La afiliada anónima de Cs que ha puesto en jaque el 'dedazo' de Rivera en Andalucía
Una ingeniero industrial de Huelva logra el 23% de los votos en las primarias de Cs en Andalucía tras aglutinar a los descontentos con el aparato del partido, que apostó en bloque por Juan Marín
¿Cómo puede ser que una afiliada sin ningún tipo de cargo público, proyección ni respaldo del aparato pueda conseguir el 23% de los votos en unas primarias teledirigidas desde Madrid para hacerlas a la medida de Juan Marín, candidato de Ciudadanos en Andalucía? La razón es clara: hay un sector del partido que está muy enfadado con el ‘dedazo’ de Albert Rivera. Eso sí es nuevo.
Elena Bago, ingeniera industrial y afiliada de Ciudadanos desde que el partido empezó a funcionar en Huelva en 2015, ha aglutinado un 23% del 33% de descontentos que han decidido expresar su rechazo a Juan Marín como candidato en Andalucía. Surgieron hasta 14 candidatos. Todos anónimos. Bago era una ‘outsider’ más. Un dato: tiene 75 seguidores en su cuenta de Twitter. No ha ocupado nunca un cargo público ni orgánico, pero cuando Madrid convocó, hace apenas dos semanas, las primarias exprés que iban a encumbrar a Marín como candidato sin rivales de peso, empezó a recibir llamadas que la animaban a dar el paso y no se lo pensó.
No era una 'outsider' más
A la vez, en las redes sociales se movían mensajes que invitaban a todos los indignados con la ‘operación Marín’ a dar el apoyo a esta candidata. Era voto protesta. Elena Bago se había presentado como compromisaria a la cuarta asamblea nacional de Cs, en febrero de 2017. Fue la única opción no oficialista que logró sitio. Obtuvo 474 votos. Quedó la tercera, por debajo de Luis Salvador (680 votos). Hizo agenda, cogió teléfonos y quedó ahí. Hasta que Madrid anunció que habría primarias en Andalucía.
Entonces comenzó a sonar su móvil. Ella no quiere presentarse "como anti-Marín" porque asegura que lo único que pide es un cambio de estrategia. De hecho, este lunes oyó al candidato a las andaluzas, junto a Rivera e Inés Arrimadas, que serán las estrellas de la campaña de las autonómicas, decir justo lo que ella venía pidiendo. Que hasta aquí se ha llegado, que a partir de ahora, Ciudadanos tiene que emprender un cambio de estrategia frente al PSOE.
Bago confía, asegura en una conversación con El Confidencial, en que Juan Marín la llame y cuente con ese 33% de militantes que han votado para expresar su descontento. “Claro que espero que me llame. Ese 33% es un número muy importante al que debería tener en cuenta”, asegura.
Los críticos piden integración
Había muchos afiliados de Ciudadanos en Andalucía que llevaban mucho tiempo trabajando para que Luis Salvador, exsocialista y diputado de Cs por Granada, encabezara una corriente crítica y se convirtiera en candidato. Él lo abonó y contaba con apoyos en todas las provincias. Se había postulado y tenía ya un largo camino recorrido. En el partido cundía la sensación de que fue acertado allanar la investidura de Susana Díaz pero que hacía falta un cambio de rumbo, una oposición más dura frente al PSOE, menos complaciente, más dedicada a ocupar el espacio de centro derecha y de dejar de aparecer como muleta de un PSOE que cumplirá si vuelve a ganar 41 años de forma ininterrumpida en el poder en Andalucía.
Cuando se convocaron las primarias, la dirección de Ciudadanos en Madrid ya tenía cerrado que Salvador se había comprometido a una retirada. Distintas voces de la ejecutiva nacional habían comentado que contaban con su “lealtad”. Era un candidato con muchas aristas y que no inspiraba la suficiente confianza al equipo de Albert Rivera como para poner el partido patas arriba a pocos meses de las andaluzas, explicaron. Forzaron su retirada invitando amablemente a que esperara.
Según fuentes de Cs de la máxima solvencia, aunque Juan Marín jugó al despiste y aseguró que se había enterado por la prensa de estas primarias, sí sabía que iban a convocarse. Es más, hasta sabía que se convocaban porque ningún rival con posibilidades iba a concurrir frente a él. Así lo había pedido.
Encuestas muy favorables
A Marín le han ayudado las encuestas. Los sondeos dan hasta 23 diputados a un partido que tiene ahora mismo ocho de los 109 del Parlamento andaluz. Logró nueve, pero una parlamentaria acabó en el grupo de no inscritos. Dicen las encuestas que podrían ser segunda fuerza en Andalucía, por delante del Partido Popular. Albert Rivera ha oído a muchos cargos andaluces de su partido pedirles que buscara a alguien de “más tirón, con más recorrido, con más fuerza”. Lo pensó. Incluso tanteó algunas alternativas, pero ninguna era lo suficientemente sólida como para darle la vuelta al partido como un calcetín cuando todo apunta a que Susana Díaz convocará para este otoño. Presentarían a Marín y él y Arrimadas protagonizarían la campaña, concluyeron.
Rivera exploró alternativas a Marín, pero ninguna era tan sólida como para arriesgarlo todo a escasos meses de las elecciones
El resultado no deja de ser muy interesante en un congreso que estaba convocado para ser ganado a la búlgara. La participación ha sido del 55%, baja, pero podría haber sido mucho peor. Como Madrid contaba con el poco entusiasmo que despertaba Marín, decidió unir las primarias del candidato a la presidencia de la Junta con las de las cabezas de lista por seis de las ocho provincias (excepto Huelva y Jaén, donde hay menos afiliados). No se había hecho antes así ni estaba previsto en un principio, reconocen desde la ejecutiva nacional.
No ahondar en la división interna
Luis Salvador pactó su retirada y grabó un audio en el que daba la versión oficial: no se presentaba para no ahondar en la imagen de división interna en el partido. No reveló todo el acuerdo. A cambio se garantizó señalar a la número uno por Granada, María del Mar Sánchez, que ha obtenido el 78% de los votos. Pese a lo pactado, Marín impulsó a otro candidato alternativo en esa provincia. ‘Vengaba’ así la marcha del diputado José Antonio Funes, que anunció que "por razones personales" se iba, cuando desde Madrid le comunicaron que no sería cabeza de cartel. Salvador dio su apoyo expreso a Juan Marín, como le pidió la dirección, pero los suyos consideran que “no ha habido juego limpio”. Son los propios afines a Marín los que van jactándose públicamente de que a Salvador “no lo han dejado presentarse”, violando el pacto sellado con José Manuel Villegas y Juan Carlos Girauta.
La diputada por Almería Marta Bosquet, mano derecha de Marín en el Parlamento, estuvo a punto de quedar fuera de las listas
La diputada más cercana a Marín, la almeriense Marta Bosquet, su mano derecha en el Parlamento, ha obtenido el resultado más bajo de las primarias (54%). Estuvo a punto de no salir. Otro síntoma claro del enfado. Alguien con tanto prestigio social como Javier Imbroda, entrenador de baloncesto, fichaje estrella para reforzar la candidatura de Marín y neutralizar a los críticos, que en Málaga son mayoría, se ha quedado en el 65%. En este caso, analizan dirigentes del partido, Imbroda ha sido solo un damnificado más de una jugada que indignó muchísimo a los afiliados andaluces. Fue un independiente elegido directamente por Rivera sin contar con la militancia y de cuyo fichaje se enteraron por Twitter. “Hay mucha gente que lleva mucho tiempo trabajando y esto no van a perdonarlo”, explica un dirigente provincial. “Es una estrategia a la que se opone mucha gente y al final se han hecho un lío”, admite otro diputado.
Rivera ha dado por comenzada la campaña. La harán él e Inés Arrimadas junto a Juan Marín. Ya se ha enfrentado con Susana Díaz, que le ha respondido. La contienda está abierta, pero aún queda por ver si este cierre de filas en falso alrededor de Juan Marín dará problemas. La ‘operación Marín’, que los críticos bautizan como “salvar a Juan Marín”, no ha sido tan fácil como pensaban.
¿Cómo puede ser que una afiliada sin ningún tipo de cargo público, proyección ni respaldo del aparato pueda conseguir el 23% de los votos en unas primarias teledirigidas desde Madrid para hacerlas a la medida de Juan Marín, candidato de Ciudadanos en Andalucía? La razón es clara: hay un sector del partido que está muy enfadado con el ‘dedazo’ de Albert Rivera. Eso sí es nuevo.