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Este es el país exsoviético que vas a querer visitar por su arte contemporáneo
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ABIERTO A OCCIDENTE

Este es el país exsoviético que vas a querer visitar por su arte contemporáneo

Uzbekistán quiere dar la campanada en la próxima Bienal de Arquitectura de Venecia con un pabellón que aúna modernidad y tradición, y tiene previsto construir nuevos museos de arte en su capital, Tashkent

Foto: Así quedará la entrada al Centro de Arte Contemporáneo de Uzbekistán, en Tashkent. (STUDIO KO)
Así quedará la entrada al Centro de Arte Contemporáneo de Uzbekistán, en Tashkent. (STUDIO KO)

Es probable que usted no sepa ubicar Uzbekistán en el mapa. Otra más de esas repúblicas exsoviéticas acabadas en -stán (que en árabe significa, en realidad, "tierra de") enclavadas en Asia Central y en las que hay que pegar dos o tres saltos fronterizos para llegar al mar. Sin embargo, la tierra de los uzbekos está dando pasos agigantados para dejar de ser una incógnita de la que apenas suenan con ecos exóticos antiquísimas ciudades orientales como Samarkanda y Bujara, ambas parte de la famosa y medieval Ruta de la Seda.

Uzbekistán tiene un plan y lo ha apostado todo al arte contemporáneo con nuevos y espectaculares edificios museísticos creados por arquitectos de renombre, exposiciones, colecciones y organización y participación en bienales artísticas extranjeras. Como también saben últimamente otros países que están pidiendo paso en el terreno geopolítico, el arte es la nueva y gran herramienta cultural.

En estos años la afluencia turística ha pasado de dos millones de turistas a casi siete. Y para 2025 se espera doblar esta cifra

En este sentido, el país vive una renovación desde 2016. En estos años la afluencia turística ha pasado de dos millones de turistas a casi siete, según la Organización Mundial de Turismo. Y para 2025 se espera doblar esta cifra. La exrepública, independiente de la URSS desde 1991, crece a buen ritmo —un 8%— con sus exportaciones de gas, oro y algodón, principalmente a Rusia, China y Turquía. Las relaciones con los rusos son comercialmente buenas: el país no se ha sumado a las sanciones económicas, no ha condenado la invasión como pidió la ONU, recibe a Putin, pero también a Anthony Blinken —secretario de Estado de EEUU— y comercia con Occidente. Con España también han forjado lazos de comercio bilateral como es la presencia de Talgo con los trenes rápidos que comunican Tashkent, la capital, con Samarkanda y Bujara. La apertura hacia la economía de mercado de este país, que tiene una poderosa y llamativa mezcla de su pasado ruso (y soviético) con el islam, cada vez es mayor.

Una laberinto para Venecia

Una de las apuestas más decididas de la Fundación para el Desarrollo del Arte y la Cultura de Uzbekistán (ACDF en sus siglas en inglés), que se creó en 2017 por decreto del presidente de la República Shavkat Mirziyoyev, y que es la que está detrás de todo este impulso, es la participación en la próxima Bienal de Arquitectura de Venecia, que se celebrará del 26 de mayo al 26 de noviembre de este año. Este es un evento que ya lleva 18 ediciones y en el que se exponen instalaciones o performances tanto de arquitectos consagrados como de jóvenes. En esta ocasión, bajo el lema Laboratory of Future el país ha encargado su presencia a los arquitectos franceses del Studio KO, quienes junto a estudiantes de la Universidad de Tashkent más artistas locales, han creado un pabellón en el que pretenden mostrar toda la tradición de las construcciones uzbekas —como sus famosos ladrillos—, pero de un forma completamente renovada. Y con ello quieren dar la campanada.

Las muestras de los bocetos —es lo único que hemos podido ver los periodistas— revelan cómo los arquitectos han partido de la idea de las kalas, antiguas fortalezas del siglo V a. C. de la región de Karakalpakstan que levantó la civilización Khorezm (la más antigua de Asia Central) en la zona del río Amu Darya. Concretamente, los arquitectos se fijaron en Toprak-kala, una de las más grandes y la capital dinástica con una población de aproximadamente 3.000 personas que se dedicaban, ya entonces, a la agricultura y al comercio. A lo que se sigue dedicando hoy en día la población en esta zona rural con escasos atractivos.

placeholder Toprak-kala, la fortaleza en la que se ha inspirado el Studio KO para la construcción del pabellón de Uzbekistán en Venecia (P. C.)
Toprak-kala, la fortaleza en la que se ha inspirado el Studio KO para la construcción del pabellón de Uzbekistán en Venecia (P. C.)

Llegar allí supone varias horas por carretera atravesando una zona seca, terrosa y gris sin llegar a ser el desierto arenoso que conocemos. Mucho bache, mucho niño caminando hacia el colegio y no pocas bicicletas. Lo que queda son las ruinas de la fortaleza en las que se puede vislumbrar el laberinto sobre el que estaban construidas y los restos del ladrillo arcilloso de aquella época, en el que se ha basado este estudio para levantar el pabellón. "La idea sobre la que trabajamos tiene tres pilares: las kalas, el mito del laberinto y la tradición de Asia Central", explican desde el estudio. En el trabajo con estos ladrillos participó el artista uzbeko Abdulvahid Bukhoriy habituado a experimentar con la tradición. Esa fue la razón por la que fue escogido, ya que le da la vuelta al tratamiento de materiales como la cerámica, además de los colores.

placeholder El trabajo que el estudio ha llevado a cabo con los ladrillos. (Studio Ko)
El trabajo que el estudio ha llevado a cabo con los ladrillos. (Studio Ko)

Para llevar a cabo todo el proyecto han trabajado en dos talleres con 20 estudiantes en cada uno. El primero era más teórico, a base de bocetos y dibujos; y el segundo más práctico, ya con la creación de los ladrillos y la estructura del pabellón que, según lo mostrado, se dividirá en cuatro partes: el laberinto, una zona donde se emitirá una película sobre cómo se ha hecho el proyecto, una miniatura del laberinto elaborado por ceramistas y una mesa en la que se distribuirán todos los materiales trabajados en los talleres.

El modernismo de Tashkent

Cuando ahora se pasea por Tashkent la presencia de los edificios modernistas de la época socialista es notoria. Ahí está, por ejemplo, el gran hotel Uzbekistán de 17 plantas y construido en 1974. O el actual museo estatal. O los edificios ministeriales. Habitualmente, el turista no tenía demasiado en la cabeza quedarse en la capital, pero ahora se pretende que eso cambie y Tashkent también entre en el circuito. Por un lado, con el impulso de todos estos edificios modernistas; por otro, con nuevos y singulares museos.

placeholder El gran Hotel Uzbekistán de 1974. (P.C.)
El gran Hotel Uzbekistán de 1974. (P.C.)

Uno de ellos será el Museo Estatal de Arte que sustituirá al actual de tres plantas (y con el que aún no saben qué hacer) y que ha sido diseñado por el arquitecto japonés Tadao Ando para el estudio Brückner de Alemania. Con 40.000 metros cuadrados se compone de tres formas, un cuadrado, un triángulo y un círculo que escenifican el pasado, presente y futuro. El círculo estará rodeado por agua. Está previsto que se inaugure en 2026.

placeholder El proyecto de Tadao Ando para el nuevo Museo Estatal de Arte (P. C.)
El proyecto de Tadao Ando para el nuevo Museo Estatal de Arte (P. C.)

La otra joya de la corona es el Centro de Arte Contemporáneo (CCA), que era una antigua gasolinera construida en 1912, también de estilo modernista. Tuvo esta actividad hasta 1995, cuando se convirtió en un almacén. Hace tres años decidieron darle un uso artístico, para lo cual también se ha encargado el Studio KO, que trabajó ahí con su proyecto para el pabellón de Arquitectura de Venecia. El nuevo museo tendrá una sala de exposiciones, una biblioteca, un auditorio, un restaurante, un local para talleres artísticos y una tienda de objetos que se han encargado también a nuevos diseñadores. Su apertura se prevé para 2024, aunque ya se están llevando a cabo algunas actividades. A su vez, bajo el paraguas del CCA habrá residencias artísticas enclavadas en los Mahallas, que eran los barrios tradicionales de Tashkent. Tanto para artistas locales como internacionales. Estas se abrirán a finales de 2023.

placeholder Interior del nuevo Centro de Arte Contemporáneo (P. C.)
Interior del nuevo Centro de Arte Contemporáneo (P. C.)

Otro edificio espectacular será el Centro Cultural Francés y Centro para la Restauración. Lo ha diseñado el estudio Grace de Milán a partir de un antiguo edificio modernista construido en 1986 y que durante muchos años fue el Ministerio de Turismo. El boceto muestra un diseño abierto y transparente que agrupará un teatro, un restaurante y una biblioteca. Se abrirá a finales de 2023.

placeholder Así quedará el Centro de Arte Contemporáneo tras su remodelación. (Studio Ko)
Así quedará el Centro de Arte Contemporáneo tras su remodelación. (Studio Ko)

A varios kilómetros de la capital, si bien Bujara ya es un centro turístico por sus mezquitas y madrasas, como la de la zona del minarete de Kaylan del siglo XII que aglutina la mezquita Kalyan y a madrasa Miri-Arab y que da para múltiples ensoñaciones exóticas llenas de olores a incienso, caballos y carruajes de los comerciantes llegados de mil lugares para alojarse en los caravasar, el Gobierno quiere que la ciudad vaya más allá de esta imagen milenaria. Para ello, en 2025 se celebrará allí la Bienal de Arte que estará comisariada por Sara Raza, toda una experta en arte contemporáneo que reside en Nueva York. Entre los proyectos, se restaurarán caravasar, el actual museo de las Artes y la madrasa Gaukushon, y se habilitarán restaurantes y tiendas.

Más allá del país

Además de todos estos proyectos, no se asombre si comienza a ver el nombre de este país por todas partes. Ya han llegado a acuerdos con distintos museos internacionales para varias muestras del arte del país. Una muy reciente se celebró en el Louvre de París con todo el boato. En la capital francesa hay todavía —se puede ver hasta el 4 de junio— una muestra del textil uzbeko en el Arab World Intitute, que recoge las maravillas de la Ruta de la Seda. Y en Berlín se han dejado ver este año por la James Simon Gallery. También anduvieron por Jeddah, en Arabia Saudí dentro de la Bienal de Arte Islámico con parte de la colección del museo estatal.

Para más adelante: en abril participarán en la Semana del Diseño de Milán con una exposición del arte modernista de Tashkent; también tendrán cabida en la Trienal de Arquitectura de Sharjah; en 2024 la Galería de los Uffizi de Florencia mostrará parte del I.V Savitsky Museo Estatal; y para finalizar 2024 serán los organizadores de la World Conference on Creative Economy.

placeholder Caravasar de Bujara que será remodelado para la Bienal de Arte de 2025 (P. C.)
Caravasar de Bujara que será remodelado para la Bienal de Arte de 2025 (P. C.)

Uzbekistán se ve pujante, como lo fue su gran conquistador, el turcomongol Tamerlán, del que poco conocemos por aquí, pero que es el gran hacedor de su imperio allá por el siglo XIV aglutinando un enorme poder en Asia Central. Hoy, en busca de todos esos rasgos identitarios como país, se venera su mausoleo, que se encuentra en Samarkanda. Es un país que también está forjando su carácter cultural, ya que tiene muy distintas influencias. Los rusos llegaron en el XIX en medio de toda esa gran disputa de Asia Central que Rudyard Kipling popularizó como El gran Juego entre rusos y británicos. Pese a la presencia rusa, durante décadas se mantuvieron los kanatos de Samarkanda o Bujara, con mucho influjo persa, pero tras la Revolución de 1917 y sobre todo a partir de 1924, el país entró completamente en la órbita soviética con un tiralíneas de fronteras elaborado por Josef Stalin. Hasta 1991.

El arte contemporáneo es ahora su gran herramienta para encontrar su nuevo lugar en el mundo.

Es probable que usted no sepa ubicar Uzbekistán en el mapa. Otra más de esas repúblicas exsoviéticas acabadas en -stán (que en árabe significa, en realidad, "tierra de") enclavadas en Asia Central y en las que hay que pegar dos o tres saltos fronterizos para llegar al mar. Sin embargo, la tierra de los uzbekos está dando pasos agigantados para dejar de ser una incógnita de la que apenas suenan con ecos exóticos antiquísimas ciudades orientales como Samarkanda y Bujara, ambas parte de la famosa y medieval Ruta de la Seda.

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