La pesadilla de Moreno Bonilla
El presidente andaluz confía en una vacuna para la próxima primavera que pueda dar confianza y permita la recuperación de la economía andaluza
Juan Manuel Moreno Bonilla (Barcelona, 1970) vivió el pasado año un sueño. No solo consiguió convertirse en el primer presidente de la Junta de Andalucía de nuestra democracia de un partido distinto al PSOE —lo cual ya de por sí le garantiza un hueco en los libros de historia— sino que la evolución política, económica y social de la comunidad fue tan positiva que en más de una ocasión tuvo que pellizcarse para comprobar que estaba despierto.
A nivel político, su figura moderada le permitió consolidarse rápidamente entre los andaluces mientras su principal rival, Susana Díaz, se desgastaba a gran velocidad por sus cuitas internas y sus problemas externos. Moreno Bonilla consiguió un pacto de gobierno con Ciudadanos y el apoyo externo de Vox, que le garantizó la estabilidad política necesaria para gobernar y también para aprobar dos Presupuestos en el Parlamento, los de 2019 y 2020. Además, su consejero de Hacienda, Juan Bravo, pudo presumir de coger las cuentas heredadas de la ahora ministra María Jesús Montero y darles la vuelta hasta ser la única comunidad española que cumplió con las tres reglas de estabilidad presupuestaria, deuda pública y regla de gasto del pasado ejercicio.
A nivel económico, los datos tampoco podían ir mejor. Durante 2019, Andalucía despertó un enorme interés e ilusión entre los empresarios españoles y extranjeros, a los que el presidente andaluz mandó un mensaje claro de 'puertas abiertas' a la inversión. Gracias a ello, Andalucía captó en 2019 un total de 836 millones de inversión directa, un 82% más, mientras en el conjunto de España caía la inversión un 55%.
Los datos turísticos volvieron a batir un nuevo récord tanto en visitantes (32,5 millones) como en ingresos (21.800 millones de euros), las exportaciones se consolidaban por encima de los 31.000 millones, los datos del paro se redujeron levemente (10.500 parados menos)…
Moreno Bonilla se tomó las uvas de Nochevieja con su mejor sonrisa, convencido de que sus planes para Andalucía se le quedaban cortos una vez vistas las posibilidades de la región en esos 12 primeros meses.
Los datos económicos de Andalucía 2019 mostraron una tendencia muy positiva que se han esfumado con la pandemia
Sin embargo, nueve meses después de aquel brindis por 2020, el presidente reconocía ayer que este año está viviendo una “pesadilla que nos ha puesto todo patas arriba”. Como el propio presidente andaluz explicaba esta semana en una entrevista en El Confidencial, este mes ha tenido que ver un auténtico rosario de manifestaciones ante sus puertas de todo tipo de sectores, desde feriantes a hosteleros, desde técnicos de eventos al ocio nocturno, desde el sector aeronáutico a los agricultores…
Moreno Bonilla vive pendiente de los datos de la pandemia —prioridad absoluta en una situación como esta— mientras hace malabares para que la crisis económica no afecte de lleno las posibilidades de futuro de la región. Según sus cuentas, si en primavera hubiera una vacuna, Andalucía puede reactivarse económicamente… En caso contrario, tendrá que preparar, como mínimo, un plan B.
Mientras tanto, sigue mandando mensajes a los empresarios andaluces y a los inversores nacionales e internacionales de que la pandemia “no ha cambiado la determinación de este Gobierno de convertir Andalucía en una de las comunidades más atractivas para la inversión”.
Ayer, lo volvió a hacer en el foro Andalucía Investors Day, organizado por El Confidencial en el Pabellón de Marruecos en Sevilla, donde pudo reunirse con medio centenar de grandes empresarios y directivos de la región, quienes también evitaron caer en el pesimismo y trasladaron un mensaje de incertidumbre pero también de oportunidades. Las medidas anticovid también han transformado estos eventos, que ahora se hacen restringidos, lo que obliga al presidente andaluz a redoblar sus esfuerzos para multiplicar los mensajes, aunque por otra parte le evite la cola de empresarios acercándose a preguntar aquello de "qué hay de lo mío".
Curiosamente, fueron algunos de los ponentes procedentes de fuera de Andalucía los que con más énfasis defendían las buenas condiciones objetivas existentes para el futuro de esta región. “Más de ocho millones de habitantes; 500.000 empresas; cinco aeropuertos internacionales; 10 puertos, incluido el mayor del Mediterráneo (Algeciras); 2.000 compañías extranjeras; 11 universidades; 11 parques científicos y tecnológicos, y 30 centros de innovación… Andalucía no es una región que pueda quedarse atrás. Es más, debería estar entre las primeras”, enfatizaba Pablo Simón, responsable de la multinacional BDO.
El presidente andaluz abandonó el evento para acudir en San Telmo al consejo de gobierno, donde su Ejecutivo aprobó nuevas medidas restrictivas y el confinamiento del municipio sevillano de Casariche. Mientras, seguirá confiando en que 2021 le permita volver a despertar de esta pesadilla y volver a soñar.
Juan Manuel Moreno Bonilla (Barcelona, 1970) vivió el pasado año un sueño. No solo consiguió convertirse en el primer presidente de la Junta de Andalucía de nuestra democracia de un partido distinto al PSOE —lo cual ya de por sí le garantiza un hueco en los libros de historia— sino que la evolución política, económica y social de la comunidad fue tan positiva que en más de una ocasión tuvo que pellizcarse para comprobar que estaba despierto.