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Los viejos rockeros del 28-M siguen en la carretera: "Si Biden puede, yo también"
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Dos del PP, uno del PSOE y otro de Compromís

Los viejos rockeros del 28-M siguen en la carretera: "Si Biden puede, yo también"

Francisco de la Torre, en Málaga, encabeza una lista de alcaldes con más de 70 años con opciones de victoria. Gabriel Amat, en Almería; Joan Ribó, en Valencia, y Abel Caballero, en Vigo, siguen su estela

Foto: Francisco de la Torre, probando unas gafas de realidad virtual en un evento en Málaga. (EFE/Carlos Díaz)
Francisco de la Torre, probando unas gafas de realidad virtual en un evento en Málaga. (EFE/Carlos Díaz)

"Si Biden puede gobernar EEUU con 80 años, yo puedo hacerlo en Roquetas de Mar con 78". La frase es de Gabriel Amat, alcalde de esta localidad almeriense desde 1995. El mismo año accedió al poder en Chercos, a una hora de Roquetas, José Antonio Torres, el más veterano de los alcaldes andaluces, que se presenta a la reelección con 97 años. Pero en Chercos viven 301 habitantes y Roquetas de Mar es la decimotercera ciudad de Andalucía, con 102.000 habitantes, después de casi triplicar su tamaño bajo los mandatos de Amat, que es uno de esos viejos rockeros del 28 de mayo que se presentan a la reelección con la vitola de la experiencia.

"Tengo la misma ilusión que en el 95", asegura el regidor almeriense, que también fue presidente de la Diputación provincial y uno de los popes del PP andaluz. No es casualidad que el próximo 25 de mayo, ya en los estertores de la campaña, vaya a protagonizar un mitin con dos de los referentes del partido. Y quienes lo conocen aseguran que está emocionado por semejante reunión en el extremo oriental de Andalucía. Junto a Amat, se subirán al estrado el expresidente del Gobierno, Mariano Rajoy, y el presidente de honor del PP andaluz, exministro y, en definitiva, el padre del centroderecha andaluz, Javier Arenas. Durante años, y esto no es baladí, el político sevillano se presentó a las elecciones por la circunscripción almeriense, incluso cuando estuvo a punto de llegar a la Junta, en 2012.

Foto: Gabriel Amat (primero por la derecha y delante de Javier Arenas), junto a Mariano Rajoy, Juanma Moreno y Rafael Hernando, en un acto electoral en 2016. (EFE)

Será la octava vez que Amat se enfrente a las urnas y ya son dos las legislaturas en las que ha tenido que pactar, primero con Ciudadanos y después con Vox. "Si la gente cree que no debo estar, pues no me votará", responde cuando se le pregunta qué le dicen sus nietos sobre su insistencia electoral. Su prioridad ahora es la apertura del hospital de referencia, dependiente de la Junta de Andalucía. "Yo soy andaluz como el primero, pero con el Gobierno socialista no sabía muy bien dónde estaba", asegura para después sacar pecho del apoyo que le brinda, asegura, el Ejecutivo andaluz de Juanma Moreno.

placeholder Gabriel Amat saluda a una vecina en una de las calles de Roquetas de Mar.
Gabriel Amat saluda a una vecina en una de las calles de Roquetas de Mar.

La campaña de Gabriel Amat es enérgica como la de cualquier alcalde. Visitas al mercadillo, desayunos con los colectivos sociales en jornadas maratonianas. "No se ha presentado por presentarse, él quiere seguir trabajando y acabar los proyectos que empezó", cuenta una colaboradora, que bromea sobre el estado al que llegarán ella al 28-M y vaticina que su estado será mucho peor que el de este veterano regidor que llegó a Roquetas de Mar con nueve años desde La Rábita, una pedanía de la localidad granadina de Albuñol. Se define como agricultor, pero su carrera es ya la de un político consagrado que no ha estado exento de escándalos. Ha estado imputado en varios casos de corrupción urbanística, de los que siempre ha salido ileso.

Las chocolatinas de De la Torre

Unos años después de Amat, en el siguiente mandato municipal, cogió el bastón de mando otro dirigente popular que le supera en dos años. Francisco de la Torre es solo un mes más joven que Joe Biden. Si hubiese que concretar al máximo una definición del veterano político, seguro que muchos recurrirían al clásico “animal político”. El incombustible alcalde de Málaga, a sus 80 años, encara sus sextos comicios como candidato con las expectativas demoscópicas de alcanzar los 27 años en el cargo y siendo un valor seguro para el PP que, hasta ahora, ha hecho de la ciudad un bastión inexpugnable para los socialistas.

El regidor afronta con “intensidad y pasión” la que previsiblemente será su última campaña electoral. Tras sufrir un derrame cerebral en abril de 2020 por el que fue operado, su familia le pidió que diese un paso al lado en su carrera política; por lo que inició un largo periodo de meditación que desató los nervios en el partido ante las dificultades de sustituir a un activo de su talla. De la Torre, finalmente, comunicó que volvería a optar a la reelección en septiembre del año pasado.

placeholder Francisco de la Torre, alcalde de Málaga, en un acto de campaña. (Partido Popular)
Francisco de la Torre, alcalde de Málaga, en un acto de campaña. (Partido Popular)

El alcalde confiesa que está "disfrutando" estos días de ajetreo porque les gusta estar en contacto con el malagueño. "Las campañas son útiles para transmitir tu mensaje al electorado, para renovar y actualizar tu compromiso con la ciudad, pero lo más importante es la gestión del día a día, el trabajo cotidiano y continuo", explica en declaraciones a El Confidencial, que asegura que acude a esta cita con las urnas "con la misma serenidad de siempre".

Francisco de la Torre señala que las maratonianas jornadas de campaña, que tiene que compaginar con los actos institucionales, "superan las 12 horas". "Debería sacar tiempo para nadar algún día, pero es difícil", lamenta, que cuenta un pequeño secreto para sobrellevar la apretada agenda de estos días: "Me doy algún premio al esfuerzo tomando chocolatinas". "Soy candidato, pero no dejo de ser alcalde", remarca.

Foto: El alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, en la celebración de la victoria de ayer en la sede del PP malagueño (EFE).

El regidor, que afrontó sus primeros comicios liderando la lista del PP en 2003, echa la vista atrás y, dos décadas después, observa que el principal cambio en las campañas electorales ha sido la irrupción de las redes sociales. "Todo es más rápido, más instantáneo", recalca, para apuntar que “la fotografía es más importante que nunca”

Sobre la clase política de antaño y la actual, "percibo que ahora hay más espacio para la mentira". "Demagogia ha habido siempre, pero ahora se ha intensificado la mentira. Hay quienes mienten reiteradamente con una ligereza y frivolidad enormes. ¡Y se quedan tan panchos!", comenta sorprendido el alcalde malagueño, que enfila los últimos días de mítines, reuniones y actos con la certeza de la victoria y altas probabilidades de recuperar la mayoría absoluta.

Ribó, el más tardío de todos

Joan Ribó cumplirá 76 años el próximo mes de septiembre. Al contrario que otros compañeros septuagenarios, y pese a su dilatada carrera política desde que comenzó como activista en movimientos cristianos de base obrera, le llegó tarde el acceso al poder institucional. "Me jubilé hace 12 años y medio de profesor. Unos amigos me dijeron que me presentara a las elecciones municipales y sacamos tres concejales. Luego ya me he liado", explica sobre su acceso al ayuntamiento en 2011.

Hay cosas que son repetitivas, que si no tienes la experiencia personal es muy difícil que las puedas percibir

Cuatro años después (2015) fue elegido alcalde en un pacto con el PSPV-PSOE y ahora aspira a revalidar el puesto por tercera vez. Es conocido por limitar mucho la agenda fuera del horario clásico laboral. Ribó no es un alcalde populista al uso. Más bien mantiene un perfil bajo, lo que a la vez le libra de la sobreexposición. La oposición le acusa de falta de implicación, pero él defiende el trabajo en equipo y aportar una visión desde la veteranía.

"La juventud es un elemento fundamental de ímpetu, pero la experiencia aporta que te permite con mucha frecuencia predecir cosas. Hay cosas que son repetitivas, que si no tienes la experiencia personal es muy difícil que las puedas percibir. Te permite analizar comportamientos y suavizar muchas cosas. Es muy importante siempre y en un gobierno de coalición es más importante todavía".

placeholder Joan Ribó, alcalde de Valencia, con el obispo Cañizares. (EFE)
Joan Ribó, alcalde de Valencia, con el obispo Cañizares. (EFE)

Su truco para hacer compatible la deseada vida familiar es ser exigente con los horarios. "Una de las cosas en que ni en broma me vais a pillar es que me vaya a comer fuera de mi casa. Como y ceno con mi familia. Tiene que venir el Rey o alguien a ese nivel para que yo cambie", afirma en declaraciones a El Confidencial.

Asiduo a la bicicleta, con la que acude a diario a su despacho del ayuntamiento, "salvo los viernes, que recojo a mis nietas", asegura que ya no puede jugar al frontón, "que me encantaba", pero que mantiene la forma física con caminatas y escapadas a la montaña.

¿La diferencia entre la política de hoy y la de sus años de juventud? La resume en el compromiso ideológico y la relación con los medios de comunicación. "La concepción ideológica de la política ha ido desapareciendo. En los últimos años, hay planteamientos superpopulistas con abundancia de noticias falsas que lo contaminan todo. También hay que destacar la aparición de las redes. El periódico no es que se haya convertido en un tigre de papel, como decía Mao, pero ya no es un elemento tan determinante. No sé si decir que la comunicación se ha democratizado, pero sí que se han ampliado las posibilidades y que no hay unos medios dominantes".

Caballero, el benjamín

El más joven de este cuarteto de viejos rockeros es el alcalde de Vigo, Abel Caballero. Ministro de Transportes con Felipe González, logró convencer al 69% de los votantes de la urbe gallega en 2019. Como ocurre con muchos candidatos socialistas, en esta campaña está centrando la campaña en lo local, huyendo de los debates nacionales y regionales. "Ya habrá elecciones generales para votar al partido, ahora hay que votar al candidato", dice en uno de los vídeos de campaña que han lanzado desde su equipo. "En la ciudad se vota a los candidatos", culmina el veterano dirigente socialista, todo un experto en generar una marca personal con su apuesta por la Navidad.

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¿Qué pasa en España para que un grupo de cuatro alcaldes septuagenarios tengan semejante éxito cuando la mayoría de políticos son bastante más jóvenes? "El nivel municipal es donde menos alternancia se da", apunta el politólogo Pablo Simón, que señala factores como la mayor visibilidad de los alcaldes o la importancia que se le da a la simpatía o la cercanía que despiertan los regidores. Esto provoca, por ejemplo, que sea habitual que los alcaldes repitan mandato. "Es importante el factor de estabilidad y la continuidad en la gestión", añade el profesor de Ciencias Políticas de la Universidad Carlos III de Madrid. "A la hora de la verdad, lo que se valora es que sea buen gestor, que transforme la ciudad. Para eso la experiencia es un grado, tiene sentido que haya continuidad", zanja el experto.

"Si Biden puede gobernar EEUU con 80 años, yo puedo hacerlo en Roquetas de Mar con 78". La frase es de Gabriel Amat, alcalde de esta localidad almeriense desde 1995. El mismo año accedió al poder en Chercos, a una hora de Roquetas, José Antonio Torres, el más veterano de los alcaldes andaluces, que se presenta a la reelección con 97 años. Pero en Chercos viven 301 habitantes y Roquetas de Mar es la decimotercera ciudad de Andalucía, con 102.000 habitantes, después de casi triplicar su tamaño bajo los mandatos de Amat, que es uno de esos viejos rockeros del 28 de mayo que se presentan a la reelección con la vitola de la experiencia.

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