Así justifica Moreno la rebaja fiscal para que Andalucía compita con Madrid por rentas altas

Andalucía ha suspendido este miércoles el impuesto al patrimonio. La decisión de Juanma Moreno fue una sorpresa. No había hablado de ello en campaña y no lo hizo hasta su anuncio en el corazón político de la capital. Provocó una onda expansiva que se oyó en los cenáculos madrileños, pero también en Barcelona y en Neguri. La guerra fiscal está servida, por más que el Gobierno andaluz intente ahora templar gaitas para evitar que se note que su intención es competir con el Madrid de Isabel Díaz Ayuso, el único territorio donde, hasta ahora, no era necesario pagar por tener un patrimonio superior a los 700.000 euros.

En San Telmo, quieren que su apuesta por bajar tributos pase de una servilleta, donde Arthur Laffer dibujó su célebre curva en 1974, a los datos de recaudación fiscal. En realidad, afirman que eso ya ocurrió en Andalucía tras suprimir el impuesto de sucesiones y que por eso han decidido acabar con patrimonio en los primeros compases del segundo mandato de Juanma Moreno. Y aseguran que no se trata de un dogma de fe, sino que hay datos que lo soportan.

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La bonificación del impuesto de sucesiones y donaciones a principios de 2019 fue el primer intento por aplicar esa curva de Laffer. Se dejaron de recaudar 105 millones por el tributo a las herencias, pero en los dos años sucesivos (2019 y 2020) se recaudaron 800 millones más de IRPF, según los datos de la Consejería de Economía, Hacienda y Fondos Europeos, que ahora está en manos de la malagueña Carolina España. Este crecimiento es el resultado de la suma de 280.000 nuevos contribuyentes en ese periodo, un 8% más de los que había hasta entonces.

En la Junta, admiten que parte de ese crecimiento responde al buen funcionamiento del mercado de trabajo, que es lo que le achacan sus críticos: no hay un éxodo fiscal en busca del oasis andaluz, sino una buena marcha de la economía que empuja la recaudación. Pero la Junta asegura que cuenta con números que sustentan su teoría de que reducir impuestos como sucesiones o patrimonio atrae a las rentas altas. De esos nuevos 280.000 contribuyentes, hay 13.790 con rentas entre 60.000 y 120.000, un 14% más de los que había antes. Y 1.117 más que tributan por encima de los 120.000 euros al año, un 13%.

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El buen dato de crecimiento de estos dos tramos, si se compara con la media, es uno de los argumentos que utilizan en la Junta para justificar sus rebajas fiscales. También se escudan en el aumento del número de contribuyentes que ha experimentado el impuesto de patrimonio en los últimos tres años, pasando de 18.390 en 2019 a 18.997 en 2020 y 20.661 en 2021. Este crecimiento, explican desde Hacienda, responde a la eliminación de sucesiones; es decir, a que hubo quien trasladó su residencia fiscal a Andalucía cuando se suspendió el tributo a las herencias y las donaciones para los familiares directos.

En la Junta, están convencidos de que este fenómeno se repetirá tras convertirse en la segunda comunidad sin impuesto al patrimonio. El principal objetivo, aunque ahora intentan evitar el choque, está en quienes se fueron a Madrid, pero viven gran parte del tiempo en Andalucía, en el AVE que une Atocha con Santa Justa y la estación María Zambrano de Málaga o en las salas de espera de los aeropuertos de la comunidad. Hay también llamadas públicas a los empresarios catalanes que busquen un mejor entorno fiscal y no quieran irse a una capital que consideran hostil. Y a los extranjeros que suelen pasar grandes temporadas en las playas andaluzas, pero no quieren pagar impuesto por los bienes que tienen en su país de origen.

Con que 7.000 de esas personas decidan mudarse, Hacienda habrá tapado el agujero que deja la eliminación del gravamen al patrimonio. Esa es la cuenta que hacen en la Consejería de Hacienda, ya que el IRPF de esos contribuyentes debe compensar los 95 millones que la Junta calcula que dejará de ingresar por patrimonio cada año. "No tienen por qué ser solo 7.000, queremos que sean más", apuntan desde San Telmo, aunque admiten que no tienen forma de saber a ciencia cierta si esto ocurrirá. Confían en los datos posteriores a eliminar sucesiones y en las llamadas que, según dicen, recibe el presidente de la Junta de empresarios y grandes contribuyentes.

En San Telmo son conscientes de que su apuesta es problemática. Les pone a competir con el Madrid de Isabel Díaz Ayuso, pero también les genera críticas por suspender un tributo que solo paga el 0,2% de los censados en Andalucía, que tienen un patrimonio medio de 2,7 millones de euros. La batalla de la Junta y su empeño por justificar con cifras su apuesta es también discursiva. "No todos los que pagan este impuesto son ricos", insisten desde el Ejecutivo. Y vuelven a la carga con el beneficio que supondrá en términos de recaudación si la teoría de Laffer pasa de la servilleta a las declaraciones de la renta.

Récord de llegadas desde Madrid

Es cierto que Andalucía viene registrando un crecimiento demográfico que se concentra en la costa y en las grandes ciudades. Y que el número de nacidos en la región que hay en comunidades ricas como Madrid y Cataluña no ha hecho más que disminuir en los últimos años. En el caso de la capital, hubo un estancamiento durante la crisis económica que se ha vuelto a retomar ahora. Pero se trata de un dato bruto. No existen cifras sobre si vuelven, si han fallecido o si se han mudado a otro territorio.

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Sí se puede afirmar, según los datos de la Agencia Tributaria, que en 2020 se batió el récord de asalariados que se trasladaron desde Madrid a Andalucía. Fueron 9.206 personas las que hicieron este viaje, el dato más abultado desde que comenzó el registro, en 2004. Hay que tener en cuenta el efecto de la pandemia, pero es cierto que la tendencia era positiva y que durante los dos primeros años del Ejecutivo de PP y Ciudadanos se han mudado más asalariados que en los cuatro años previos juntos, entre 2015 y 2018.

Pese a este crecimiento, el saldo casi siempre es positivo para Madrid, que es la comunidad preferida por los asalariados andaluces para emigrar. Solo en 2005 y 2007 se rompió la tendencia y hubo más viajes en el sentido contrario. Hay que tener en cuenta que 2020 también fue el año desde que hay registros con más trabajadores andaluces que se fueron camino de la capital (11.965). El saldo negativo para Andalucía es de 2.759 personas.