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La caída de Fausta: la matriarca sevillana del 'karkubi' con un ejército de menores en patinete
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LIDERABA LA RED JUNTO A SUS HIJOS

La caída de Fausta: la matriarca sevillana del 'karkubi' con un ejército de menores en patinete

La Guardia Civil detiene por primera vez a la presunta cabecilla de un clan que controlaba el tráfico de drogas en distintos municipios de la comarca del Aljarafe y exportaba clonazepam a Marruecos para que allí fabricasen la adictiva nueva sustancia

Foto: Blíster de clonazepam con que se 'cocinaba' la droga ‘karkubi’. (Guardia Civil)
Blíster de clonazepam con que se 'cocinaba' la droga ‘karkubi’. (Guardia Civil)

Cuando los agentes irrumpieron en esa vivienda de la localidad sevillana de Pilas, se toparon con realidades distintas en sus dos plantas. La primera, bastante descuidada y sucia, incluso se diría que 'cochambrosa'; la segunda, todo lo opuesto, muy cuidada y asesada. En el primer piso solían estar los hijos de Fausta y sus machacas, mientras que el nivel superior se reservaba a la matriarca del clan. Una sexagenaria que hasta entonces había podido sortear todos los casos abiertos en torno a su familia y a la que los investigadores consideraban la verdadera lideresa de la organización. Supuestamente capaz de construir un entramado de tráfico de drogas que se extendía por la comarca del Aljarafe y que distribuía la peligrosa ‘karkubi’ —una mezcla de hachís con clonazepam tremendamente adictiva—. Para ello, disponía de un ejército de menores en patinete.

Fausta ha sumado su primer antecedente y actualmente se encuentra en prisión después de que dos centenares de agentes de la Guardia Civil culminaran ocho meses de investigación con un operativo que permitió detener a 26 personas y desmantelar los principales puntos de venta de drogas del clan. Según informó el citado cuerpo, se realizaron un total de 17 registros en los municipios sevillanos de Pilas, Aznalcóllar y Aznalcázar, así como en Alicante, donde operaba la parte de la red que suministraba el clonazepam. Este es un medicamento prescrito principalmente a toxicómanos que en Marruecos se ‘cocina’ con hachís para obtener el denominado ‘karkubi’, “una nueva droga que genera un grave riesgo para la salud al afectar al sistema nervioso central del consumidor, lo que provoca alucinaciones y alteraciones en la conducta”.

Foto: EC.

Las fuentes cercanas al caso explicaron que la organización de Fausta presuntamente exportaba este fármaco al otro lado del Estrecho y después importaba ‘karkubi’ para supuestamente distribuirlo desde sus puntos de venta. El beneficio era doble, ya que las cajas de clonazepam que en España se pueden adquirir por unos 120 euros, en suelo marroquí se disparan hasta los 250, apuntaron, para añadir que el nuevo estupefaciente se vendía en Sevilla a un precio elevado.

La organización, según han revelado las pesquisas de los agentes, reclutaba a menores que hacían de ‘aguadores’ —avisaban de la presencia policial— y que usaban patinetes eléctricos para burlar los posibles controles mientras transportaban dosis de múltiples sustancias. Porque una de las características de estos presuntos traficantes es que ofrecían una amplia gama de estupefacientes. Además de 430 pastillas de clonacepam, en los distintos registros se hallaron más de 200 gramos de cocaína, heroína, cogollos de marihuana, hachís, tabaco picado y 6.700 cajetillas. Funcionaban como un 'supermercado de drogas'.

En la casa principal del clan, se halló un 'bastón de patriarca' que en realidad era una pistola que disparaba proyectiles de nueve milímetros

Los agentes también localizaron básculas de precisión, 20.000 euros en efectivo, vehículos y patinetes, así como armas. Destacaba entre todas una hallada en la casa de Pilas de Fausta. Un 'bastón de patriarca' que en realidad era una pistola que disparaba proyectiles de nueve milímetros. Una pieza que los agentes nunca habían visto y que llamó la atención por la cuantía del calibre que empleaba.

El citado cuerpo precisó que las pesquisas se iniciaron el pasado mes de febrero, cuando guardias civiles del Grupo ROCA, de Sanlúcar la Mayor, detectaron en Pilas una serie de delitos contra las personas y el patrimonio. Las sospechas se acrecentaron después de que se estableciesen distintos controles y algunas de las personas a las que se les dio el alto emprendiesen la fuga. Especialmente graves fueron los hechos que se produjeron en uno de los dispositivos, en que el conductor de un vehículo intentó atropellar a uno de los guardias civiles. Aunque en primera instancia huyó del lugar, finalmente fue detenido.

Los investigadores averiguaron que la organización tenía también una rama ubicada en Alicante, provincia en la que los narcotraficantes adquirían el clonazepam necesario para la confección de ‘karkubi’.

Las citadas fuentes señalaron que 14 de los 26 arrestados en la operación pasaron a disposición judicial, y que para 10 se decretó el ingreso en prisión. Entre ellos, Fausta y el resto de cabecillas, entre los que presuntamente estaban algunos de sus hijos, que acumulan un amplio historial delictivo, precisaron las fuentes consultadas. Uno de estos 10 sorteó la celda tras abonar una fianza de 10.000 euros, mientras que otro fue encarcelado por otro asunto que arrastraba.

En el operativo, tutelado por el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 2 de Sanlúcar la Mayor, participaron 200 agentes de las comandancias de Sevilla y Alicante, Grupo de Acción Rápida (GAR) y Grupo de Reserva y Seguridad (GRS) número 2.

Cuando los agentes irrumpieron en esa vivienda de la localidad sevillana de Pilas, se toparon con realidades distintas en sus dos plantas. La primera, bastante descuidada y sucia, incluso se diría que 'cochambrosa'; la segunda, todo lo opuesto, muy cuidada y asesada. En el primer piso solían estar los hijos de Fausta y sus machacas, mientras que el nivel superior se reservaba a la matriarca del clan. Una sexagenaria que hasta entonces había podido sortear todos los casos abiertos en torno a su familia y a la que los investigadores consideraban la verdadera lideresa de la organización. Supuestamente capaz de construir un entramado de tráfico de drogas que se extendía por la comarca del Aljarafe y que distribuía la peligrosa ‘karkubi’ —una mezcla de hachís con clonazepam tremendamente adictiva—. Para ello, disponía de un ejército de menores en patinete.

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