Ayuso transmite a sus cargos que es obligatorio ir a las marchas del PP contra la amnistía

El PP está dispuesto a hacer de la calle su trinchera de oposición a Pedro Sánchez. Cada día que se dilata el acuerdo con Carles Puigdemont los populares ven una oportunidad para rentabilizar el malestar social contra la amnistía. El presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, ha anunciado que su partido se movilizará en las principales ciudades de España. La primera cita es este domingo 12 a las 12:00 horas en la Puerta del Sol. Isabel Díaz Ayuso actúa de anfitrión y no quiere dejar margen al pinchazo. Esta misma mañana se ha enviado una convocatoria a la que ha tenido acceso El Confidencial en la que se avisa de que “la participación de cargos públicos (concejales asesores miembros de comités distritos) es OBLIGADA”.

El argumento es que “es necesaria la máxima movilización del Partido ante un momento así” porque “nos jugamos mucho” y se emplaza a “llegar a los números como los de Goya”, en referencia a la primera convocatoria contra la amnistía que la formación conservadora llevó a cabo en la avenida de Felipe II de la capital, donde logró reunir a más de 30.000 personas según sus cifras. Ya entonces la dirección nacional pidió a todos los territorios que aportaran el máximo número de asistentes posibles. Pese a que ha habido debate interno sobre la estrategia, la mayoría refrenda la marcha, incluso después de los altercados protagonizados en las protestas frente a las sedes socialistas, con Santiago Abascal a la cabeza en la calle Ferraz. El partido, de hecho, se desmarca de estas manifestaciones.

Los populares han encontrado una motivación que les une en unos momentos en los que había resignación ante la idea de que Sánchez seguiría en La Moncloa. Ahora hay un pequeño resquicio, aseguran, de que la bácara del presidente en funciones haya llegado a su fin. Son conscientes de que lo más probable es que haya una investidura porque “Sánchez les dará todo”, pero lo sitúan en “otra pantalla”. En este momento sienten que la sociedad está con ellos y que Feijóo “ha encontrado su sitio” después de los bandazos de los primeros meses poselecciones.

“Las manifestaciones nos activan” defiende un barón poco forofo de la pancarta, pero que justifica la posición del partido en que es “intolerable” que la gobernabilidad de España esté en manos un prófugo de la Justicia. Los líderes autonómicos más cafeteros ven una oportunidad de recuperar al votante más “duro” que pide que “seamos implacables con Sánchez”.

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Entre los más veteranos se miden más los riesgos. “Está bien salir a la calle, pero no lo podemos mantener en el tiempo”, acota un ex dirigente de la etapa de Mariano Rajoy que pone en valor el papel de las instituciones. “El problema lo va a tener Sánchez con los jueces”, sentencia en relación a los últimos movimientos de la Audiencia Nacional que ha imputado por terrorismo a Puigdemont y la número dos de ERC, Marta Rovira.

Desde el PP consideran un “error” que Abascal haya liderado las protestas frente a las sedes socialistas porque “es hacer el caldo gordo a Sánchez”. El análisis pasa porque la izquierda quiere identificar las protestas con la ultraderecha para deslegitimarlas. Hay quienes incluso acusan al PSOE de “infiltrar” a militantes corear cánticos franquistas. “No me gustan las algaradas ante las sedes, pero tampoco cuando la izquierda nos las hacía a nosotros”, explican quienes critican la “sobreactuación” del ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska en el dispositivo de seguridad enviado a proteger la sede socialista.

A la espera de que se despeje si hay elecciones el próximo 14 de enero, Feijóo irá a una oposición “dura”. En las encuestas el PP va al alza, aunque la suma con Vox sigue estando difícil. El pronóstico de Génova es que si finalmente los españoles volvemos a las urnas “habrá castigo para Sánchez”. Está por medir si la sublevación en la calle aleja o acerca más a Sánchez y Puigdemont.