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291 amaños, corderos y votos: el fraude del partido pro-Marruecos para robar Melilla
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INVESTIGACIÓN JUDICIAL

291 amaños, corderos y votos: el fraude del partido pro-Marruecos para robar Melilla

Una investigación de la Policía Nacional revela que el partido promarroquí y promusulmán Coalición por Melilla adulteró adjudicaciones públicas para generar dinero negro y comprar hasta 8.000 votos por correo en las elecciones municipales

Foto: Imagen de la cúpula de CPM en la "base" clandestina del partido captada por una cámara de seguridad. (EC)
Imagen de la cúpula de CPM en la "base" clandestina del partido captada por una cámara de seguridad. (EC)
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La Policía Nacional evitó en el último instante un pucherazo histórico de consecuencias impredecibles. Las diligencias del Juzgado de Instrucción número 2 de Melilla sobre una presunta trama de compra masiva de votos por correo en las pasadas elecciones municipales han desvelado que el partido promusulmán y promarroquí Coalición por Melilla (CPM) utilizó una "mecánica industrial" para adquirir al menos 8.000 votos, el 26% de todos los que se emitieron finalmente.

Un dispositivo policial días antes de los comicios impidió que esas papeletas llegaran a las urnas. CPM, socio del PSOE en la anterior legislatura, habría podido reeditar ese pacto en una posición de máxima fortaleza e incluso coquetear con la mayoría absoluta en un momento de máxima presión de Marruecos sobre el enclave norteafricano.

Según el sumario del caso, al que ha tenido acceso El Confidencial, el dinero para financiar la recolección de votos salió del amaño de hasta 291 adjudicaciones públicas concedidas precisamente por el anterior Gobierno autonómico de CPM y PSOE. Los contratos bajo sospecha sumarían 6.148.379 euros, según informes de la Unidad de Drogas y Crimen Organizado (Udyco) y la Unidad contra la Delincuencia Económica y Fiscal (UDEF).

El dinero negro se distribuía entre simpatizantes del partido para que captaran adhesiones en los barrios más deprimidos de Melilla, sobre todo, entre personas desfavorecidas o mayores. Por cada una se pagaban entre 50 y 200 euros. Los intermediarios se colocaban habitualmente en las puertas de los supermercados. También consiguieron apoyos con subvenciones públicas, empleos en la administración pública y regalando corderos a decenas de musulmanes para la fiesta más importante del calendario islámico.

El presunto cabecilla de la trama era Mustafa Hamed Moh Mohamed, más conocido como Mustafa Aberchan, histórico líder de CPM. El pasado 5 de marzo se produjo la segunda fase de las actuaciones policiales y fueron detenidos otros 33 implicados. Ese día, Aberchán, cirujano en el Hospital Comarcal de Melilla, se encontraba casualmente en un congreso médico en Cantabria. Fue arrestado por tráfico de influencias, fraude en la contratación y pertenencia a organización criminal.

placeholder Extracto del sumario. EC
Extracto del sumario. EC

El dirigente musulmán ya fue condenado en 2008 por la compra de votos y estaba inhabilitado para el sufragio pasivo hasta septiembre de 2023, pero las escuchas telefónicas, las vigilancias y numerosos testimonios demuestran que seguía ejerciendo de caudillo de CPM. Impartía órdenes políticas a los consejeros del partido, presionaba a funcionarios para manipular licitaciones, repartía los contratos entre afines a la formación y comandaba la compra de votos.

"La organización criminal ha financiado e intentado el mayor fraude electoral conocido de la democracia española", alertan los agentes en uno de los atestados. El objetivo de la red era el poder político, pero, por el camino, habían socavado el "Estado de Derecho desde dentro de las instituciones (…) para acabar con el sistema democrático".

Aberchán formaba parte del denominado Escalón A, un nivel integrado también por consejeros autonómicos del partido y otros altos cargos de CPM. "Eran los encargados de la dirección política, de la adjudicación de la contratación fraudulenta, así como de la dirección de todo el entramado. Sus funciones de campo se limitan a personarse en los barrios deprimidos para aparentar cercanía con los ciudadanos desfavorecidos y, la vez, dar seguridad a la petición del voto, pero sin implicarse directamente en la compra".

Foto: El presidente de Coalición por Melilla (CPM), Mustafa Aberchán. (EFE/P. Sánchez)

Por debajo se encontraba el Escalón B, ocupado por "adjudicatarios de contratación pública millonaria, de máxima confianza de los miembros del Escalón A e incluso familiares, muchos de ellos con múltiples antecedentes y vínculos con el crimen organizado, que no escatiman en el uso de la violencia y la intimidación para sus fines", refleja el sumario.

En el siguiente nivel, el Escalón C, había simpatizantes de CPM que residían en barrios marginales. "Los votantes de dichos barrios los temen por saber de sus antecedentes penales (…) Suelen convencer sobre todo a personas mayores con baja cultura y forzar a jóvenes callejeros y drogodependientes, sabedores de la indefensión que todos ellos presentan", exponen los investigadores.

El último escalafón era el D. Actuaba como "escoba", recogiendo directamente las papeletas en las calles y recibiendo una recompensa en función del volumen cosechado. "Son varios varones por cada barrio marginal, a fin de abarcar todo el espectro". Después, los votos eran entregados para su custodia los miembros de los escalones B y C.

Foto: El presidente de Coalición por Melilla (CPM), Mustafá Aberchán, en una imagen de archivo. (EFE)

Según los agentes, los hechos "no hubieran sido viables si no existiese detrás de ellos una potente organización". Como ejemplo, explican que "los integrantes del escalón D no llegaban a tener contacto con el A". En una de las conversaciones intervenidas, dos jerarcas de CPM admiten que hay “8.000 votos que ya no están en sus manos”.

El partido trató de recuperarlos hasta el último momento, obligando a los ciudadanos a acudir presencialmente a los colegios electorales el día de los comicios. Al final solo consiguió 5.557 votos, la mitad de los 10.472 que obtuvo en 2019 y que le permitieron gobernar en coalición con el PSOE. Esa diferencia lleva a la Policía a sospechar que la mecánica descubierta ya fue usada por CPM en aquellas elecciones.

Los díscolos se exponían a palizas. El sumario relata el caso de un joven que se acercó el 4 de marzo de 2023 a la candidata de CPM en las últimas municipales, Dunia Al Mansouri Umpierrez, para recriminarle "que no hubiera cumplido con su promesa de darle trabajo a sus familiares en la anterior legislatura". Acompañantes de Al Mansouri se abalanzaron automáticamente contra el joven para "golpearle, causándole una lesiones de gravedad extrema, teniendo que ser evacuado a Málaga". "La víctima acabó renunciado a la denuncia por el miedo a las represalias", señalan los agentes.

Foto: Panorámica de la ciudad de Melilla, con los montes de Marruecos al fondo. (EC)

Se ha contabilizado otra veintena de episodios similares. Dos de los matones más activos de CPM eran precisamente un yerno de Aberchan, Abdelilah Nasiri, y un hermano de este, Salah-Adine Nasiri El Bakari. "La organización criminal, durante estos últimos cuatro años, ha hecho uso de medios violentos, con coacciones, amenazas, agresiones y demás comportamientos delincuenciales, tanto en lo relativo a las personas que disentían de sus objetivos, como a los funcionarios de la Comunidad Autónoma de Melilla, que intentaba desarrollar su función, como a los propios votantes", resume otro de los informes. No dudaban en quemar coches o propiedades para amedrentar a sus dueños.

Aberchan intervino directamente en la manipulación de concursos. A finales de 2022, el director general de Arquitectura de la ciudad, L.L.G., fue conducido a una cafetería. Dentro estaba esperando el dirigente musulmán. Este habría pedido al director general que la "demolición del Cuartel de Santiago se realizara por el procedimiento de emergencia" o, en su defecto, "lo más rápido posible". El presupuesto de la obra ascendió a 1,2 millones de euros.

Las decisiones importantes se tomaban en un local en el número 66 de la calle Farhana que llamaban "la base". Allí se planificaban los amaños, se reunían con empresarios y se impartían instrucciones políticas. Entre las licitaciones manipuladas figura un concierto del cantante Morad en 2023, contrataciones de ambulancias, implantación de puntos de recarga para coches eléctricos en aparcamientos municipales, obras en edificios públicos y trabajos de mantenimiento de aceras y viales.

Las pesquisas han apuntalado la estrechísima vinculación de la red con Marruecos. Muchos de los investigados tienen nacionalidad española, pero conservan el pasaporte marroquí y tienen propiedades y cuentas en ese territorio. “La existencia de entramados financieros ligados a la cercanía con Marruecos es notoria, por lo que deben ser investigados los flujos financieros hacia el país vecino”, recomienda la Policía.

La Policía Nacional evitó en el último instante un pucherazo histórico de consecuencias impredecibles. Las diligencias del Juzgado de Instrucción número 2 de Melilla sobre una presunta trama de compra masiva de votos por correo en las pasadas elecciones municipales han desvelado que el partido promusulmán y promarroquí Coalición por Melilla (CPM) utilizó una "mecánica industrial" para adquirir al menos 8.000 votos, el 26% de todos los que se emitieron finalmente.

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