Sanidad pública andaluza: listas de espera secretas, fuga a la privada y caos en urgencias
Andalucía, en la cola en gasto sanitario por habitante, destina el 40% de sus recursos presupuestarios a la Consejería de Salud, “la joya de la corona”, según Susana Díaz
No es un verano más. Los problemas de la sanidad pública andaluza continúan ahí, sin solución, y se han agravado estos meses. Listas de espera secretas, fuga de profesionales y pacientes a la privada y, sobre todo, masificación en los servicios de urgencias. La Junta de Andalucía cree que el modelo sanitario es un ejemplo de lo bien que funcionan las cosas en la comunidad autónoma y que se ha montado “una campaña de desprestigio” contra la sanidad, “la joya de la corona” de Andalucía, según la presidenta del Gobierno andaluz, Susana Díaz.
Andalucía está en la cola de gasto sanitario por habitante (1.000 euros por habitante/año, frente a los 1.500 euros del País Vasco). Eso sí, destina el 40% de sus recursos presupuestarios: 8.807 millones de euros en 2016, 404,3 millones de euros más que en 2015. Son 1.400 millones de euros menos que en 2010. “El empeño político es mantener el discurso de la calidad, pero a costa de menos inversiones. Por algún lado se tiene que romper la cuerda; en primer lugar, por la gestión de los recursos humanos”, relata a El Confidencial Federico Soriguer, exjefe de Endocrinología y Nutrición del Hospital Carlos Haya de Málaga.
La comunidad andaluza ha realizado desde hace ya 20 años un gran esfuerzo en la investigación biomédica, con especial atención en las células madre, “uno de los productos estrellas de la propaganda institucional”, apunta Soriguer, para quien “en un sistema como el andaluz hubiera sido más rentable que la inversión se hubiera destinado en la investigación clínica o preventiva”. Y lo explica: “Es posible que la medicina regenerativa sea el futuro, pero el presente se ha perdido. En marcadores claves de salud pública como obesidad, mortalidad, enfermedades cardiovasculares, hipertensión o diabetes estamos peor que otras comunidades autónomas”. Díaz consigue golpes de efecto que intentan paliar estos datos y que se hable de la sanidad andaluza en términos de vanguardia. Así, la Fundación Amancio Ortega ha destinado 40 millones de euros en la compra de 25 equipos de radioterapia para el diagnóstico y tratamiento del cáncer.
Los datos del CIS andaluz, el EGOPA (Estudio General de Opinión Pública) que elabora la Universidad de Granada, revelan que la Sanidad ya no forma parte de las principales preocupaciones de los andaluces. En la década de los noventa era el segundo tema en importancia. Ahora es el sexto: tras el desempleo, la corrupción, la enseñanza, la política y la marcha de la economía.
Los meses de julio y agosto siempre son especialmente complicados para el sistema sanitario español. El andaluz no es ninguna excepción. Coinciden las vacaciones del personal y el periodo de tiempo en el que la comunidad andaluza recibe la mayor cantidad de visitantes de todo el año. El PP denuncia que en los hospitales andaluces se han cerrado este verano 2.500 camas, el 20% de las plazas disponibles en los centros sanitarios públicos. En un enconado debate en el Parlamento de Andalucía celebrado el pasado mes de julio, el presidente de los ‘populares’ andaluces, Juanma Moreno, resaltó cómo el actual sistema sanitario andaluz “machaca al profesional”. Y para justificar esta frase recordó la sobrecarga de trabajo y la precariedad en las contrataciones. IU llegó a pedir la dimisión del consejero de Salud, Aquilino Alonso. La presidenta Díaz no lo ve así: dice que su plan para la Sanidad andaluza ha logrado un aumento del 17,2% del personal.
Dimisión en Urgencias
La historia del Hospital Carlos Haya, ahora oficialmente denominado Hospital Regional Universitario de Málaga, bien se podría resumir en cómo transformar un hospital emblema de la comunidad autónoma en un caos. En julio dimitió el jefe de Urgencias. Y en junio más de 100 profesionales pidieron la renuncia del jefe de la UCI. Hay voces críticas que piden la renuncia del director médico, Miguel Ángel Prieto, “convertido en una especie de gerente en vez de defender a los profesionales”, según Soriguer. Y, además, se trata de un edificio antiguo, con sucesivas ampliaciones y remodelaciones que en realidad se han convertido en parcheos. “Hace falta un nuevo Carlos Haya. Está muy viejo y es ineficiente; otra cosa es que económicamente sea un buen momento”, subraya Miguel Ángel Arráez, jefe de Neurocirugía de este hospital, uno de los cuatro centros sanitarios de referencia en Andalucía junto con el Virgen del Rocío (Sevilla), Reina Sofía (Córdoba) y Virgen de las Nieves (Granada).
Soriguer cree que Málaga, la segunda ciudad de la comunidad y donde más ha crecido la población sanitaria en la última década, debería contar con un hospital “de mucho prestigio”. El macrohospital del que se hablaba hace una década. “Pudo haberlo tenido y no solo no lo tiene, sino que cada vez va a peor. Ahora suena como imposible, con la crisis, sin dinero, con un futuro incierto… La fusión entre las gerencias del Carlos Haya y el Clínico ha sido una parodia. La mitad de los servicios están fusionados y otros no. Hay un gravísimo problema de identidad. Si contáramos con ese gran hospital que demandamos tendríamos muchas posibilidades para ser la sede de la Agencia Europea del Medicamento, pero Málaga ya no suena como referencia médica como antes. Quedan magníficos profesionales y servicios de prestigio, pero la marca de referencia se ha perdido”.
Una operación pionera en Europa
Arráez lidera uno de esos equipos a los que se refiere Soriguer. El pasado mes de febrero recibió la Medalla de Andalucía concedida al equipo de neurocirugía que capitanea. En octubre de 2015 dirigió una intervención quirúrgica en la que se le extirpó un tumor cerebral a un músico mientras tocaba el saxofón. Fue un caso pionero en Europa. “La situación de la sanidad andaluza es agridulce. Gozamos de buena salud, porque el que tuvo, retuvo; pero es evidente que atravesamos una fase de cierta dificultad económica. Hay que lanzar un mensaje positivo de que seguimos gozando de una sanidad pública bastante envidiada en el mundo. Conviene salir al paso de planteamientos derrotistas. Nuestro sistema sanitario es uno de los grandísimos activos del Estado de bienestar”. En su criterio, la masificación de las urgencias es uno de los “padecimientos críticos que se sufre con especial crudeza en Málaga, donde existe una asimetría de recursos presupuestarios en comparación con el resto de las provincias andaluzas”, subraya este prestigioso médico.
Las listas de espera son uno de los problemas más graves del sistema sanitario. Jesús Cabrera, responsable del Área de Negociación Colectiva de la FSS (Federación de Sanidad y Sectores Sociosanitarios) de Comisiones Obreras Andalucía, cree que las cifras de este verano serán “malas” porque la Junta de Andalucía aún no las ha divulgado. “Si no las han dado será por malas y seguro que han empeorado mucho”, subraya. El PP andaluz cree que el Gobierno andaluz maquilla las cifras. La Fiscalía ya está investigando un informe del Complejo Hospitalario de Huelva admite que los tiempos máximos de espera entre 120 y 140 días “no se están cumpliendo en ninguna especialidad”.
El Servicio Andaluz de Salud (SAS) defiende la “transparencia” en los datos. "El SAS está cerrando en estos momentos la publicación en su página web de las últimas cifras disponibles, a 30 de junio del presente año, con lo que ofrecerá información pública de la situación actual, con los datos más recientes de la lista de espera en Andalucía”, subraya la Junta, que resalta: “Desde 2002 la comunidad andaluza garantiza un tiempo máximo de 180 días para más de 700 procedimientos quirúrgicos; y desde 2006 garantiza un máximo de 120 días para las 71 operaciones más frecuentes”.
"No solo en Andalucía, sino en toda España, no son fiables los datos de las listas de espera: los datos están politizados"
Arráez cree que ha llegado el momento en discernir una hernia de disco de un tumor de páncreas o una artrosis de rodilla con un tumor cerebral. “Hay que ver cada caso concreto y diferenciar las tipologías. Los sanitarios han llegado al límite de la eficiencia; no se puede estrujar más el limón”. El sector admite que acabar de raíz con la listas de espera es “técnicamente imposible”. En la sanidad privada, vía aseguradoras, una suerte de Seguridad Social 2.0., también existen las listas de espera y hay que esperar el turno y hacer cola, aunque moderado, en el servicio de urgencias.
Según el médico Federico Soriguer, “una razonable lista de espera puede ser hasta un síntoma de la bondad del sistema. Hay que recordar que en un sistema público no está reservado el derecho de admisión; todo el mundo tiene derecho a ser atendido. Lo que ocurre es que no solo en Andalucía, sino en toda España, no son fiables los datos de las listas de espera: los datos están politizados. Y en parte se podría disminuir este problema si se hace una inversión razonable en atención primaria”.
“Con un presupuesto como el que tenemos, que ronda los 600.000 millones de pesetas anuales, siempre y cuando esté bien gestionado y controlado, tenemos potencial económico suficiente como para acabar con las listas de espera en Andalucía, y junto con la petición de créditos y ayudas eliminar la deuda del Servicio Andaluz de Salud”, declaraba en febrero de 1994 el entonces portavoz de Sanidad del PP en el Parlamento de Andalucía, José Manuel Gómez Angulo, que abandonó la política en 2000 para seguir ejerciendo su profesión de cirujano cardiovascular.
Federico Soriguer tenía 67 años en 2013 y la norma decía que le había llegado la hora de la jubilación como jefe de Endocrinología y Nutrición del Carlos Haya malagueño. No quería. Se sentía útil y con capacidad profesional para continuar. Recurrió y ganó en primera instancia. Podía volver, de modo inmediato, a su puesto de trabajo. La Junta de Andalucía acató la sentencia, pero le degradó en el escalafón y en vez de jefe de servicio quería que fuera un médico raso. Soriguer se negó y aún espera el recurso. “Ya no volvería; tengo 70 años. Yo quería seguir porque podría representar un modelo determinado para reivindicar la dedicación exclusiva que tenía”, subraya este prestigioso profesional sanitario que acaba de publicar junto al periodista Francisco García un libro sobre la historia del Hospital Carlos Haya y sus pabellones.
El anuncio ‘bluf’ de Chaves del año 2000
La falta de camas es un problema endémico. Chaves anunció hace 16 años que en Andalucía solo habría una cama por habitación en los hospitales públicos. Aquello fue un ‘bluf’. La fotografía ha cambiado tanto que continúan los tres pacientes por habitación y en centros como el Virgen del Rocío se están ofreciendo a pacientes irse a su casa hasta que haya camas disponibles, como ha denunciado el Sindicato de Enfermería (Satse) de Sevilla. Y en la planta de Hematología del Hospital Virgen Macarena, donde están ingresados pacientes inmunodeprimidos también hay enfermos de otras especialidades “como infecciosos, lo que es inaceptable por el potencial riesgo que ello supone para los pacientes de hematología”.
El trasvase de excelentes profesionales y gestores de la sanidad pública andaluza a la privada lo han provocado continuas reducciones de sueldo. También que las nuevas generaciones que cursan el MIR, una de las mejores formaciones de toda Europa, no encuentran plazas y se ven abocados a compatibilizar su trabajo entre los dos sistemas, alentado desde la propia Administración. En un debate sobre la sanidad publicado en El Confidencial, Jesús Burgos, director del Complejo Hospitalario Integral Privado (CHIP) y José Antonio Trujillo, médico de familia y exgestor sanitario, diagnosticaron “el rol secundario de reparto de la sanidad pública y la necesidad de cambiar el modelo para incentivar el copago voluntario”.
"Vamos a tener una plantilla de médicos envejecidos. Dentro de poco no tendremos banquillo, lo lamentaremos décadas"
Ya en noviembre de 2012, el presidente del Colegio de Médicos de Málaga, Juan José Sánchez Luque, insistía en la fuga de cerebros de médicos jóvenes que encuentran trabajo fuera de España. "Vamos a tener una plantilla de médicos envejecidos. Dentro de poco no tendremos banquillo, lo lamentaremos décadas", precisaba Luque en declaraciones a El Confidencial. En Andalucía, la comunidad con el segundo nivel más bajo de renta, ha aumentado el gasto sanitario privado. Málaga concentra el 40% de la oferta sanitaria privada en Andalucía.
Sin asistencia a los británicos
Con todo, el sistema público sigue siendo muy demandado en los jubilados extranjeros como los 80.000 británicos que residen en Andalucía. En Reino Unido tienen que sufragar sus medicinas. Aquí los pensionistas pagan sólo una parte. Susana Díaz ya advirtió que tras el Brexit la sanidad andaluza dejará de ser gratis para los residentes británicos. Entre las 120.730 asistencias a pacientes extranjeros desplazados temporalmente a la Comunidad andaluza en 2015, el 48% procedía del Reino Unido.
La Consejería de Sanidad recibió 22,6 millones de euros para cubrir la asistencia a extranjeros desplazados de forma temporal. Como se paga por procedimiento médico y no por persona, es difícil tener un coste exacto, pero aproximadamente la mitad de esta partida, más de 10 millones de euros, se fue al colectivo británico. La Junta asistió a unos 60.000 extranjeros del Reino Unido el pasado año.
La sanidad andaluza se mantiene en esa contradicción. Entre unos hospitales anticuados, sobrepasados y al mismo tiempo con grandes medios para investigar. Solo hay que recordar que fichó en 2002 a Bernat Soria (luego ministro de Sanidad con Zapatero) para investigar las células madre. Dos años después recibió la Medalla de Andalucía. En 2005, como recordó aquí, en este diario, Javier Caraballo en 2014, "creó para su mayor gloria" el Centro Andaluz de Biología y Medicina Regenerativa "también con gran despligue de incienso: 'Damos otro gran salto sin precedentes en España' dijo Chaves". Y Griñán y Díaz han seguido la misma línea de esa "joya de la corona", aún rica, pero quizá cada vez con menos brillo.
No es un verano más. Los problemas de la sanidad pública andaluza continúan ahí, sin solución, y se han agravado estos meses. Listas de espera secretas, fuga de profesionales y pacientes a la privada y, sobre todo, masificación en los servicios de urgencias. La Junta de Andalucía cree que el modelo sanitario es un ejemplo de lo bien que funcionan las cosas en la comunidad autónoma y que se ha montado “una campaña de desprestigio” contra la sanidad, “la joya de la corona” de Andalucía, según la presidenta del Gobierno andaluz, Susana Díaz.
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