La joya de la corona de la sanidad andaluza se queda sin quirófanos por falta de electricidad

El hospital militar de Sevilla se covirtió en el buque insignia de la sanidad andaluza bajo el primer Gobierno de Juanma Moreno. Fue uno de los empeños del presidente, que incluso dio su mensaje de fin de año de 2020 en una de las dependencias rehabilitadas para atender a los enfermos de covid después de años cerrado. Fue el símbolo elegido por el PP para distanciarse de la gestión socialista, que no fue capaz de poner en uso este mastodonte desde que se lo transfirió el Ministerio de Defensa, en 2004. Pero sus 17 quirófanos, que fueron inaugurados el pasado abril, nunca han llegado a funcionar por un problema en el suministro eléctrico.

"No van a estar en servicio hasta que los técnicos nos den el visto bueno", apuntan fuentes de la Consejería de Salud y Consumo, que explican que Endesa asegura que podrán funcionar "en breve", aunque la compañía eléctrica no da un plazo cerrado. El departamento que dirigie Catalina García recuerda que el sistema eléctrico "tiene que estar absolutamente garantizado" para que los cirujanos trabajen con la seguridad necesaria. "Sería incomprensible andar con prisas abriendo quirófanos sin blindarnos contra incidencias que puedan comportar riesgos", zanjan desde Salud.

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El Hospital Militar, que está inmerso en un proceso de cambio de nombre para su inclusión definitiva en el sistema público andaluz, abrió para atender a pacientes covid con siete de sus plantas operativas. Actualmente trabajan 619 profesionales, aunque desde Salud explican que el número puede variar si necesitan personal en el Hospital Virgen del Rocío, al que está adscrito el Militar. El resto del edificio, que estuvo cerrado durante 15 años bajo gestión del PSOE, está en obras y la previsión es que abra, como muy tarde, en enero de 2023. Entre otros servicios, contará con una unidad de salud mental para adolescentes.

Más derivaciones a la privada

El presupuesto de la Junta de 2023 contempla la derivación de 245.000 andaluces a hospitales concertados. Las primeras cuentas que aprobó el PP en los primeros compases de su coalición con Ciudadanos, la cifra era de 171.592 personas. Las mismas que tenía el último presupuesto con firma socialista. En estos tres años, se ha registrado un aumento del 42,7% en el número de derivaciones desde la sanidad pública a la privada en la Administración andaluza contempladas en las cuentas.

En 2020, la cifra se mantuvo estable, pero el pasado 2021 ya hubo un aumento del 14% (195.745 derivaciones), que se intensifica en el proyecto de cuentas vigentes, con el 25%. Más llamativo es el dato de las operaciones quirúrgicas que se harán en centros concertados. Se ha duplicado con creces al pasar de 60.252 en 2019 a las 127.782 previstas en las cuentas del año próximo, un 112% más. Y todavía más abultados son los números de los estudios diagnósticos, que casi se han triplicado al pasar de 171.598 en las cuentas de 2019 a 481.001 en la previsión de 2023.

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C. H.

Las cifras del aumento de derivaciones han tenido su traslado al gasto dedicado a los convenios, aunque el crecimiento ha sido mucho menor. Las cuentas de 2023 contemplan un gasto de 558 millones de euros en este concepto frente a los 439 que hubo en 2019. Es una subida del 27%, menor a la experimentada por los presupuestos del Servicio Andaluz de Salud (SAS) en el mismo periodo, que ha sido del 38%.

En la última legislatura del PSOE en Andalucía (2015-2018), el gasto en conciertos sanitarios varió desde los 355 millones de 2015 a los 418 de 2017, aunque volvió a bajar en 2018 hasta los 410 millones. Además, en 2016 se atendió a 264.932 pacientes en hospitales concertados, una cifra que el PP todavía no ha alcanzado. Es reseñable que hay un porcentaje de estos pacientes y de este gasto que es estructural, ya que hay zonas de la provincia de Cádiz donde el SAS no tiene infraestructuras hospitalarias y mantiene conciertos casi históricos con determinadas empresas.

La Junta niega las cifras

Estos datos pueden consultarse en los Presupuestos de la Junta que figuran en la web de la Consejería de Economía, Hacienda y Fondos Europeos, como ha denunciado la portavoz de Por Andalucía, Inma Nieto, que lo considera un "puro y duro trasvase de pacientes a la sanidad privada". Según la dirigente izquierdista, el objetivo es "debilitar" al SAS y "engrosar" las cuentas de las empresas sanitarias.

La Consejería de Salud y Consumo que dirige Lina García ha rechazado las acusaciones de Nieto y asegura que las derivaciones reales de 2022 y las que se realizarán en 2023 todavía no se conocen. Además, rechazan que haya aumentado el gasto en convenio, aunque aluden a cifras relativas respecto al total de las cuentas autonómicas. En 2021 el porcentaje fue de 3,84%, mientras que hace una década, recuerdan en la Junta, fue 4,69%. Con esta cifra, Salud defiende que el gasto en conciertos sanitarios ha caído un 11% en una década.

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Para ilustrar esta afirmación, la coalición de izquierdas alude a la previsión de listas de espera que incluye el Presupuesto de 2023, que es igual que la que recogen las cuentas vigentes, aprobadas en 2021 y prorrogadas tras la caída del proyecto del año en curso. Tanto en las pruebas diagnósticas como en las consultas hospitalarias, la previsión es la misma, 30 y 60 días de espera promedio, respectivamente. Con estos datos, Por Andalucía critica que la espera no se reduzca a pesar del aumento del gasto y de las derivaciones. Y con el sistema sanitario aumentando de forma constante el número de centros públicos con los que cuenta.

Pero más allá de la previsión de las cuentas hay que mirar a los datos actualizados de las listas de espera. En diciembre de 2019, había 163.672 andaluces aguardando para una operación. En junio de 2022, la cita más reciente disponible, eran 150.034 los pacientes, pero hay que destacar que la demora media ha pasado de 169 días a 118 y con una pandemia de por medio. En las pruebas diagnósticas no ha ocurrido lo mismo, ya que en junio de 2019 había 727.294 pacientes esperando y ahora son 906.618.

El plan de choque para acabar con las listas de espera quirúrgicas aprobado por la Junta en 2022 cedía 15 millones a la sanidad concertada

Hay que recordar que poco después de la llegada a San Telmo del Gobierno de PP y Ciudadanos, el Ejecutivo denunció la existencia de medio millón de pacientes que la última administración socialista no había tenido en cuenta en sus listas de espera. Para solucionarlo, el entonces consejero de Salud, Jesús Aguirre, explicó que pondría en marcha un plan de choque que contaba con derivaciones a la sanidad privada para llevarse a cabo. Concretamente, 15 de los 25 millones destinados a aquel plan eran para centros concertados.

El problema de los MIR

En un contexto de falta de médicos, Por Andalucía ha denunciado que este incremento de derivaciones a la sanidad concertada es "un riesgo" para la formación de los médicos internos residentes (MIR) que realizan su residencia en los hospitales públicos de la comunidad.

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Según Nieto, el equipo docente del Hospital Regional de Málaga ha alertado de este problema que "impide que aún contando con medios técnicos y humanos se ejecutan intervenciones imprescindibles para acreditar las capacidades" de estos médicos. "La consejería sigue reclamando más plazas MIR no sé sabe muy bien para qué", denuncia la dirigente de IU.