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Se buscan sevillanos: padrones a domicilio para seguir siendo la cuarta ciudad de España
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Se buscan sevillanos: padrones a domicilio para seguir siendo la cuarta ciudad de España

El Ayuntamiento refuerza su estrategia con un servicio a la carta tras haber retrocedido a niveles del 92. Desde 2015, cuando el pleno perdió dos concejales, la sangría no cesa: en la última década ha perdido 18.000 habitantes

Foto: Sevillanos tomando algo en una terraza. (EFE/José Manuel Vidal)
Sevillanos tomando algo en una terraza. (EFE/José Manuel Vidal)

Sevilla intenta frenar la pérdida de población para no dejar de ser la cuarta ciudad de España, por detrás de Madrid, Barcelona y Valencia. Con Zaragoza pisándole los talones, el Ayuntamiento de la capital andaluza reinventa la estrategia para no bajar de la barrera psicológica que suponen los 700.000 habitantes, cifra en la que se ha movido en las últimas dos décadas. Y también para no perder ventajas económicas, pues el perjuicio de caer por debajo de esa cifra tiene consecuencias fiscales. A menor censo, menos ingresos y menos peso político y económico.

Según los últimos datos oficiales del padrón, correspondientes a 2021, Sevilla cuenta con 684.234 habitantes, cifra que revela una pérdida de población de más de 7.000 vecinos empadronados en sólo un año. Realmente, la sangría comenzó hace dos décadas. La cota máxima del padrón se registró en 2003, con 709.975 habitantes tras dispararse el crecimiento después de la Expo del 92. Sólo en el año posterior al evento, la población de la capital aumentó en 24.000 habitantes. Pero fue en 2014 cuando bajó el umbral de los 700.000 censados, regresando a los niveles anteriores a la muestra universal. Y, de hecho, en las elecciones municipales de 2015 la bajada de población supuso la pérdida de dos concejales en el pleno, que pasó de tener 33 a 31 sillones.

Foto: Las familias que abandonaron el barrio sevillano del Polígono Sur. (EFE)

No es un tema baladí. Sevilla ha seguido siendo considerada como gran ciudad pese a tener 18.000 habitantes menos en la última década, pero ha visto cómo se han reducido sus ingresos por impuestos y también por aportaciones del Estado. Y es por ello que la recuperación del censo es un tema crucial para todos los gobiernos municipales que, hasta ahora, no han logrado revertir esta tendencia.

El actual equipo de gobierno, encabezado entonces por Juan Espadas, llegó a la Alcaldía en 2015 con la promesa de iniciar una campaña de empadronamiento puerta a puerta que quedó en una medida generalista y poco eficaz. Ahora, a pocos meses ya de que termine este segundo mandato del PSOE, el Ayuntamiento de Sevilla ha licitado de nuevo un servicio de empadronamiento a domicilio con el que pretende incentivar las nuevas altas en el censo. Ya existe desde 2018, pero, según el último pliego, el objetivo es ofrecer todas las alternativas posibles para que el residente se empadrone. Además de las facilidades que el Consistorio debe prestar, atención por correo electrónico, llamada telefónica, web municipal, presencial o WhatsApp, están previstas visitas a domicilio y hasta en fin de semana para ayudar y agilizar los trámites y adaptarse a todas las necesidades de los demandantes.

Foto: Juan Espadas, candidato del PSOE andaluz, en la sede socialista de Sevilla. (F. R.)
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El objetivo es ir salvando obstáculos y mejorando el servicio. Por ejemplo, la empresa adjudicataria deberá también realizar un trabajo de detección de huecos de población no empadronada y establecer mecanismos para incentivar el empadronamiento. Además, se requiere un equipo con perfiles híbridos, entre ellos, personal especializado en zonas marginales o de exclusión social donde realizar las gestiones del padrón y cumplir con el objetivo de esta campaña se hace mucho más difícil.

Por ahora, ni este sistema de empadronamiento ni los beneficios e incentivos que un anterior gobierno del PP prometió han dado sus frutos. Justo antes de la pandemia, en 2019, las últimas revisiones del censo oficial dejaron entrever un cambio de tendencia en un momento de recuperación económica de la ciudad. Sectores como el de la construcción se habían empezado a mover y hay una correlación clara entre la entrega de nuevas viviendas y el aumento de la población. Especialmente, de viviendas de protección oficial, que suelen ser un instrumento eficaz para lograr equilibrios demográficos. La balanza en la capital sevillana está, además, inclinada a favor del aérea metropolitana que sí ha seguido creciendo en población. De hecho, ciudades como Dos Hermanas, la segunda más poblada de la provincia, ha sumado hasta 1.200 habitantes en la última revisión del censo y Alcalá de Guadaíra, la tercera, se ha mantenido por encima de la barrera de los 75.000 residentes sin demasiado problema.

Foto: Calle Preciados en Madrid. (EFE/Juan Carlos Hidalgo)

El patrón provocado por el covid se ha repetido en todas las grandes capitales. Madrid, Barcelona o Zaragoza, donde la distancia respecto a Sevilla es ya sólo de 8.933 habitantes, han perdido también población, en beneficio de destinos más rurales o entornos residenciales de viviendas unifamiliares alejadas de la ciudad. Aunque en el caso de Sevilla ha sido más acusada, mientras que en Málaga ha sido menor, pues el padrón apenas ha variado en 1.000 habitantes por la pandemia.

La evolución demográfica de la capital ha sido en los últimos años motivo de confrontación política y ha resucitado proyectos impulsados por los socialistas años atrás sobre la creación del área metropolitana como unidad de gestión. La Gran Sevilla, como se denominó en otros tiempos esta idea, no existe más que en el plan estratégico de la capital, aunque es algo a lo que la ciudad aspira desde los años 80. Con este nuevo órgano metropolitano el gobierno municipal considera que podría crecer y prosperar económicamente al unir en una única hoja de ruta los proyectos necesarios para atraer inversiones públicas y privadas hacia el entorno de Sevilla. Algo que ahora se ve lastrado por la falta de infraestructuras en la provincia.

Foto: Las Palmas de Gran Canaria. (EFE)

El gobierno de Antonio Muñoz confía en que la recuperación económica que se confirma ya en la ciudad, al tiempo que los efectos de la citada campaña de empadronamiento, ayudarán a frenar la sangría poblacional y a superar el listón de los 700.000 habitantes en breve, pues el sector de la construcción está alcanzando de nuevo récords históricos en Sevilla a pesar de la pandemia. De hecho, ya en 2020 el visado de nuevas viviendas por parte del sector privado alcanzó la cifra más alta en una década.

Sevilla intenta frenar la pérdida de población para no dejar de ser la cuarta ciudad de España, por detrás de Madrid, Barcelona y Valencia. Con Zaragoza pisándole los talones, el Ayuntamiento de la capital andaluza reinventa la estrategia para no bajar de la barrera psicológica que suponen los 700.000 habitantes, cifra en la que se ha movido en las últimas dos décadas. Y también para no perder ventajas económicas, pues el perjuicio de caer por debajo de esa cifra tiene consecuencias fiscales. A menor censo, menos ingresos y menos peso político y económico.

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