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Estos jóvenes nómadas digitales han hecho su primer millón llevando españoles a Australia
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Estos jóvenes nómadas digitales han hecho su primer millón llevando españoles a Australia

La pandemia hizo quebrar la empresa que estos malagueños fundaron en 2015, pero se han recuperado para hacer sus mejores números. Trabajan para centros educativos y compañías australianas. Ofrecen asesoramiento total a quien quiera ir a este país

Foto: Christian Hernández y Fran Capitán, durante su aventura empresarial en tierras australianas. (Cedida)
Christian Hernández y Fran Capitán, durante su aventura empresarial en tierras australianas. (Cedida)

Corría 2013 cuando Fran Capitán se fue a Australia a estudiar. Su sueño era cursar Biología en un país con una impresionante fauna y flora. Los primeros momentos fueron duros. Los libros se le atragantaron y tocó buscarse la vida. “No sabía hablar bien inglés” y aceptó trabajos que nunca se había planteado. Fue jardinero y empleado en la construcción. Y casi siempre, por el sueldo mínimo.

“Cuando llegué, y la agencia con la que gestioné el viaje no me ayudó de la forma que yo esperaba, me sentí súper solo”, rememora. Como si fuese una terapia para sobrellevar esos malos momentos, "comencé a escribir un blog en el que compartir mi experiencia". “Contaba cómo era el país, encontrar casa, trabajo…”. Y se sintió animado por las interacciones de quienes querían iniciar un nuevo proyecto vital en las antípodas y le pedían información y ayuda.

Foto: El nómada Sergio Sala, durante su visita a Tenerife. (YouTube)

Al cabo de los años, unos amigos le animaron a convertir su cuaderno de bitácora digital en un negocio. Y fue entonces cuando entró en juego su primo Christian Hernández. Un veinteañero que estaba cursando Economía y Ciencias Políticas y que se sumó al proyecto. Así surgió en 2015 Un salto a Australia, una empresa digital que en este ejercicio ha superado por primera vez el millón de dólares de ingresos llevando a ese país a españoles que quieren estudiar y trabajar y que ha logrado reponerse tras quebrar durante la pandemia.

Los dos jóvenes, naturales de Málaga, se encuentran estos días en España. Para visitar a la familia y pasar unos días de vacaciones, pero también para trabajar. El plan es recorrer varias ciudades del país para reunirse cara a cara con gente que les ha contactado con anterioridad y que está interesada en trasladarse a tierras australianas. “Cuando una empresa es 100% online, ayuda interactuar en persona, que vean que existimos más allá de una pantalla”, explica Fran, que detalla la ruta de estos días: “Murcia, Alicante, Valencia, Castellón, Barcelona, Zaragoza, Pamplona, Bilbao, Valladolid y Madrid”.

placeholder Un grupo de españoles que dieron el salto a Australia. (Cedida)
Un grupo de españoles que dieron el salto a Australia. (Cedida)

La empresa ha ofrecido “asesoramiento y acompañamiento” a al menos 3.000 españoles. “Les ayudamos en todo lo necesario para asentarse en el país. A elegir ciudad, gestionar visado, seleccionar escuela, hacerse con una tarjeta de teléfono e internet, abrir una cuenta en el banco…”, enumera Christian, que reconoce que al principio tuvo “miedo” en acompañar a su primo en esta aventura empresarial. “La dicotomía era trabajar para una compañía y tener un sueldo estable o empezar un proyecto con un familiar”. Al final se decantó por la segunda opción porque confió en el potencial de la iniciativa y porque “me atraía que no se trataba de un trabajo de mesa, silla, traje y corbata”.

“Fran anduvo por las nubes para que yo pudiese correr por ellas. Fue el que dio el paso de marcharse y empezar de cero”, relata el joven, que se encarga de la contabilidad de una agencia que ha incrementado su plantilla hasta los 12 empleados. Todos españoles, salvo tres latinoamericanos. Es el resultado de un aumento de la actividad, en parte, impulsado por el deseo de viajar que surgió tras el confinamiento y el cierre de las fronteras. Una época que llevó a la empresa hasta la quiebra. “Fue un palo. Tuvimos que cerrar y echar a toda la gente. Pero reabrimos y en un año hemos conseguido remontar”. “Hemos cerrado el año fiscal con nuestro primer millón de dólares”, señalan contentos los dos emprendedores, que explican que nunca antes habían superado esta barrera psicológica. “En años anteriores habíamos rondado los 800.000 dólares”, pero no imaginaban recuperarse tan pronto tras el impacto mundial del covid.

"Nuestros servicios son gratuitos. Los ingresos provienen de las comisiones que cobramos a las empresas locales con las que trabajamos"

En su último ejercicio aconsejaron a unas 800 personas, lo que también supuso un crecimiento con respecto a años anteriores. “Les asesoramos desde que nos dicen hola hasta que vuelven a España. Estamos ahí si necesitan cambiarse de casa o para pedir la declaración de impuestos una vez han regresado”, cuentan, para seguidamente aclarar que sus servicios son gratuitos: “Los ingresos provienen de las comisiones que cobramos a las empresas locales con las que trabajamos”.

Experiencias y aventuras

Fran y Christian señalan que la inmensa mayoría de las personas que se decide a viajar a Australia tras contactar a través de la web en la que transformaron el blog son universitarios, gente que quiere cursar allí su último año de carrera, que quiere perfeccionar su inglés o que desea vivir su particular aventura. Siete de cada diez son chicas. Una proporción que explican sencillamente: “Tienen menos miedo a dar el paso y arriesgarse”.

“Cuando viene una pareja, con quien suelen hablar nuestros agentes es con ella”, añaden. Frente a otros puntos con más tradición de viajes educativos, como puede ser Reino Unido o EEUU, el país australiano “les ofrece la posibilidad de vivir experiencias y aventuras distintas”. “Nunca se van a aburrir”, auguran.

placeholder Los dos primos al frente del proyecto. (Cedida)
Los dos primos al frente del proyecto. (Cedida)

Brisbane y Gold Coast son los destinos preferidos y son muchos los españoles que aprovechan su estancia para buscar un trabajo con el que afrontar su manutención. “La visa de estudiante exige 20 horas lectivas a la semana”, por lo que el resto del tiempo pueden tener un empleo temporal. “Suelen ser trabajos no cualificados, como camareros o limpieza en hoteles, que compatibilizan con sus estudios, pero que no están mal remunerados”, apunta Fran Capitán, que añade que en Australia se abona, como mínimo, 22 dólares la hora trabajada.

“Lo único que pagan por adelantado es el curso, el visado y el seguro médico. Todos los demás gastos —alojamiento, electricidad, ocio...— los deben afrontar ellos”. Por lo que son muchos los que, junto al asesoramiento para encontrar un centro educativo acorde a sus necesidades, piden ayuda para encontrar una ocupación.

La norma australiana es muy estricta y por eso las personas que quieren asentarse en el país, aunque sea de forma temporal, buscan ayuda

El personal de la agencia, además, conoce la legislación local, que “es superestricta”, y facilita cualquier trámite para lograr la autorización de la estancia. Fran, por ejemplo, lleva una década en tierras australianas y ahora está “a punto de conseguir la residencia permanente”. Por eso, Christian Hernández incide en que el leitmotiv de Un salto a Australia es que las personas que decidan ir a este país, más allá que como turistas, no sientan la “soledad” y la sensación de abandono que tuvo su primo durante los primeros meses. Ser un acompañamiento ante cualquier contratiempo.

Los dos jóvenes nómadas digitales cuentan que en breve regresan con la ilusión de seguir haciendo crecer la empresa, aunque con una perspectiva “realista” y apostando por un “desarrollo sostenido en el tiempo”. “Quizá más lento, pero sólido”.

Corría 2013 cuando Fran Capitán se fue a Australia a estudiar. Su sueño era cursar Biología en un país con una impresionante fauna y flora. Los primeros momentos fueron duros. Los libros se le atragantaron y tocó buscarse la vida. “No sabía hablar bien inglés” y aceptó trabajos que nunca se había planteado. Fue jardinero y empleado en la construcción. Y casi siempre, por el sueldo mínimo.

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