El nuevo Gobierno de Juanma Moreno, abierto por vacaciones: 5 reuniones en 17 días

El Ejecutivo de Juanma Moreno celebró su última reunión este jueves 11 de agosto, el mismo día que el cántabro de Miguel Ángel Revilla. Solo el asturiano Adrián Barbón aguantó más y reunió a sus consejeros un día después, este viernes 12 de agosto. Pero el presidente andaluz ha convocado en cinco ocasiones a sus nuevos consejeros desde que tomaron posesión, el pasado 25 de julio, en un acto solemne en el Palacio de San Telmo, frente a las tres de sus colegas norteños. Y nunca antes un Gobierno andaluz había tardado tanto en irse de vacaciones.

Moreno lo había advertido, ya que su intención al convocar elecciones fue precisamente la de ganar margen de maniobra y tener un gobierno con plenos poderes lo antes posible. Lo logró de sobra con una mayoría absoluta histórica que le permitió acelerar los plazos para conformar su nuevo gabinete y echarlo a andar. Desde el día de las urnas a la investidura pasaron un mes y dos días. Y en menos de una semana desde ese momento, se celebró la primera reunión del nuevo Ejecutivo de Juanma Moreno, con 13 consejerías, dos más que su gabinete de coalición con Ciudadanos.

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Lo primero que hizo el Gobierno andaluz fue aprobar el techo de gasto no financiero, primer paso para la aprobación de los Presupuestos de la Junta para 2023. El día que convocó las elecciones que han revuelto el tablero político estatal, Moreno explicó que quería tener unas cuentas autonómicas lo antes posible para hacer frente a la crisis económica que se atisba en otoño. La ventaja con la que parte, gracias a la mayoría absoluta, es que no tendrá que negociar con nadie, lo que le evitará dolores de cabeza y descarta la posibilidad de una derrota como la que sufrió el pasado noviembre, cuando Vox y la izquierda le tumbaron las cuentas de 2022.

En el segundo Consejo de Gobierno, celebrado el viernes de la misma semana, 29 de julio, Moreno aprobó el primer proyecto de ley de la nueva legislatura, la futura ley de Atención Temprana que mejorará la vida de los menores de seis años con trastornos del desarrollo o riesgo de padecerlos. Cuatro días después, en el tercer encuentro del gabinete, se remitió al Parlamento otro texto normativo, la ley de creación de los Cuerpos Superior y Técnico de Intervención y Auditoría, para mejorar el control interno de la Administración andaluza.

Las últimas dos reuniones han estado centradas en los nombramientos, aunque el 9 de agosto el Ejecutivo andaluz aprobó su propio plan de medidas de ahorro energético que complementa al estatal. Los consejos de los días 9 y 11 de agosto son los más tardíos que se han celebrado desde que hay registros, es decir, en los últimos 25 años de la historia autonómica andaluza. Ni siquiera durante la pandemia hubo reuniones del Ejecutivo de PP y Cs tan avanzado el mes de agosto.

La previsión es que la actividad vuelva el 29 o el 30 de agosto para seguir desarrollando el organigrama de la Junta en su administración territorial. Entonces se podrá saber a cuánto asciende el aumento del gasto público en la estructura del nuevo Ejecutivo, que sigue sin portavoz. Las vacaciones del segundo Ejecutivo de Juanma Moreno serán las más cortas de un presidente andaluz si no hay un imprevisto que las acorte aún más.

Contraste entre territorios

Para cuando Moreno tuvo su primera reunión, el 26 de junio ya había dos gobiernos autonómicos de vacaciones. El primero que echó la persiana fue el de Isabel Díaz Ayuso en la Comunidad de Madrid, que tuvo su último consejo el 20 de julio con medidas en materia de vivienda y educativas. La polémica por el decreto energético la ha llevado sobre sus hombros el vicepresidente Enrique Ossorio, más allá de los tuits publicados por la presidenta.

Dos días después, el 23 de julio, el Ejecutivo aragonés de Javier Lambán celebró su última reunión del curso para aprobar una ley y solicitar al Gobierno central la declaración de zona catastrófica del territorio afectado por el incendio de Ateca, que obligó a desalojar a 1.700 personas en la provincia de Zaragoza. El mismo día que Moreno reunió por primera vez a su nuevo gabinete, el lendakari Íñigo Urkullu dio las vacaciones a los suyos.

El resto de Gobiernos autonómicos fueron despidiéndose en días sucesivos. El 27 de julio fue el turno de La Rioja y Navarra. Castilla y León hizo lo propio el 28 de julio, igual que Extremadura, que aprovechó para conceder la medalla de la comunidad, entre otros, a la fusión de Don Benito y Villanueva de la Serena. Ya en agosto, los gobiernos de Castilla-La Mancha y Baleares optaron por el 1 de agosto, mientras que el catalán Pere Aragonès cerró el curso político con su comparecencia tras la reunión del 2 de agosto en el Palacio de la Generalitat.

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En la primera semana de agosto todavía hubo reuniones gubernamentales en Canarias (3 de agosto), Galicia y Murcia (4 de agosto) y la Comunidad Valenciana (5 de agosto). Esto dejó a Moreno con sus dos consejos del 9 y el 11 de agosto, acompañado del cántabro Revilla y el asturiano Barbón, que aprobaron asuntos como las mejoras de las carreteras o la puesta en marcha de becas de investigación. En el mismo periodo que Moreno mantuvo las cinco reuniones de su nuevo Gobierno, sus homólogos asturiano y cántabro celebraron tres encuentros en los que no aprobaron ninguna ley frente a las dos del andaluz.