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El PP convierte a Bolaños en su bestia negra: "Está en todos los líos, no tendrá un buen año"
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OPOSICIÓN

El PP convierte a Bolaños en su bestia negra: "Está en todos los líos, no tendrá un buen año"

Génova personifica en el ministro de Presidencia y Justicia la concesión de la amnistía y centra en él las críticas. La ofensiva está planificada y se plantea de largo recorrido

Foto: El ministro de Presidencia, Justicia y Relaciones con las Cortes, Félix Bolaños. (EFE/JJ Guillén)
El ministro de Presidencia, Justicia y Relaciones con las Cortes, Félix Bolaños. (EFE/JJ Guillén)

A Génova no le cae bien Félix Bolaños. Han hecho bola desde la ruptura del último acuerdo para renovar el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), en octubre de 2022, y con Alberto Núñez Feijóo y su equipo asentados ya en el Congreso y el control absoluto del grupo parlamentario, el ministro de Presidencia y Justicia se ha convertido en su bestia negra. Alguien que concita una animadversión especial, aunque en términos futbolístico se vincula con el equipo a quien no se logra vencer.

Si Pedro Sánchez colocó a Óscar Puente, polemista vocacional, en el Ministerio de Transportes para, al margen de sus capacidades políticas, entretener a la derecha, ha errado el tiro. La fijación del PP es Bolaños y contra él centrarán gran parte de su actividad en la oposición. Fuentes del PP así lo confirman: "No nos han elegido para ayudarle a pasar un buen año".

En apenas unos meses desde el arranque de la legislatura, los datos ya avalan que el ministro, una de las personas de más confianza de Sánchez junto con la vicepresidenta primera, María Jesús Montero, está en la diana del PP. En la sesión de control de este miércoles, la primera de este periodo parlamentario, los populares le dedicaron cinco preguntas, formuladas todas por pesos pesados del grupo. La propia secretaria general, Cuca Gamarra, el portavoz, Miguel Tellado, y diputados con experiencia como Elías Bendodo, Rafa Hernando o Sergio Sayas. Y una interpelación después, también de Tellado, sobre "cómo piensa hacer compatible la continuidad de su legislatura con la prevalencia de la Constitución y del derecho europeo".

Para la dirección popular, Bolaños representa la amnistía, al ser una de las personas que negociaron con los independentistas, en su caso, sobre todo con ERC, ya que el interlocutor con Junts fue el secretario de Organización, Santos Cerdán. "Que no se preocupe por nosotros", señalan en la cúpula del PP, "al menos cuenta con el cariño y respaldo de los indepes, ante los que hace genuflexiones cuando la necesidad parlamentaria aprieta".

La dirección popular mantiene con el ministro un desencuentro previo que explica en parte esta animadversión. Negociaron con él el último acuerdo para renovar el CGPJ, el de 2022, pero saltó por los aires en las horas previas a su anuncio. Génova culpó a Bolaños de haber ocultado la reforma de la sedición, a pesar de que días antes Gamarra dijo públicamente que este asunto, que ya copaba la actualidad, no afectaría a las negociaciones. La versión del Gobierno es que Feijóo "no aguantó" la presión de quienes dentro y fuera del PP estaban en contra de pactar con Sánchez.

Esa herida no se ha cerrado y la prueba, además del marcaje parlamentario, es que Feijóo, en la reunión que tuvo con el jefe del Ejecutivo tras la investidura, donde acordaron dar una nueva oportunidad a la actualización del CGPJ, pero bajo tutela de Bruselas, le pidió que Bolaños no fuera el negociador. Sánchez se negó. "No es nada personal, solo cierta manía hacia los ministros mentirosos", afirman fuentes del PP sobre la decisión de colocar el foco en su cabeza en el Congreso y en el Senado. "No nos fiamos de él y por eso haría bien en no esperar gran cosa de nosotros".

Foto: Montero, junto a Alegría y Díaz, en el Consejo de Ministros. (EFE/J.J.Guillén)

La primera interpelación de la legislatura en la Cámara Baja ya fue a Bolaños por su intervención en los pactos con los partidos independentistas para mantener al Ejecutivo y su responsabilidad en el progresivo deterioro de las instituciones". Y ese mismo día Cayetana Álvarez de Toledo le preguntó por "cuál es la aportación exacta de la ley de amnistía a la convivencia entre españoles".

En la sesión de ayer, la artillería fue toda en la misma dirección. "¿Qué entiende usted por terrorismo?", le inquirió Tellado. "Hasta dónde van a ceder" para conservar la Moncloa, manifestó Gamarra. Bendodo optó por el "señalamiento a miembros de la carrera judicial". Hernando, por la trama rusa del procés. Y Sayas, por la España "habitable", posterior a la amnistía. El cuestionamiento del ministro de Presidencia y Justicia por parte del PP se reproduce de forma mimética en el Senado.

Fuentes populares lo justifican en que "la mayor parte de los líos que ha tenido Sánchez han sido con él de protagonista". Y, añaden, "en estos días en que el Gobierno quiere doblar el brazo a jueces y fiscales, él es el señor X". Casualmente, Bolaños y Esteban González Pons, su interlocutor en el PP, se reúnen el lunes en Bruselas con el comisario de Justicia, Didier Reynders, como árbitro, para intentar otra vez renovar el CGPJ y cambiar el sistema de elección, que es la exigencia de Génova. El clima muy cordial no podrá ser, salvo que Reynders sea un anfitrión nato.

Foto: Félix Bolaños, a su salida del Tribunal Supremo. (Europa Press/Alberto Ortega)

No obstante, a pesar de la andanada de preguntas, el ministro salió totalmente vivo. No solo no acusó las cargas, sino que pareció disfrutar, convertido en el centro de atención. Y eso que no es uno de los miembros del Ejecutivo o del PSOE que destaquen por su virulencia verbal o sus malas formas contra la oposición. "Se ha defendido con solvencia y ha aguantado muy bien el bombardeo", apunta un diputado. "Lo ha hecho muy bien, muy bien". "Se cree lo que dice y lo ha dejado todo muy claro", indica otro. Sus intervenciones, ratifican, "se han comentado en el grupo".

Bolaños incluso replicó al PP que por qué no consideró terrorista a Junts cuando en verano se reunió con dirigentes independentistas para sondear su apoyo a una investidura de Feijóo. Los populares, consideran en el PSOE, "ha forzado demasiado su ofensiva contra él".

A Génova no le cae bien Félix Bolaños. Han hecho bola desde la ruptura del último acuerdo para renovar el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), en octubre de 2022, y con Alberto Núñez Feijóo y su equipo asentados ya en el Congreso y el control absoluto del grupo parlamentario, el ministro de Presidencia y Justicia se ha convertido en su bestia negra. Alguien que concita una animadversión especial, aunque en términos futbolístico se vincula con el equipo a quien no se logra vencer.

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