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El negocio del GNL: ¿por qué esperan decenas de barcos metaneros frente a la costa de Cádiz?
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Volatilidad de los precios

El negocio del GNL: ¿por qué esperan decenas de barcos metaneros frente a la costa de Cádiz?

Los metaneros pasan días fondeados a pocos kilómetros del litoral andaluz, una parada obligatoria para algunos, pero de especulación para otros

Foto: Buques fondeados frente al litoral del Campo de Gibraltar. (Ecologistas en Acción)
Buques fondeados frente al litoral del Campo de Gibraltar. (Ecologistas en Acción)
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Cinco barcos con gas natural licuado suman varias jornadas fondeados a unos 25 kilómetros de Rota y a 30 de Cádiz. Son los conocidos como metaneros y están dedicados al transporte del combustible más preciado del momento, pero llevan días sin registrar movimientos. Muy cerca, otro gasero se adentra lentamente en el Estrecho de Gibraltar, donde encontrará varios buques más acumulados.

Es la dinámica desde hace unas semanas frente a las costas andaluzas, especialmente frente al litoral gaditano, y supone toda una novedad: hasta hace poco era realmente difícil encontrar a un barco gasero anclado durante tanto tiempo en la zona.

Foto: Vista del Parque Natural de la Breña, en Cádiz, en cuyas inmediaciones está prevista la construcción del resort. (Junta de Andalucía)

La agencia Reuters detectó la semana pasada hasta 35 metaneros a la deriva frente al litoral español, muchos de ellos en el entorno del Estrecho, la Bahía gaditana o el golfo de Cádiz. Transportan gas natural licuado desde Estados Unidos, Argelia, Nigeria, Qatar o Rusia y, según esta información, podrían estar fondeados durante semanas. Pero ¿qué esperan? ¿Por qué están paralizados en el momento en que más necesarios son?

Hay varias causas para explicar el fenómeno, aunque la más repetida es de una de lógica aplastante: no tienen dónde descargar. "Fundamentalmente, esperan porque no hay espacio para almacenar gas", explica Gonzalo Escribano, director del programa de Energía del Instituto Elcano. Sin el gas ruso que llegaba a través de los tubos del Nord Stream, los países europeos han cumplido con el compromiso de llenar sus reservas de gas a través del mar para la llegada del invierno. El problema es que, a efectos prácticos, "el invierno aún no ha llegado".

Foto: Sede central de Enagás en Madrid. (enagas.es)

Según los datos facilitados por Enagás, gestor único del sistema gasista español, las plantas de almacenamiento nacionales alcanzan el 96% de su capacidad. Además, las plantas de regasificación, donde se almacena el gas natural para convertirlo y distribuirlo en función de la demanda, están al 80%, lo que ha provocado retrasos en el calendario de entregas y, a efectos prácticos, una cola de buques pendientes de descargar. La situación es similar en Reino Unido, el segundo país del entorno con mayor capacidad —el primero es España—, y en el resto de la Unión Europea. "No hay espacio para aparcar los metaneros en las terminales de regasificación ni tampoco para almacenar el gas", apunta Escribano.

Sin embargo, con los almacenes llenos y un ritmo de consumo energético que impide liberar el espacio, el precio del gas ha alcanzado los niveles más bajos del último año. La caída, de más del 60% en apenas dos meses, ha sido tan acuciada como el incremento en verano, lo que dibuja un escenario de gran volatilidad y da pie a otra versión para explicar este atasco en el mar. "Ahora mismo el Estrecho de Gibraltar, el golfo de Cádiz y el mar de Alborán son una oportunidad para ganar dinero: en los últimos meses se han convertido en auténticos centros especulativos", adelanta Antonio Muñoz, presidente de Ecologistas en Acción en el Campo de Gibraltar, desde donde ha seguido la evolución de estos barcos en las últimas semanas.

¿Especulación?

Expertos consultados aseguran que algunos buques podrían aguardar un mejor momento para vender ante el previsible aumento de precios en las próximas semanas. Según esta hipótesis, el frío llegará, el consumo aumentará y el negocio volverá a ser mucho más rentable. La especulación energética se estaría produciendo a pocos kilómetros del litoral gaditano.

"Puede haber algún caso", reconoce Escribano, aunque "no es tan fácil arbitrar con gas". "Hay unas entregas fijadas y mantener un metanero parado durante días o semanas es carísimo". Entre el alquiler de los buques y el mantenimiento, el gasto diario puede alcanzar cientos de miles de euros. "A veces puede que sí compense esperar porque los precios están muy bajos, pero generalmente lo preferible es descargar al precio que sea e irse a por otro cargamento para cuando esté más caro", añade.

El Estrecho, un punto clave

En cualquier caso, la crisis energética en primer lugar y la sobrecarga de los almacenes de gas en segundo han confirmado al estrecho de Gibraltar y al golfo de Cádiz como un auténtico punto estratégico para la descarga de cargamentos. España es el país europeo con mayor capacidad de almacenamiento de gas natural licuado, casi la mitad (44%) de toda la Unión Europea, y una parte importante de los metaneros tiene las plantas españolas como destino final.

Sin embargo, no todos los barcos situados frente al litoral andaluz acabarán descargando en las siete plantas nacionales, que apenas atienden a una media de siete u ocho barcos por semana. Según una fuente del sector, "sería materialmente imposible que todos esos barcos fondeados estuviesen esperando para descargar en España". Podrían esperar para desplazarse a Reino Unido, a otros países europeos, e incluso a Asia a través del Canal de Suez.

Foto: El tranvía de la Bahía de Cádiz, a su paso por las salinas de Chiclana. (Junta de Andalucía)

Ante la sobrecarga generalizada en las plantas de regasificación, el estrecho de Gibraltar es un lugar ideal para la espera. Y no solo por ser el punto de encuentro del mar Mediterráneo y el océano Atlántico, lo que le otorga una posición geográfica privilegiada. "Los gaseros se quedan en esta zona porque no tienen problemas de avituallamiento y encuentran combustible en la principal gasolinera entre el Mediterráneo y el Atlántico", apunta Muñoz.

Gibraltar y su entorno registran la circulación de 110.000 buques mercantes cada año, siendo uno de los pasos más congestionados y de mayor importancia en el mundo. Los metaneros encuentran frente al litoral andaluz un lugar en el que repostar y esperar su turno en alguna regasificadora cercana o la orden de la comercializadora, que puede hacerle cambiar de rumbo cuando surja una oportunidad.

Amenaza medioambiental

Durante años, el tráfico de buques ha provocado numerosas fugas que contaminan las aguas del entorno. En agosto, el choque con un metanero provocó el vertido de fueloil del OS35, lo que abrió un nuevo conflicto entre Gibraltar y España. Ahora, con la acumulación de gaseros a la espera, la zona afronta una nueva amenaza medioambiental, según resaltan desde Ecologistas en Acción.

"Las esperas pueden provocar un accidente con un submarino nuclear", apunta Muñoz, quien ha advertido en los últimos días de la llegada de dos navíos militares de los estadounidenses y los británicos a la zona: el USS Pasadena a la Base de Rota y el USS Rhode Island a la de Gibraltar. Estas "bombas flotantes" —en palabras del ecologista—, que de por sí suponen "un riesgo para la población del entorno", "suelen desplazarse por debajo de un buque petrolero o gasero para no dejar rastro de las zonas por donde navegan". "Con la cantidad de gaseros que hay fondeados el peligro es real", insiste Muñoz.

Acabar con el bloqueo

En cualquier caso, la acumulación de barcos con gas natural licuado frente a las costas andaluzas parece responder a una circunstancia puntual. Todo dependerá, según Escribano, de la evolución del mercado energético, determinada por varios "elementos contingentes". En primer lugar, el clima: lo que tarde en llegar el frío y la consecuente evolución de la demanda de gas, que de momento es baja a nivel residencial e industrial, después de que "muchas empresas estén cerrando por los elevados precios". "Es difícil prever cómo evolucionará, porque si llegaran dos Filomenas se llevarían por delante todas las reservas de gas y en enero no quedará ni un metanero libre".

Foto: La isla que conforma San Fernando, en una imagen aérea. (Turismo Cádiz)

"Otro punto clave será que consigamos aumentar las conexiones de gas" entre España y el resto de Europa para "acabar con ese bloqueo". "Si todo el gas descargado en barco pudiera transportarse desde España a Europa con mejores interconexiones gasísticas evitaríamos el atasco: estos cuellos de botella provocan que cuando hay mucha demanda no podamos satisfacerla y cuando la oferta es baja tampoco podamos evacuarla a otros mercados".

"Se están dando pasos" para "evitar esa volatilidad de precios", aunque muy lentamente. Y en ese proceso, según apunta el experto del Instituto Elcano, "el sur será muy relevante". "Aquí vienen los tubos desde Argelia y hay conexiones con Marruecos y numerosas plantas de regasificación cerca. Andalucía cuenta con una importancia estratégica en gas y en otras conexiones eléctricas para el futuro como el hidrógeno, y puede jugar un papel destacado a la hora de poner ese potencial en servicio de la seguridad energética de la Unión Europea", concluye.

Cinco barcos con gas natural licuado suman varias jornadas fondeados a unos 25 kilómetros de Rota y a 30 de Cádiz. Son los conocidos como metaneros y están dedicados al transporte del combustible más preciado del momento, pero llevan días sin registrar movimientos. Muy cerca, otro gasero se adentra lentamente en el Estrecho de Gibraltar, donde encontrará varios buques más acumulados.

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