La violencia en Ferraz marca la protesta más multitudinaria tras el pacto con Junts

• ​Manifestaciones en Ferraz, hoy: última hora de las protestas por la amnistía, disturbios, detenidos y políticos que participan

Nueva noche de violencia y cargas policiales en Ferraz. Los grupos de ultras que han radicalizado la movilización permanente ante la sede del PSOE fagocitaron una vez más la concentración en la que este jueves se dieron cita hasta 8.000 personas, la jornada más multitudinaria hasta la fecha. Decenas de individuos con la cara tapada no dejaron de hostigar a los agentes antidisturbios con una lluvia constante de petardos y otros objetos hasta que provocaron las cargas y la zona se desalojó por completo. Los radicales se miraban, hablaban entre ellos en círculo y volvían a posicionarse en actitud amenazante contra los agentes: tardaron aproximadamente una hora en terminar de organizarse y lanzarse contra los antidisturbios.

Esta vez, la cita venía condicionada por el anuncio del pacto de amnistía sellado ente los socialistas y Junts para investir como presidente del Gobierno a Pedro Sánchez. "La bandera de España está de luto", coreaban. "La sede de Ferraz, la vamos a quemar", advertían. Gritaban contra todo y contra todos, desgarrándose la garganta. Tras las algaradas, el saldo fue de al menos 24 detenidos por desórdenes públicos, siete agentes heridos, ninguno de ellos de gravedad, y contenedores ardiendo en un intento de formar barricadas sin éxito.

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Volaron bengalas, botellas de vidrio y amenazas por parte de los manifestantes. No obstante, no todos los allí presentes estaban de acuerdo. Hubo enfrentamientos entre los propios protestantes. José, un hombre de avanzada edad que se viralizó esta semana tras ser abatido por los agentes, esta vez estaba de su lado. "Esto no nos representa", les gritaba a los jovencísimos que trataban de avivar el fuego uno de los contenedores. Una mujer presente en la manifestación se acercó a los chavales:

—¡Eso no es lucha, es vandalismo! —les advirtió.

—Es un mal menor —le contestó un joven—, hay que sacrificarse.

Acto seguido, la mujer se marchó indignada. Los contenedores continuaron en llamas hasta que llegaron los bomberos del Ayuntamiento de Madrid.

Otros tantos optaron por hacer una sentada ocupando todos los carriles de la calzada de Marqués de Urquijo. El mensaje iba dirigido a la Policía Nacional: "El 1 de octubre yo te defendí", gritaron. Minutos después, los agentes comenzaron a cargar para dispersar a la masa.

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El barrio de Argüelles y las vías aledañas se convirtieron de nuevo en un correcalles sin que, en ningún momento, los radicales dieran impresión de poder imponerse a la Policía. Tenían aspecto de no superar los 30 años.

La protesta comenzó minutos antes de las 20 horas, como viene siendo habitual. En torno a las seis y media de la tarde, decenas de personas se encontraban ya en las escaleras de la parroquia —esquina de Ferraz— donde un hombre vociferaba con un megáfono. En ese momento, el perfil de los presentes distaba mucho de quienes culminaron en primera línea pasadas las 10. Como lleva siendo habitual durante las últimas jornadas, los manifestantes pacíficos retrocedieron para dejar paso a quienes coreaban "¡José Antonio Primo de Rivera!". Uno de los presentes llevaba una bandera europea, algo que no gustó a quienes estaban a su lado y terminaron rompiéndola y tirándola al suelo.

El líder de Vox, Santiago Abascal, hizo acto de presencia y se dio un baño de masas entre los centenares de personas que ya estaban tomando posiciones. Le recibieron con gritos de “¡Viva España, viva Santiago!”.

1.500 personas en la Castellana

El dirigente había llamado horas antes a ampliar las protestas de manera permanente a más lugares. Este jueves, otra protesta convocada en la sede del Parlamento Europeo de Madrid, en el paseo de la Castellana, reunió a 1.500 personas, según la Delegación de Gobierno.

De vuelta en Ferraz, una pancarta de grandes dimensiones recordaba a Alejo Vidal-Quadras. “Alejo, España contigo”, decía el mensaje, tras el disparo sufrido por el que fuera líder del PP en Cataluña y cofundador de Vox.

La concentración siguió la misma evolución que en días anteriores: miles de personas se manifestaban en una actitud crispada, pero sin incidentes graves hasta que los radicales se hicieron con el control de los cánticos y el tono de la movilización. El intento de la mayoría de contener a los ultras fracasó una vez más. Sonó el Cara al Sol, el himno de la División Azul y se vieron saludos fascistas.

Los portales de viviendas de las calles aledañas sirvieron de refugio para quienes huían de las cargas policiales. Otros, en cambio, se metían dentro en los bares para evitar que los alcanzasen los agentes.

En torno a las 22 h, el desafío a los policías creció con el lanzamiento de todo tipo de pirotecnia. Hubo bengalas, petardos y se empujaron las vallas que impiden acercarse a la sede del PSOE entre la calle Ferraz y Marqués de Urquijo. La gente que se concentraba alrededor de los violentos fue abandonando poco a poco las primeras filas y los ultras acapararon todo el protagonismo. Así hasta que un enfrentamiento a unos 50 metros de distancia del vallado entre radicales y policías reventó definitivamente la convocatoria de manera abrupta y violenta.