El PSOE rastrea barrio a barrio en busca de abstencionistas y desencantados con Rueda

En el primer capítulo de Alter ego, la serie documental de RTVE sobre inteligencia artificial, Plácido Doménech, divulgador y especialista en la IA, apunta a un futuro en que las decisiones de la humanidad estarán en manos de este superconocimiento sintético. Será "inevitable", dice, desarrollar una inteligencia no un millón de veces más inteligente que un ser humano, sino un millón de veces más inteligente que todos los seres humanos. Y la pregunta, explica, no será si nos gobierna un partido u otro, sino una superinteligencia con unos criterios u otros.

Parece ciencia ficción, pero el mundo se enfrenta a su mayor cambio tecnológico y nada escapa a esa transformación. ¿Nos gobernará la IA? ¿Asesorará a un presidente del Gobierno? Aún lo desconocemos. Pero lo que sí sabemos es que los datos son oro puro en estos tiempos. Y que nunca como ahora ha sido posible influir en el estado anímico de los electores, a favor de tus siglas y en contra del adversario.

El PSOE necesita que los votantes progresistas despierten para elevar sus opciones en las elecciones gallegas del próximo 18 de febrero. Y para hacerlo volverá a recurrir al software Tesela, en el que invirtió 600.000 euros y cuyo responsable es Aleix Sanmartín, que asesora al PSOE desde diciembre de 2022. En ausencia de Iván Redondo y con Narciso Michavila en plena penitencia, es el consultor de moda. Su contribución fue decisiva para la mayoría absoluta de Juanma Moreno en Andalucía.

Con él en nómina, los socialistas se estrellaron de manera estrepitosa en las autonómicas, pero remontaron contra todo pronóstico en las generales. Ahora la meta es derribar la mayoría absoluta popular en Galicia. Pedro Sánchez está especialmente motivado, porque piensa que si Alberto Núñez Feijóo pierde en su feudo, su liderazgo quedaría herido de muerte y el PP entraría en crisis.

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El PSOE sale a por todas, a pesar de que los sondeos no reflejan con ninguna contundencia que sea posible una suma de la izquierda. Y ahí entra en juego Tesela y el rastreo barrio por barrio del comportamiento del voto. "Nuestra herramienta informática es potente", admiten los socialistas, pero, matizan, "no es nada sin el análisis político humano".

Se aferran a que en Galicia hay un sustrato que les vota en las generales y en las municipales, pero al que no logran captar en las autonómicas. Sacar a esos electores de la madriguera es para ellos la clave de estos comicios. Y los van a buscar casi edificio a edificio. Fuentes socialistas explican que han analizado y comparado los datos, "código postal a código postal". Para comprobar qué zonas o municipios tienen una mayor diferencia de votos en las distintas citas electorales.

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Con esa información, se envían mensajes segmentados,"microcampañas" para públicos muy específicos, en publicidad digital y en medios. Y, a la vez, se refuerzan los actos públicos a pie de calle y la propia acción de la agrupación del PSdG. Un alud de señales destinadas a la movilización del votante de izquierdas para que el porcentaje de participación se asemeje al de unas generales y unas municipales.

"Si la Xunta de Galicia abandona la sanidad pública, en especial la sanidad rural, nosotros ponemos el acento en las zonas afectadas", explican fuentes del partido. Esto es lo que Sanmartín, experto en reconocer las debilidades del adversario y mostrarlas sin piedad, denomina "comunicación de guerrilla". El estudio previo es fundamental para ofrecer "soluciones" a los vecinos y transmitir también los fallos del contrario. Porque con lo micro se construye lo macro. Según los socialistas, el último escaño está en juego en las cuatro circunscripciones gallegas y dónde caigan puede decidir si Alfonso Rueda reedita la mayoría.

El PSdG, aunque fortalecido por la candidatura a la Xunta de José Ramón Gómez Besteiro, tiene un problema endémico. El galleguismo ha sido patrimonializado por el PP y salvo la etapa de Emilio Pérez Touriño, entre 2005 y 2009, no ha habido un presidente socialista. Y eso, pese a que en los últimos años los gallegos han respaldado al PSOE en sus momentos de mayor éxito. Se impuso al PP en las elecciones generales de abril de 2019, aunque luego solo lo igualó en las de noviembre.

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Pero Feijóo barrió el 23-J y logró en su tierra el 43,58% de los votos (712.881) y 13 diputados. Sánchez, el 29,76% (486.832) y seis escaños. La comparación con las autonómicas es dramática para el socialismo gallego. En 2020, 253.750 votos. Feijóo, entonces presidente de la Xunta, 627.762. Y al PSdG le pasó por delante el BNG. Y en 2016, En Marea.

Además, el último CIS no avala las pretensiones de Sánchez. El PSdG está estancado y el BNG, en ascenso, parece representar una nueva galleguidad, que hasta ahora solo simbolizaba el PP. El reto es titánico, sobre todo porque si no entra Sumar en el Parlamento, las opciones de la izquierda decaen notablemente. En Ferraz sostienen que la formación de Yolanda Díaz está "a décimas de quitarle dos escaños al PP". Justo, apostillan, "las que tiene Podemos". Desde el principio, cuando los morados dejaron Sumar y migraron al grupo mixto en el Congreso, la dirección socialista fue consciente de que el verdadero quebradero de cabeza de esa ruptura, a corto plazo, eran las gallegas.

Los socialistas encaran también el 18-F con la ley de amnistía como el gran tema nacional. Aunque su previsión es que no afecte "ni para bien ni para mal", el asunto está de total actualidad por la crisis con Junts y el aval del los fiscales a la acusación por terrorismo contra Carles Puigdemont. En el PSOE creen que estos temas pesan menos en las comunidades del norte que en Andalucía, Extremadura y las dos Castillas. En cualquier caso, el objetivo del PSdG es "centrarse en la gestión" de Rueda y vender que Galicia no pinta demasiado en el mapa nacional por la falta de ambición de los gobiernos del PP.

"En el PSOE creen que estos temas pesan menos en las comunidades del norte que en Andalucía, Extremadura y las dos Castillas"

Sánchez se ha volcado con Besteiro en la campaña y en las semanas previas. También se ha previsto la participación del líder del PSC, Salvador Illa. Y los ministros y miembros de la ejecutiva ayudarán a los cabezas de lista. Pero, a la espera de las capacidades políticas de la IA, no hay aún una herramienta informática capaz de sustituir el subidón emocional de un encuentro con los militantes o simpatizantes de un partido.

El PSOE cuenta con la superinteligencia del software de Tesela y posee también la joya electoral en que se ha convertido José Luis Rodríguez Zapatero. Su implicación en la campaña del 23-J fue vital para la remontada de la segunda semana. La previsión es que protagonice entre cuatro y cinco mítines. Empezó el martes en A Coruña y cerrará el 16 en Santiago, porque la sensación es que el 18-F "se puede dirimir los últimos siete días".

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Sánchez ha puesto toda la carne en el asador, a ver si logra que Feijóo salga chamuscado. Pero la gesta que persigue es complicada. Y en el PSdG, aunque la candidatura de Besteiro ha unido al partido y les ha subido la moral, piensan que les puede faltar tiempo. Que si se le hubiera nominado antes, con unos meses más de margen, existirían muchas más opciones para la alternativa progresista (BNG, PSdG más Sumar).

Con todo, el elemento fundamental es la participación. Debe acudir a las urnas más del 60% del censo para que "haya competición". Por eso es tan importante actuar en las zonas donde el voto de generales y municipales dobla al que consiguen en las autonómicas. "Galicia no es de derechas", defienden.