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El CNI maneja la cifra de 60 individuos en España vinculados al ISIS afgano
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Alerta en las policías occidentales

El CNI maneja la cifra de 60 individuos en España vinculados al ISIS afgano

Los servicios de Inteligencia ya han compartido con los expertos antiterroristas estas estimaciones sobre la pujante facción que atentó hace semanas en Irán y ubican 300 elementos radicales en toda Europa

Foto: Operación contra el yihadismo en Zaragoza. (EFE)
Operación contra el yihadismo en Zaragoza. (EFE)
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Su nombre es ISKP, aunque puede que también figure escrito como ISIS-KP. Son las siglas del Estado Islámico en la provincia de Khorasan, una facción del temido grupo terrorista que se ha hecho fuerte principalmente en Afganistán. Está detrás del resurgir de la marca yihadista y ha protagonizado atentados recientes de envergadura, como la matanza en enero de decenas de personas en Irán. Los servicios de Inteligencia de los países occidentales han activado las alertas ante las sospechas de la presencia de sus miembros en suelo europeo. El Centro Nacional de Inteligencia (CNI) maneja una cifra de 60 individuos en España bajo la órbita de este ISIS-KP.

El CNI ya ha compartido de forma reservada estos datos en las altas esferas de las fuerzas de seguridad del Estado, según informan a El Confidencial fuentes de la lucha antiterrorista conocedoras de esta estimación. Al dato relativo a España le acompaña la cifra de unos 300 elementos radicales vinculados a esta facción del Daesh repartidos por Europa.

La alerta de Inteligencia no identifica a nadie en concreto ni detalla planes específicos de atentar, pero contribuye a extremar la atención ante cualquier señal que apunte a estas siglas. Las fuentes consultadas por este periódico confirman la llegada a Europa, en los últimos años, de ciudadanos tayikos y uzbekos, principalmente, que centran el interés de los especialistas que monitorizan la amenaza yihadista.

Algunos de ellos integran redes que, allí donde están, se dedican a recolectar dinero, en el mejor de los casos. Utilizan métodos para burlar a las autoridades, como la hawala (un método de lavado de dinero transfronterizo muy usado en el ámbito del terrorismo) o el intercambio de criptodivisas. Pero esas mismas redes pueden ser, en cualquier momento, de apoyo logístico si una célula necesita atentar.

Foto: Cientos de personas se reúnen en la Puerta del Sol para recibir con las campanadas el Año Nuevo en Madrid (España). (EFE/JP Gandul)

Para los terroristas, la provincia de Khorasan evoca a un territorio pasado que abarca zonas que hoy están bajo las fronteras de Afganistán, Irán, Turkmenistán y Uzbekistán. El Estado Islámico llegó a convertirse a mediados de la década pasada en el mayor grupo terrorista de la historia. Lo propició el establecimiento de un califato propio entre Siria e Irak que puso en jaque a toda la comunidad internacional. El ISIS o Daesh se nutrió en gran medida de la llegada de musulmanes radicales en todas las partes del planeta, que acudieron a la llamada de la yihad. Durante años, se enfrentó a los kurdos locales, a la coalición internacional liderada por Estados Unidos, a las fuerzas sirias, al Ejército iraquí y a Irán, hasta que finalmente fue derrotado y expulsado.

La marca terrorista no desapareció, ni siquiera con el asesinato de su líder, Abu Bakr Al Baghdadi, en 2019. Se repartió por otras zonas del planeta como el Sahel africano o Afganistán, donde siempre fue enemiga de los talibanes, antes y después de que retomaran el poder en Kabul. El atentado en Irán de hace unas semanas ha sido su último gran escaparate a nivel mundial, facilitado por el interés en una zona tan inestable y ante el riesgo de escalada del conflicto entre Israel y Hamás en Gaza. Las autoridades de Teherán culparon inicialmente a los hebreos del ataque, pero fue la propia rama afgana del ISIS la que reivindicó la masacre a través de sus canales de propaganda. No en vano, atacaron en el aniversario de la muerte del general iraní Qasem Soleimani, el as de bastos que en su día enviaron los ayatolás en ayuda de Siria para derrocar a los yihadistas.

Esta alerta no es nueva para los expertos antiterroristas españoles. Hace semanas, una información situaba Madrid como objetivo

Las mismas fuentes precisan que la amenaza del Estado Islámico, suní, es independiente de la tensión que emana del conflicto en Gaza. El ISIS no comparte la agenda de Irán, chií y principal referencia del llamado "eje de resistencia" que engloba a Hamás, Hezbolá y los hutíes bajo el liderazgo moral, económico y militar de los ayatolás en Teherán. El temor de las fuerzas de seguridad occidentales es que este grupo dé un paso más en su amenaza y lleve a cabo acciones lejos de la región en la que hasta ahora ha centrado todos sus esfuerzos.

Esta alerta no es nueva para los expertos antiterroristas españoles. Hace semanas, recibieron otra información procedente de un servicio de Inteligencia extranjero. Situaba Madrid como objetivo del ISIS-KP junto a otras ciudades europeas como Viena (Austria) o Colonia (Alemania). Alertaba de posibles atentados, coincidiendo con las fechas navideñas en Europa. Esta información vio la luz en las páginas de los diarios alemanes Bild y Die Welt.

Foto: Soldados nigerianos enseñan una bandera incautada a los yihadistas de Boko Haram. (Reuters)

Según estos medios, las autoridades de Alemania y Austria desbarataron el plan con el arresto de cuatro individuos —todos tayikos—, que luego se amplió a otros tres. Dos fuentes distintas consultadas por El Confidencial confirman la existencia de aquella información de Inteligencia extranjera. Pasadas ya unas semanas, una de estas fuentes le resta relevancia y cree que la información no era buena.

Agentes de la Policía Nacional detuvieron en julio a un ciudadano, natural de Tayikistán, sobre el cual había una orden internacional de detención por su presunta implicación en una red de captadores y reclutadores de la organización terrorista Daesh. Según informó Interior, el detenido está presuntamente implicado en el reclutamiento de diferentes personas de las antiguas repúblicas soviéticas, entre ellas, un ciudadano uzbeko que terminó combatiendo en Siria.

Durante la época de apogeo del califato, años 2014 y 2015, los expertos en la lucha contra el terrorismo calculan que entre 2.000 y 4.000 combatientes extranjeros procedentes de Asia Central se trasladaron a la zona de conflicto, principalmente a Siria. Entre todos ellos, obtuvo cierta notoriedad el llamado Batallón del Imán Al Bukhari, compuesto mayoritariamente por combatientes provenientes de Uzbekistán, muchos de ellos menores de edad.

Foto: Víctimas de la explosión en la ceremonia de conmemoración del aniversario de la muerte de Soleimani. (EFE/Sare Tajalli)

Tal y como informó este periódico, el comandante en jefe del Comando Central de EEUU (Centcom), el general Michael Kurilla, advirtió en marzo del año pasado en el Senado estadounidense de que el ISKP sería capaz de atentar en menos de seis meses contra intereses estadounidenses y europeos en el extranjero, así como desarrollar "operaciones externas" en Asia, "con poco o ningún aviso". La salida a la carrera de Estados Unidos y del resto de fuerzas occidentales de Afganistán en el verano de 2022 ha limitado casi por completo la red de inteligencia sobre el terreno, clave para detectar algún plan de atentar.

El fundador del portal Jihadology, Aaron Zelin, dedicado al seguimiento de atentados y actividad terrorista del Estado Islámico, coincide con el riesgo de una expansión territorial del grupo: "En realidad, el ISKP se ha debilitado en Afganistán desde el segundo año de los talibanes en el poder, al tiempo que, paradójicamente, ha ampliado su capacidad de operaciones externas. Ha pasado de un enfoque local/regional a una postura más global, por la que planifican y llevan a cabo ataques en el extranjero, ya sean dirigidos, guiados o inspirados".

Su nombre es ISKP, aunque puede que también figure escrito como ISIS-KP. Son las siglas del Estado Islámico en la provincia de Khorasan, una facción del temido grupo terrorista que se ha hecho fuerte principalmente en Afganistán. Está detrás del resurgir de la marca yihadista y ha protagonizado atentados recientes de envergadura, como la matanza en enero de decenas de personas en Irán. Los servicios de Inteligencia de los países occidentales han activado las alertas ante las sospechas de la presencia de sus miembros en suelo europeo. El Centro Nacional de Inteligencia (CNI) maneja una cifra de 60 individuos en España bajo la órbita de este ISIS-KP.

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