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Salir de las redes de la conspiración tras la pandemia: una tarea complicada
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LA 'CONSPIRITUALIDAD'

Salir de las redes de la conspiración tras la pandemia: una tarea complicada

¿Qué sucede cuando un conspiranoico o negacionista se da cuenta de que ha sido engañado? ¿Cómo debe afrontar este trastorno paranoide tan de nuestro tiempo?

Foto: Eslogan de QAnon (Foto: REUTERS)
Eslogan de QAnon (Foto: REUTERS)

No es un fenómeno nuevo. Los teóricos de la conspiración han aprovechado el contexto de confusión e incertidumbre generado por la pandemia para colar sus mensajes en canales y redes sociales más inocentes o en las que nunca antes proliferaban este tipo de contenidos, los cuales azuzan el miedo ante la sospecha de que existe un gran poder invisible que controla el destino de muchos. De la noche a la mañana y hasta ahora, etiquetas como 'QAnon', 'Deep State', 'trata de seres humanos'... empezaron a colarse en publicaciones sobre bienestar, salud y 'fitness' en redes sociales de lo más populares como Instagram.

Foto: Pegatina en un vehículo con el símbolo de QAnon.

Evidentemente, el tono de dichas publicaciones era mucho más laxo o relajado que el de otras webs clásicas de la conspiración en las que ya se habla sin tapujos y de manera histérica sobre estos asuntos. Si estás a favor de la vida saludable y día a día te esfuerzas por mantener una rutina de ejercicio y dieta sana, también estarás en contra de esos grupos de personas poderosas que planean dar golpes de estado o que supuestamente trafica con niños y seres humanos para su goce personal. Y, de telón de fondo, una verdadera y menos oculta red de intereses políticos a los que sacar provecho; en este caso, grupos de extrema derecha que tratan de influir en el electorado a partir del miedo. No en vano la época de grandes conspiraciones también coincide con el tiempo políticamente más turbulento de Estados Unidos de los últimos años, cuyo culmen fue un asalto al Capitolio, lugar sacrosanto de la democracia norteamericana y occidental.

En 2011, Charlotte Ward y David Voas, dos sociólogos británicos, acuñaron un término: 'conspiritualidad'. En un estudio publicado en 'Journal of Contemporary Religion', lo usaron para describir la creciente tendencia de determinadas páginas web, foros y contenidos en redes sociales que hablaban de yoga, espiritualidad o del ayuno intermitente a la par que de teorías relacionadas con el mundo del New Age o conspiraciones secretas. "Un movimiento digital de rápido crecimiento que expresa una ideología alimentada por la desafección política y la popularidad de las visiones alternativas del mundo", definieron los autores.

"Una vez abres los ojos y eres consciente del engaño, tienes que reconstruir toda tu identidad, ya que entras en una crisis psicológica"

Esta corriente ha ido evolucionando a lo largo de la pasada década hasta llegar a su cenit: la pandemia. ¿Qué mejor acontecimiento histórico para refugiarse en uno mismo, practicar la vida saludable al disponer de tanto tiempo libre en el hogar, formar parte de una comunidad digital (ante la falta de interacción social) de individuos tan preocupados como tú por salvar el mundo de las garras de desalmados poderosos que quieren imponer un 'nuevo orden mundial' instalando 'microchís' a la población a través de vacunas?

Una resaca de paranoia

Ahora, con la pandemia más o menos controlada (al menos en esta parte del mundo) gracias a la campaña de vacunación, cabe preguntarse si la fe en este tipo de teorías ha disminuido o por el contrario sigue creciendo. Si toda la gente que antes dudaba de la efectividad de las medidas tomadas o de que realmente hubiera una pandemia sigue creyendo en lo mismo. Esto es lo que están intentando demostrar personas como Diane Benscoter, fundadora de una plataforma de psicólogos en Estados Unidos que trata con personas que han sido manipuladas psicológicamente. Ella describe el momento que estamos viviendo, sobre todo en su país, como de "resaca paranoica", debido a que muchos seguidores de las teorías de QAnon o de la 'plandemia' están dándose cuenta del enorme engaño al que han sido sometidos.

"Los profesionales de la salud mental no disponen de un procedimiento concreto para alguien que está luchando por dejar atrás el mundo de la conspiración"

"En un momento tan inquietante para todos como el que hemos vivido, si hay algo fundamental es tener una respuesta simple y señalar a un enemigo claro", apunta Benscoter en un interesante reportaje sobre el tema publicado en 'Cosmopolitan'. "Aquellos que buscan ejercer una influencia sobre determinadas personas crean un sentido de comunidad en torno a la desconfianza y el odio hacia el otro. Una vez que quedas enganchado, la sensación de conocer esa verdad secreta activa el cerebro como una droga. El efecto que obtienen después es muy parecido al de una adicción".

Foto: Fuente: iStock.

"Q. era mucho más que un pasatiempo o una obsesión cibernética", prosigue la psicóloga. "Fue (y es) una red de apoyo que aisló a las personas de sus amigos y familiares, convirtiéndose en una comunidad virtual cercana y una cámara de resonancia impenetrable". Una vez abres los ojos y eres consciente del engaño, "tienes que reconstruir toda tu identidad, ya que entras en una crisis psicológica y emocional".

'Influencers' de la conspiración

Casi de forma paralela, la periodista británica Eva Wiseman publicaba otro reportaje en 'The Guardian' sobre las consecuencias psicológicas de haber formado parte de estos grupos para personas interesadas en productos de belleza y bienestar. Sobre todo, analiza cómo llegaron a infiltrarse todos estos mensajes a través de 'influencers' de Instagram. "Parte de lo que hace que un 'influencer' tenga éxito es la capacidad de persuadir a sus seguidores para que confíen en ellos, y lo hacen compartiendo su vida, sus hogares, sus dietas y sus preocupaciones", asevera la periodista. "Queda claro, tanto por los productos que compran como por las decisiones que toman, que muchas se fían más de ellos que de su propio médico".

"Los seguidores de las teorías de la conspiración generalmente se encuentran asustados o se sienten solos, buscan validación y espíritu de comunidad"

Ahora bien, ¿cuáles son los procedimientos terapéuticos que deben ponerse en marcha en pacientes aquejados de esta 'resaca de paranoia'? Como asegura Shannon Foley Martinez, un antiguo miembro de un grupo de extrema derecha de Georgia, en el medio norteamericano, "no hay un campo teórico concreto del que los profesionales de la salud mental puedan echar mano para ayudar a alguien que quiere dejar atrás el odio o la violencia propios del mundo de las conspiraciones". A pesar de que la naturaleza del trastorno pueda entrar dentro del espectro de la paranoia, que se suele abordar con una terapia cognitivo-conductual, la fuente de sus preocupaciones no suelen ser las mismas que las de los aquejados típicos de este problema.

"A menudo, los teóricos de la conspiración simplemente se encuentran asustados o se sienten solos, buscan validación y espíritu de comunidad", explica por su parte Rachel Bernstein, una psicóloga que se ha encargado de tratar a pacientes con estos problemas. "Tienen una necesidad que nadie les satisface y Q. se presenta como la respuesta a sus problemas". En este punto cabe mencionar que en una situación tan crítica como en la que hemos vivido, seguramente muchas personas no contaban con una red de apoyo ni familiar ni de amigos con quien conectarse a videollamadas y expresar su preocupación e inquietud ante la situación, de ahí que muy fácilmente hayan podido caer en las redes del pensamiento conspiranoico.

Foto: Foto: iStock.

¿Cuál es el método a seguir para este tipo de casos de manipulación y adoctrinamiento? Los psicólogos consultados por 'Cosmopolitan' creen que lo primero que hay que hacer es "generar confianza sin tratar de convencer a la persona de que cambie sus creencias", para después "asomarse a las experiencias vitales que los condujo a estos argumentos" y "apoyarles una vez que llegue el momento en que se den cuenta de que han sido manipulados". A fin de cuentas, tan solo están repitiendo y obsesionándose con un proceso psicológico muy humano y que realizamos todos: ante la ausencia de respuestas a grandes conflictos o problemas, lo más fácil es buscar atajos o elementos aparentemente inconexos, pero que de repente guardan algún tipo de relación.

No es un fenómeno nuevo. Los teóricos de la conspiración han aprovechado el contexto de confusión e incertidumbre generado por la pandemia para colar sus mensajes en canales y redes sociales más inocentes o en las que nunca antes proliferaban este tipo de contenidos, los cuales azuzan el miedo ante la sospecha de que existe un gran poder invisible que controla el destino de muchos. De la noche a la mañana y hasta ahora, etiquetas como 'QAnon', 'Deep State', 'trata de seres humanos'... empezaron a colarse en publicaciones sobre bienestar, salud y 'fitness' en redes sociales de lo más populares como Instagram.

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