Es noticia
Podemos presiona a Sánchez y Díaz y ahora deja en el aire su apoyo a los presupuestos
  1. España
Tensión en Sumar

Podemos presiona a Sánchez y Díaz y ahora deja en el aire su apoyo a los presupuestos

La dirección morada estudia exigir un canal de interlocución directa con el PSOE, al margen de la vicepresidenta. Fuentes del partido aseguran que podrían votar en contra de las cuentas, incluso si ERC y Bildu las respaldaran

Foto: Ione Belarra y Yolanda Díaz. (EFE/Juan Carlos Hidalgo)
Ione Belarra y Yolanda Díaz. (EFE/Juan Carlos Hidalgo)
EC EXCLUSIVO Artículo solo para suscriptores

Nunca antes habían tenido menos poder desde que entraron en el Congreso de los Diputados, pero ahora se sienten con menos mochilas. La cúpula de Podemos estrena la nueva fase de su relación con Yolanda Díaz y Pedro Sánchez, ya fuera del Gobierno de coalición, enfatizando que tienen las manos libres para actuar ante todos y cada uno de los asuntos que toque abordar en esta legislatura. Y eso incluye los presupuestos generales del Estado para 2024, que los socialistas quieren aprobar en el primer trimestre del próximo año. El punto de partida es que su apoyo no está garantizado.

"Podemos va a trabajar con total autonomía política y parlamentaria", es la consigna repetida este jueves por Ione Belarra, secretaria general morada, en rueda de prensa en el Congreso. "Quien quiera los votos de Podemos tendrá que negociar con Podemos"; "El PSOE manda en el Gobierno, pero le recuerdo que no manda en el Parlamento", esgrimió el viernes, en una entrevista en Telecinco. Fuera de cámara, fuentes de la dirección de su partido son mucho más explícitas, y reconocen que sopesan exigir al PSOE canales de negociación directos sobre los presupuestos. Esto es, al margen de los que existen con Sumar, la coalición electoral de la que forman parte y en cuyo grupo parlamentario se integran.

Foto: Pedro Sánchez. (EFE/Olivier Matthys)

Hasta plantean que, si los socialistas no cuentan con ellos para elaborar las nuevas cuentas públicas, y si el resultado no es de su agrado, no les temblaría el pulso para votar en contra. Incluso si ERC y Bildu, dos formaciones de izquierdas con las que comparten buena parte de sus prioridades, los apoyasen.

Si bien el PSOE defiende públicamente que su interlocutor en la izquierda es la coalición Sumar, que engloba a Podemos, fuentes de la dirección del grupo parlamentario restan importancia a que finalmente puedan verse abocados a tener que negociar por separado con los de Díaz y los de Belarra. Las conversaciones serán aún más duras que en la pasada legislatura. Y, aunque en el partido de Pedro Sánchez preferirían reducir el número de interlocutores, y ya han reclamado a la vicepresidenta segunda que ordene su espacio político, asumen que Podemos va a jugar todas sus cartas para distinguirse. Para cobrarse el peso de cada uno de sus cinco diputados.

Foto: Mónica García y Yolanda Díaz. (EFE/Rodrigo Jiménez)

Elecciones tras elecciones, los morados han ido perdiendo apoyos desde diciembre de 2015, y hoy miran a los comicios europeos de junio de 2024, en los que se aplica el sistema de circunscripción única, como una oportunidad para rearmarse. Recuperan la épica, refuerzan el discurso sobre cómo los grandes poderes económicos, la derecha política, el PSOE y hasta Sumar han querido dejarles fuera de juego, y aseguran que su escasa representación puede servirles para volver a marcar el pulso, vista la fragmentación parlamentaria.

Por la importancia de la ley de presupuestos, por el volumen de recursos en juego y por el foco que va asociado a estas conversaciones, los morados creen tener en sus manos el botón nuclear. "Si Podemos dice que quiere negociar por su cuenta los presupuestos, se van a tener que sentar", aventuran. Arrancar la legislatura sin cuentas públicas dificultaría a Sánchez y Díaz vender la imagen de estabilidad y cohesión que aspiran a proyectar, y sus excompañeras en el Consejo de Ministros quieren presionarles con este escenario.

Foto: La ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, junto a los exministros Alberto Garzón y Ione Belarra, en la toma de posesión de la nueva ministra de Infancia y Juventud, Sira Rego. (EFE/Juan Carlos Hidalgo)

Tras meses sumidos en un calculado silencio, roto para cargar contra Yolanda Díaz o para posicionarse en materias muy concretas —entre ellas, el conflicto entre Israel y Hamás—, con su exclusión del Gobierno han abierto una nueva etapa de disputa por el liderazgo de su espacio político. Uno de sus pilares argumentales es que son necesarios para "poner al PSOE frente al espejo", y hoy son más claros que nunca sobre cómo se dirimirá su relación con los socialistas: "Golpe a golpe".

Poco antes de que se conformara el Ejecutivo, Podemos ya señalaba que Díaz aspiraba a "conformarse" con seguir el "programa conservador" del PSOE. La líder de Sumar aprovechó su discurso de toma de posesión como vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, el martes, para responder, sin citarles. "No vamos a conformarnos", aseguró. Una hora después, tuvo que aguantar el chaparrón de dardos de Belarra.

Foto: Pablo Iglesias e Irene Montero en una imagen de archivo.

Desde entonces, el endurecimiento del lenguaje, tanto de los portavoces morados como de los de Sumar, ha sido evidente. El jueves, en rueda de prensa desde la Cámara Baja, la portavoz de Sumar, Marta Lois, pidió a los morados que se preguntasen "cómo entienden entonces formar parte o no del grupo parlamentario", toda vez que contemplan "la posibilidad de votar en un sentido diferente al del grupo parlamentario". La técnica habitual de Sumar es ignorar o rebajar la importancia de los golpes de sus compañeros de grupo, y en este caso Lois pasaba a señalarles directamente como responsables de la nueva disputa pública.

Nadie espera que tomen decisiones inmediatas sobre su permanencia en el grupo, ya que abandonarlo supondría perder el 23% de las subvenciones que recibe la coalición del Congreso y del Ministerio del Interior. En el partido de Belarra, aseguran que están viendo "cuánto da de sí" el grupo parlamentario, antes de tomar nuevas decisiones. Hay dirigentes del espacio político de Sumar que ya temen que Podemos esté tensando la cuerda a propósito, con la idea de forzarles a una expulsión que hoy no quieren contemplar.

Foto: Traspaso de la cartera de Igualdad entre Irene Montero y la nueva ministra del ramo, Ana Rendondo. (EFE/Zipi)

Eso les permitiría afianzar la narrativa que repiten estos días: Díaz vetó a Irene Montero, Sumar no quiso a ministros de Podemos en el Ejecutivo (la única apuesta firme de los morados fue Irene Montero, sabiendo que este nombre nunca iba a ser aceptado). La continuación de este relato es la idea que Belarra ha deslizado en los dos últimos días: que temen verse expulsados del grupo parlamentario. Mientras este escenario no se produzca, seguirán abriendo nuevos frentes desde dentro.

Nunca antes habían tenido menos poder desde que entraron en el Congreso de los Diputados, pero ahora se sienten con menos mochilas. La cúpula de Podemos estrena la nueva fase de su relación con Yolanda Díaz y Pedro Sánchez, ya fuera del Gobierno de coalición, enfatizando que tienen las manos libres para actuar ante todos y cada uno de los asuntos que toque abordar en esta legislatura. Y eso incluye los presupuestos generales del Estado para 2024, que los socialistas quieren aprobar en el primer trimestre del próximo año. El punto de partida es que su apoyo no está garantizado.

Yolanda Díaz Ione Belarra Pedro Sánchez Sumar
El redactor recomienda