Sánchez centra la convención del PSOE en las medidas del Gobierno para recuperar la iniciativa

El PSOE celebra este fin de semana una convención política en A Coruña con el propósito de trascender la dependencia que el Gobierno tiene de Junts y arropar al candidato a la Xunta, José Ramón Gómez Besteiro. Los socialistas esperan que el cónclave sea un chute de energía general en un momento de pesar en el partido. A los cargos y la militancia les costó asimilar que había que transigir con la amnistía para retener la Moncloa y ahora aún se tienen que acostumbrar a que cada votación suponga una negociación con el partido de Carles Puigdemont.

La dirección primero se esforzó por que entendieran que la alternativa a esa concesión era un Gobierno de PP y Vox. Y, en esta segunda fase, pretende poner por delante las medidas del Ejecutivo y su política progresista como argumento para transmitir que, a pesar de tener que pactar todo con Junts, el balance merecerá la pena. El objetivo es recuperar la iniciativa política y que el foco se coloque en qué hace el Ejecutivo y qué quiere hacer lo que resta de legislatura. Con este ánimo, el PSOE ha organizado este cónclave en Galicia, del que saldrá un documento de renovación de sus compromisos y sus posturas.

Porque, aunque la tarea está ya reflejada en el programa electoral, el acuerdo de gobierno con Sumar y el discurso de investidura de Pedro Sánchez, la convención se concibe como una actualización. "El partido que mejor sepa leer los acontecimientos y antes lo haga, porque la realidad del día a día es vertiginosa, mejor preparado estará", aseguran fuentes del partido.

Que sea ahora y en A Coruña da fe de los esfuerzos de la cúpula socialista para ayudar al PSdG, en la búsqueda de una gran movilización de la izquierda que ponga en riesgo la mayoría absoluta del PP. También hay cierto intento de contribuir a regenerar el discurso socialdemócrata, en un momento en que Sánchez preside la Internacional Socialista y el 9 de junio se celebran elecciones europeas. Pero, junto a estas motivaciones, convive el empeño en que la organización se centre en el valor de las decisiones que toma el Ejecutivo y que afectan a los ciudadanos y en los hitos de la gestión a medio plazo.

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Fuentes del partido explican que la intención es que, tras acordar este nuevo texto, los cargos socialistas "salgan a la calle" para contar este "nuevo impulso de país". La explicación se hará a todos los niveles, nacional, autonómico y local. La convención se estrenará con la participación del expresidente José Luis Rodríguez Zapatero, un gran defensor del mandato de Pedro Sánchez y que fue baluarte fundamental en la campaña de las generales para movilizar al PSOE y narrar el balance del Ejecutivo.

La comunicación de su acción política ha sido estos años uno de los grandes déficits del PSOE. Ha sido frecuente, y vuelve a ocurrir ahora, que los datos económicos queden solapados por la convivencia con el independentismo. El propio presidente del Gobierno reconoció ayer en RNE que con la amnistía aún tiene que hacer "pedagogía" para mitigar la incomprensión y el rechazo social, pero insistió en que vivimos en "la época de las mayorías parlamentarias fragmentadas y tenemos que hacer del diálogo y de la negociación el principal activo para lograr consensos". "Bienvenidos a Europa", ejemplificó.

La reunión del todo PSOE —a excepción de Emiliano García-Page, de viaje en China, y la duda de si acudirán Javier Lambán y Guillermo Fernández Vara, los dos en tratamiento médico— servirá también para aprobar cambios en la ejecutiva, tras el nombramiento de Pilar Alegría como portavoz del Gobierno. Los socialistas, en un comité federal que se celebrará el sábado, escogerán su relevo en la portavocía del partido y realizarán también una "pequeña remodelación" de la ejecutiva. "Cambios puntuales", señalan, para adaptar las secretarías, porque hay ministros con un nuevo destino o miembros de la dirección que han entrado en el Ejecutivo, que conllevarán "cuatro o cinco" nuevas incorporaciones y las consiguientes salidas.