sierra Boyera con el embalse de Puente Nuevo, con agua de mayor calidad.

"Es cierto que Puente Nuevo es un proyecto muy positivo para la zona norte de Córdoba, pero igual que lo son otras infraestructuras relativas a carreteras o la inversión en sanidad", apunta Morales. Parece ser que todas las administraciones coinciden en que sería la mejor solución, aunque el presidente de Emproacsa defiende la actuación realizada en La Colada. "Si el Gobierno no hubiera acometido esa conexión de urgencia, ahora mismo no saldría agua del grifo, porque el embalse de Sierra Boyera está seco", afirma. Ahora se puede potabilizar, pero el corte del suministro es una medida mucho más drástica que, además, conlleva muchos más problemas para los vecinos.

Mientras llega o no la solución, los residentes de las comarcas de Los Pedroches y el Guadiato siguen yendo cada día a llenar su garrafa para poder beber y cocinar. Jóvenes, personas mayores, familias... La historia de la que todo el mundo predecía su desenlace y quizá, por ello, han sabido adaptarse con resignación.

"Hace años, mi madre iba con cántaros a la fuente y ahora yo hago lo mismo pero con garrafas. Es increíble". Quien hace esta afirmación es Francisco Sánchez, vecino de Villanueva de Córdoba, mientras se acerca al camión instalado en el recinto ferial de la localidad que les suministra agua potable, después de que la Junta de Andalucía haya declarado como no apto para el consumo humano el embalse que los abastece, Sierra Boyera. Como Villanueva, 24 municipios y 14 aldeas de las comarcas del norte de la provincia se encuentran en esta situación. Un total de 16 camiones viajan cada día a repartir el líquido elemento en tres franjas horarias distintas y con un máximo de cinco litros por persona y día. Unos 80.000 vecinos viven con resignación esta situación. Aunque la mayoría lo esperaba.

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