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No todo está perdido para Twitter: el impacto de la etiqueta #YoMeQuedoEnCasa
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INVESTIGACIÓN UNIVERSITARIA

No todo está perdido para Twitter: el impacto de la etiqueta #YoMeQuedoEnCasa

Un estudio de la Universidad de Málaga analiza la capacidad de esta red social de generar sistemas de apoyo entre ciudadanos durante los primeros días del confinamiento

Foto: Foto: Reuters/Thomas White.
Foto: Reuters/Thomas White.

Si usted tiene cuenta de Twitter, seguramente ha pensado más de una vez en cerrar su perfil harto de respuestas agresivas e improperios por algún comentario o publicación. Territorio de ‘haters’, ‘trolls’ y propagadores de ‘fake news’, en sus dominios proliferan granjas de ‘bots’ que igual sirven para replicar una estrategia política que para promover el surgimiento de una nueva república. Pero no todo está perdido para la red social del pájaro azul. Un estudio de la Universidad de Málaga (UMA), publicado en la revista 'International Journal of Environmental and Public Health', ha conseguido hacer aflorar el lado positivo de esta herramienta de comunicación destacando su capacidad de generar sistemas de apoyo en los primeros días del confinamiento.

El trabajo ha analizado los sentimientos expresados a través de un total de 176.966 publicaciones, realizadas entre el 16 de marzo y el 19 de abril de 2020, que contenían el 'hashtag' #YoMeQuedoEnCasa y sus variantes en distintos idiomas. Los autores han usado distintos algoritmos para determinar la distribución y conectividad de la red, así como las comunidades que la conforman y su nivel de cohesión, que facilitaron “la detección de sus ejes de conversación y vinculaciones”.

Foto: Eslogan de QAnon (Foto: REUTERS)

La posterior exploración de las 40 ‘sociedades tuiteras’ más destacadas dentro de la muestra permitió conocer sus nexos sociales y organizativos —participación comunitaria, sentido de comunidad, apoyo social y resiliencia—, los temas de conversación en común —salud, ocio y cultura, propuestas políticas, solidaridad, crítica a los dirigentes o críticas a la comunidad— y los recursos comunicativos que empleaban.

“Fruto de esta interacción se detecta el surgimiento de vínculos derivados de la participación comunitaria y motivados por el interés común de preservar la salud y el bienestar general a través de la acción colectiva”, afirman los responsables del informe.

La investigación pone de relieve un amplio apoyo social en torno a distintas facetas, ya sea de carácter emocional —mensajes de agradecimiento y ánimo, incluso entre usuarios desconocidos—, instrumental —expresiones como la ayuda hacia los grupos de alto riesgo y colectivos como los sanitarios, profesionales de actividades esenciales o contagiados— o informativo —datos para resolver problemas o difusión de medios de comunicación—.

A pesar de carecer de fronteras, los lazos de unión locales eran mucho más fuertes

El estudio advierte “la presencia de sentimientos de solidaridad, un sentido de comunidad y apoyo social entre multitudes conectadas que, a pesar de estar en entornos geográficamente dispersos, comparten preocupaciones similares sobre el efecto del virus”.

Andrea Castro-Martínez, investigadora del Departamento de Comunicación Audiovisual y Publicidad de la UMA, una de las responsables del estudio, precisa que, “aunque la conversación se estructura mediante los mismos 'hashtags', las pautas de conectividad se hallan en las comunidades con determinadas similitudes como la localización geográfica y el idioma”.

Foto: Aplausos en balcones. (EFE)

“Prevalecen los lazos locales que reflejan afinidades, comportamientos y temas similares”, manifiesta, para añadir que “es posible usar Twitter de forma positiva, como herramienta constructiva para la comunidad en épocas de crisis sanitarias y sociales, como la ocurrida en el periodo de análisis”. Porque el trabajo detecta un proceso de retroalimentación: “Los usuarios que dan muestra de su capacidad de adaptación son reforzados con mensajes positivos, más allá de las publicaciones que expresan miedo, incertidumbre o enfado, que son minoritarias a nivel global”.

Los textos de ánimo colectivo y los contenidos humorísticos, por otro lado, destacan ampliamente y suelen generar más interacciones. Además, en este primer periodo de la pandemia que abarca el estudio, no se detecta una presencia relevante de noticias falsas ni argumentaciones negacionistas.

“Cuando se utilizó para establecer contacto social mediante interacciones sobre cualquier aspecto y para fomentar la colaboración, la solidaridad, el apoyo social y la resiliencia”, explica Castro-Martínez, esta red social tuvo un impacto bueno en la sociedad.

Si usted tiene cuenta de Twitter, seguramente ha pensado más de una vez en cerrar su perfil harto de respuestas agresivas e improperios por algún comentario o publicación. Territorio de ‘haters’, ‘trolls’ y propagadores de ‘fake news’, en sus dominios proliferan granjas de ‘bots’ que igual sirven para replicar una estrategia política que para promover el surgimiento de una nueva república. Pero no todo está perdido para la red social del pájaro azul. Un estudio de la Universidad de Málaga (UMA), publicado en la revista 'International Journal of Environmental and Public Health', ha conseguido hacer aflorar el lado positivo de esta herramienta de comunicación destacando su capacidad de generar sistemas de apoyo en los primeros días del confinamiento.

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