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Susana Díaz desoye la declaración de guerra de Ferraz y seguirá con su campaña
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EMPIEZA LA BATALLA

Susana Díaz desoye la declaración de guerra de Ferraz y seguirá con su campaña

El relevo en la Delegación del Gobierno muestra a las claras que Pedro Sánchez promueve la renovación en Andalucía y abre la pugna, pero la líder andaluza sigue ignorando los avisos

Foto: La presidenta del PSOE-A, Susana Díaz. (EFE)
La presidenta del PSOE-A, Susana Díaz. (EFE)
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La batalla en el PSOE andaluz ha comenzado. Oficialmente será después del congreso federal, fijado a mediados de octubre, cuando el partido celebre el cónclave regional más convulso de todos cuantos se esperan, el que enfrentará, si nada cambia, a Susana Díaz en primarias con el alcalde de Sevilla, Juan Espadas, avalado por Ferraz para tomar el control del partido.

Ahora, el último gesto, la destitución en la Delegación de Andalucía, el más sonado hasta la fecha, ha llegado directamente desde el Gobierno de la nación y es evidente. Sin embargo, Díaz ignora los avisos y su equipo asegura que seguirá adelante con su hoja de ruta y que volverá a la carretera tras la Semana Santa a seguir recorriendo Andalucía y “haciendo su labor de oposición”.

Foto: Sandra García en un acto en Sevilla. (EFE)

El Consejo de Ministros cesará este martes, como avanzó este periódico, a la delegada del Gobierno en Andalucía, Sandra García. Alegan que hace falta un perfil más aguerrido para dar respuesta a la estrategia de confrontación de la Junta de Andalucía, en manos de PP y Ciudadanos. Lo cierto es que este nombre surgió, hace un año, de un pacto entre Díaz y Sánchez. A la secretaria general del PSOE-A la llamaron para comunicarle el cese casi al mismo tiempo que a la delegada, que estaba en la provincia de Cádiz con la ministra de Industria, Reyes Maroto.

Aquel pacto fue una bandera blanca, tras pactar los presidentes de las diputaciones andaluzas, que daba margen a la líder andaluza y que sus críticos nunca entendieron. Los sanchistas andaluces, que llevan mucho tiempo pidiendo que se impulsara la renovación, lo vivieron como un jarro de agua fría. Sus expectativas de cambio se veían truncadas. El mensaje fue que todo tendría su tiempo y que tocaba la tregua. Esa es la que ahora se rompe. Sus adversarios aluden a que García llegó a la Delegación con instrucciones claras de San Vicente y que trasladó a todo el partido andaluz a la Delegación, expulsando a los que estaban, afines a Alfonso Rodríguez Gómez de Celis.

Un sanchista converso

El elegido para sustituir a García es otro nombre de la ejecutiva regional del PSOE andaluz, Pedro Fernández, alcalde de Baza (Granada). A eso se aferran en San Vicente, sede del PSOE-A, para asegurar que este es otro nombre afín a Díaz. "Fue susanista, pero ya hace tiempo que no", señalan los críticos con claridad. Fernández es un rostro desconocido y se vuelve a acudir al PSOE de Granada, cuyo secretario general, José Entrena, tiene un pie en cada bando, está con Díaz, pero quiere la renovación en el partido.

Foto: El ministro de Transportes, José Luis Ábalos, y el alcalde de Sevilla, Juan Espadas.

Se toman posiciones frente a la intensa actividad de Susana Díaz, que lleva semanas inmersa en una suerte de campaña electoral recorriendo comarcas andaluzas. Tras el movimiento en la Plaza de España, sede de la delegación del Gobierno, desde Madrid indican que será el alcalde de Sevilla, Juan Espadas, el siguiente en mover ficha y confirmar su candidatura. Pese a sus recelos, insiste en que sus tiempos son otros, será, indica el PSOE, después de Semana Santa.

La dirección federal teme que Díaz gane terreno y quiere poner rostro al cambio. En realidad dan por hecho que cuando se vea en minoría aceptará la situación y dará un paso atrás, admitiendo un pacto de integración y desalojando la secretaría general. Esa es la tesis con la que trabajan desde Ferraz, con interlocución con los sanchistas desplegados en Andalucía, pero Díaz hoy por hoy está muy lejos de esos planteamientos. “No se va a retirar”, insistían los suyos tras el movimiento en la Delegación del Gobierno.

Ignorar las señales

Ferraz lleva tiempo emitiendo señales que permitirían a Susana Díaz, con mucha experiencia en estas contiendas internas, leer con claridad que quieren un cambio y que se retire. Sin embargo, la estrategia de la expresidenta de la Junta pasa por negar la evidencia y mirar hacia otro lado. "Está copiando la estrategia de Sánchez, se hará con un relato victimista", analizan en el PSOE, que creen que no tendrá credibilidad.

Foto: Encuesta de intención de voto en las elecciones autonómicas andaluzas. (EC)
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“Por Pedro (Sánchez) que no hable nadie, con Pedro hablo yo y tengo su palabra de que no interferirá en las primarias”. Esa es la frase que se le puede oír desde hace ya mucho tiempo. Díaz tiene una estrategia que pasa por no enfrentarse directamente a la dirección federal ni siquiera admitir que tiene adversarios o que piden su relevo. Se muestra como una “nueva Susana”, que ha aprendido de las primarias con Sánchez, que perdió tras una cruenta batalla y que no volverá a caer en esas guerras. Se labra una nueva imagen y en la entrevista que ofreció en El Confidencial lo dejó claro: “En la cultura del PSOE nadie se mete ni va contra otros compañeros”. A lo que siempre añade otro mensaje: “Serán los militantes en Andalucía los que decidan”.

El ‘buenismo’ de Díaz marca su discurso, pero también su campaña. Hasta ahora ha ignorado todas las señales que le llegan con nitidez para que dé un paso a un lado. Directamente no se da por aludida. Ferraz cada vez se esconde menos y mueve sus fichas. Se vio en Huelva, cuando la dimisión del secretario general por una denuncia de acoso abrió una especie de ‘prueba piloto’ de las primarias. La dirección federal nombró una gestora y puso al frente a una persona absolutamente crítica con Díaz, una de sus damnificadas por los vetos en otros tiempos a todo lo que oliera a Sánchez. El encargo lo recibió la diputada María Luisa Faneca y la gestora no dio asiento a los susanistas. Tampoco al decidir la presidencia de la Diputación onubense se atendió al PSOE andaluz, todo lo contrario.

Foto: El presidente de la Junta, Juanma Moreno. (EFE)

Esto ocurrió en noviembre del pasado año. Después, el secretario de Organización, José Luis Ábalos, desembarcó en Sevilla y Susana Díaz le dejó claro que se iba a presentar a las primarias. La operación Espadas, la candidatura del alcalde de Sevilla, ya estaba en marcha. Sobre la mesa de Ferraz ha habido dos nombres hasta el último minuto, el de la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, y el de Espadas.

El PSOE convocó su congreso federal para octubre y conminó a “reforzar y renovar en algunos casos los liderazgos autonómicos para hacer al PSOE competitivo en todos los territorios”. A quien preguntó se le dejó claro que iba por Díaz, pero ella siguió sin darse por aludida. Tampoco ha querido responder a la invitación a Espadas a pelear por liderar el PSOE andaluz ni al hecho de que fuera directamente Pedro Sánchez quien le diera su bendición para dar el paso.

Reabrir las casas del pueblo

La única respuesta de Díaz ha sido la de ponerse el traje de candidata y echarse a la carretera. En lo que seguirá tras Semana Santa. Está recorriendo Andalucía por comarcas, en encuentros donde se reúne con alcaldes y portavoces municipales, recaba quejas y peticiones para trasladar en forma de iniciativas al Parlamento y celebra encuentros con militantes y los secretarios generales de cada agrupación local para “reabrir las casas del pueblo”.

Foto: La presidenta del PSOE-A, Susana Díaz. (EFE)

“Díaz está en modo escucha y no habla de primarias ni de nada orgánico. Cuando se le pregunta por eso insiste en que cuando toquen los congresos hablará de congresos, mientras no”, defienden los suyos. No hace falta que pida el voto ni que aluda a las primarias. El PSOE andaluz y sus militantes ya saben en qué están. En algo más de dos semanas ha recorrido más de 40 municipios. “Vamos, poco a poco, reabriendo las casas del pueblo”, señalan en su equipo.

“El PSOE no es un partido de videoconferencias ni de Zoom, es un partido de estar en la calle, de piel, tocar, de verse, de reconocerse”, dicen fuentes próximas a Díaz. Esa es su nueva misión. Desde el bando de sus adversarios le restan cualquier credibilidad. “Nadie va a creerse a la nueva Susana porque tiene una historia detrás difícil de olvidar”, señalan fuentes del PSOE en la renovación de Andalucía. No creen, insisten, en que Díaz llegue hasta el final. “Se retirará”, insisten, “está sola”. Hasta que eso ocurra, si ocurre, ella seguirá sumando kilómetros.

La batalla en el PSOE andaluz ha comenzado. Oficialmente será después del congreso federal, fijado a mediados de octubre, cuando el partido celebre el cónclave regional más convulso de todos cuantos se esperan, el que enfrentará, si nada cambia, a Susana Díaz en primarias con el alcalde de Sevilla, Juan Espadas, avalado por Ferraz para tomar el control del partido.

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