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Sánchez gana tiempo en Moncloa mientras Puigdemont sostiene el desafío: "Ahora, la autodeterminación"
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Montero tiene las cuentas esbozadas

Sánchez gana tiempo en Moncloa mientras Puigdemont sostiene el desafío: "Ahora, la autodeterminación"

El Gobierno se vuelca ya en aprobar los Presupuestos, apoyado por sus socios, tras la última cesión a Junts para aprobar la amnistía. El acuerdo desata la carrera independentista hacia las elecciones de Cataluña

Foto: Bolaños ofrece declaraciones a los medios sobre el acuerdo para la ley de amnistía. (Europa Press/Eduardo Parra)
Bolaños ofrece declaraciones a los medios sobre el acuerdo para la ley de amnistía. (Europa Press/Eduardo Parra)
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El PSOE ha logrado desbloquear la ley de amnistía después de un camino lleno de obstáculos. Para el ministro de Presidencia, Félix Bolaños, es un "motivo de orgullo", pero en la travesía los socialistas se han dejado varias heridas en forma de cesiones a Junts per Catalunya. Es el precio a pagar insuflar vida a la legislatura que ha arrancado a trompicones y que ahora puede poner las luces largas, al menos, hasta las elecciones catalanas previstas para principios del año que viene. Pero la estabilidad que, en teoría, gana, no se antoja plácida. Horas después del acuerdo, Carles Puigdemont lo ha celebrado con un tuit en el que agradece la "disposición del PSOE", pero también avanza que no tiene intención de parar ahí. "Ahora, la autodeterminación. Tenemos todo el derecho a continuar el proceso de independencia", afirmó en su cuenta de X. Horas antes, el presidente Aragonés aseveró: “La amnistía es un reconocimiento de que la represión ha sido ilegítima”

La entente de los socialistas con los independentistas catalanes tiene un doble objetivo. El primero, y obvio, es sacar adelante la ley sobre la que ha girado este primer capítulo de la legislatura. El segundo es dar aire al Gobierno de Pedro Sánchez que, como ha admitido él mismo, "no pasa por el mejor escenario" después del estallido del caso Koldo. "Un Gobierno que pueda gobernar con tranquilidad", dijo el portavoz parlamentario del PSOE, Patxi López, el miércoles por la noche, en su valoración del desbloqueo de la amnistía. El tuit de Puigdemont ya tuvo un avance por la mañana, cuando Jordi Turull avisó de que la amnistía es "un punto de partida". Y en este asunto hay consenso entre los independentistas a pesar de que sus relaciones no son las mejores. La portavoz adjunta de ERC, Teresa Jordà, también expresó al aprobarse la amnistía que ahora la negociación con el Gobierno entra "en una nueva fase" y el puerto de destino debe ser la independencia.

"Lo que corresponde es negociar pieza a pieza, no dar nada por aprobado y abordar todas las cuestiones", continua el tuit del expresident, que alude a los Presupuestos Generales del Estado, pero también "al reconocimiento nacional". La primera parada es una prioridad para Sánchez. La segunda, una línea roja. Pero el Ejecutivo ha demostrado que es capaz de moverse en función de la necesidad.

Moncloa y Ferraz entraron en estado de shock el pasado 30 de enero, cuando los de Carles Puigdemont tumbaron la ley que ellos mismos exigieron para hacer presidente al líder socialista. Un mes después en los cuarteles generales del PSOE vuelven a estar aturdidos por el resurgimiento de la sombra de la corrupción. Tiene sentido el desconcierto. Sánchez llegó al poder aupado por una condena por corrupción al PP y haciendo bandera de la lucha contra esa lacra. Ese pecado original es la causa que explica la celeridad con la que el PSOE fulminó a José Luis Ábalos por ser quien elevó a Koldo García Izaguirre en el organigrama del Ejecutivo. "Este Gobierno ha actuado de manera inmediata, conntudente y ejemplar", dijo el presidente del Gobierno desde Brasilia, en una comparecencia junto a Luiz Inazio Lula da Silva, con quien se reunió con motivo de un viaje oficial a Brasil y Chile. Pero eso no parece suficiente cuando el goteo de informaciones sobre la trama y la presión del PP no tienen visos de amainar.

Por eso en Moncloa y Ferraz miran a la amnistía casi como una vía de escape. En el independentismo consideran que es eso lo que ha provocado los movimientos del PSOE, que en público se han producido, al menos, en cuestión de 24 horas. El lunes, la dirección socialista aseguraba que las posiciones respecto al delito de terrorismo estaban intactas. Al día siguiente Pilar Alegría no quiso pronunciarse en ningún sentido en la comparecencia posterior al Consejo de Ministros. Y fue Sánchez, desde el avión a Brasil, quien admitió al poco tiempo que habría cambios en la redacción del texto para dar "más garantías" a los independentistas y blindarse el apoyo al texto.

La revelación de las enmiendas acabó por confirmar que los delitos más graves, el terrorismo y la traición, quedarían vinculados en la ley a la normativa europea y no al Código Penal español. Se trata de una nueva concesión a Junts, que se da por satisfecho por tener esta salvaguarda. Consideran que así podrán "defenderse", en palabras de Gonzalo Boye, abogado de Puigdemont, en los tribunales europeos si los magistrados españoles optan por no aplicar la ley de amnistía con figuras como el propio expresident. Es llamativa la diferencia que hay entre la reacción de los neoconvergentes, plenamente satisfactoria, y los paños calientes de ERC, que asegura que los cambios son "estéticos" y que la solidez del texto es la misma que hace un mes y medio. "La ley afectaba a todo el mundo entonces y también ahora", defendió la portavoz republicana en la comisión de Justicia, Pilar Vallugera.

Esta diferencia de reacciones es una muestra de la competición que mantienen ERC y Junts desde hace ya más de una década y que ahora se verá en el proceso de aprobación de los Presupuestos Generales del Estado. Las cuentas de 2024 son el siguiente paso que quiere dar Pedro Sánchez en su intento por hacer ver que la legislatura puede durar hasta 2027. La novedad en este proceso es el papel de los neoconvergentes, pero la disposición de la mayoría de la investidura a sacar adelante unas cuentas es manifiesta. El PNV quiere que haya unos PGE que le sirvan de impulso a sus acuerdos con el PSOE y para los socialistas y Sumar son clave para el despliegue territorial.

Foto: Santos Cerdán, en su escaño en el Congreso de los Diputados. (Europa Press/Fernando Sánchez)

María Jesús Montero, titular de Hacienda, tiene parte del trabajo hecho. La negociación de la investidura incluyó acuerdos con los socios que incluían compromisos con reflejo presupuestario. Los ministerios tuvieron hasta el 11 de diciembre para remitir sus peticiones a Hacienda y luego comenzaron las conversaciones entre PSOE y Sumar, que no se han detenido pese al parón que supuso el batacazo de amnistía. Y ya hay negociaciones con los socios, ya que la intención de Montero era llegar a la presentación del texto con parte de los apoyos atados para evitarse nuevas votaciones con intriga hasta última hora.

No será un camino de rosas, pero los socialistas tienen la tranquilidad de que su principal dolor de cabeza ahora, el caso Koldo y sus ramificaciones, no ha generado un rechazo manifiesto por parte de sus socios de investidura. La estabilidad es un valor más importante para el PNV, sobre todo con la precampaña de las elecciones vascas en marcha y con Bildu pisándole los talones. El ruido llega desde el otro lado del hemiciclo, ya que el PP no ha bajado el pistón de sus críticas. El nuevo acuerdo del PSOE con Junts y ERC ha encendido a los populares, que incluso han flirteado con la posibilidad de mandar al traste la negociación para renovar el CGPJ ahora que está visada por la Comisión Europea.

El PSOE ha logrado desbloquear la ley de amnistía después de un camino lleno de obstáculos. Para el ministro de Presidencia, Félix Bolaños, es un "motivo de orgullo", pero en la travesía los socialistas se han dejado varias heridas en forma de cesiones a Junts per Catalunya. Es el precio a pagar insuflar vida a la legislatura que ha arrancado a trompicones y que ahora puede poner las luces largas, al menos, hasta las elecciones catalanas previstas para principios del año que viene. Pero la estabilidad que, en teoría, gana, no se antoja plácida. Horas después del acuerdo, Carles Puigdemont lo ha celebrado con un tuit en el que agradece la "disposición del PSOE", pero también avanza que no tiene intención de parar ahí. "Ahora, la autodeterminación. Tenemos todo el derecho a continuar el proceso de independencia", afirmó en su cuenta de X. Horas antes, el presidente Aragonés aseveró: “La amnistía es un reconocimiento de que la represión ha sido ilegítima”

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